Defensa medio ambiental: un riesgo de muerte en Latinoamérica
Defender el medio ambiente se ha convertido en una labor de alto riesgo. Tan solo hay que mirar las cifras: 164 crímenes contra líderes ambientales reportados en 2018. Y como la muestra más reciente, Paulo Paulino Guajajara, el joven de 26 años que murió defendiendo la Amazonía.
El líder indígena de Guajajara, Paulo Paulino Guajajara. / Foto: Karla Mendes – Mongabay
LatinAmerican Post | Juliana Suárez
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Este joven indígena vivía en la reserva de Araribóia en el amazonas de Brasil y junto con otras personas hacían parte de los llamados ‘Guardianes del Bosque’. Paulo Paulino iba con un compañero cuando se encontraron con cinco madereros armados, según la versión oficial. Empezaron a disparar y el joven murió y su compañero quedó herido.
La lucha de los Guajajaras, grupo indígena al que pertenencía Paulo Paulino, ha resonado desde antes. No es la primera vez que llaman la atención, no solo por sus iniciativas de preservación natural, sino por persecusiones de otros grupos a quienes no les conviene esa preservación.
El caso llamó la atención de los medios, de las comunidades que están preocupadas y del mismo gobierno brasileño. Quizás, en gran parte, porque actualmente el cineasta cineasta Taciano Brito trabaja en un documental sobre la lucha de los Guajajara.
Pero no es un hecho indiscriminado, lo cierto es que los 130 Guardianes del Bosque han sido la piedra en el zapato de muchos madereros, entre otros grupos con intereses en las tierras de la Amazonía. Además, los indígenas de este sector también se han visto envueltos como víctimas de violencia con intentos de saqueos y compras ilegales de tierras. Según la organización Cimi, “en los primeros nueve meses del año se registraron al menos 160 casos de invasiones en un total de 153 tierras indígenas de 19 estados del país”, informó BBC.
Ser líder en la lucha por el medio ambiente no es tarea fácil, mucho menos en un país como Brasil y en un territorio tan imponente, rico y codiciado como lo es el Amazonas. Por esto mismo, decenas de ONGs en pro de la preservación ambiental han salido a critiar al gobierno de Jair Bolsonaro, a quien se ha catologado internacionalmente como un “antiecologista”. Por un lado, sus políticas extractoras que están afectando al medio ambiente para explorar los recursos minerales y, por otro, las críticas en la falta de compromiso que tuvo con los incendios de la Amazonía.
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Por su parte, el gobierno de Brasil ha dicho que agotará los esfuerzos para investigar lo que está pasando. Según BBC, “el gobernador de Maranhao, Flavio Dino, anunció por su parte la creación de una fuerza especializada para ‘intentar ayudar’ a los guardianes del bosque indígenas, ante la ‘evidente dificultad de los órganos federales de proteger las tierras indígenas’”.
Un riesgo en América Latina
Según un informe publicado en julio de 2019 sobre la violencia a líderes ambientalistas en 2018 por la ONG Global Witness, de los 164 crímenes contra ellos, 83 de ellos ocurren en América Latina, siendo esta la región más peligrosa para preservar el medio ambiente.
Cuando el informe fue publicado, parecía ser una buena noticia para Brasil, que había dejado de ser el país con más activistas asesinados (46 en 2017 y 20 en 2018), y ahora la delantera la llevaba Colombia con 24 en 2018. Sin embargo, DW aseguró que algunos expertos ya no son tan “positivos” con estos números. Pues, después de lo que ha sucedido este año en la Amazonía, “esa reducción podría estar retrocediendo en los primeros meses de 2019”. Esto, ya que el decenso en los números de asesinatos habían resultado proporcionales a la disminución en "pérdida de bosques tropicales e invasiones de tierras", lo cual ha aumentado significativamente en los últimos meses.
Uno de los casos más preocupantes desde el último informe es el de Colombia, cuya cifra lo posicionó como el primero en América Latina y el segundo a nivel global de asesinatos a líderes ambientalistas. Y es que en Colombia, el asesinato a líderes sociales, sea por las causas que sea, ha ido aumentando en los últimos años. Esto, pues intereses de muchos grupos chocan con las causas sociales. Por lo mismo, en Colombia la lucha por la tenencia de tierras ha costado vidas inocentes.
“Los defensores ambientales en Colombia estamos tocando intereses que ningún otro sector está tocando, por eso tenemos un mayor riesgo, porque enfrentamos sectores con mucho poder económico”, señala Isabel Cristina Zuleta, vocera del Movimiento Ríos Vivos Antioquia (MRVA), organización que defiende los territorios y las comunidades afectadas por la construcción de represas y proyectos mineros en Colombia, según GY.
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¿Por qué los matan?
Los recursos naturales son una fuente de poder más valiosa que lo que muchas veces nos imaginamos. Por lo mismo, grandes empresas, grupos criminales y en muchas ocasiones los mismos gobiernos son los que atentan contra estos lugares que para muchas comunidades son sus hogares, santuarios y sustentos de vida.
En medio de esta lucha por la tenencia de territorio, extracción de recursos y preservación de poder, los más afectados son aquellos que viven allí. En el ejemplo de Paulo Paulino, a pesar de qué él es la última y más resonada víctima, hay muchos más afectados. No solo él sino todos los guardianes del bosque son el objetivo número uno de quienes buscan ese territorio.
En el caso de Brasil, los madereros juegan un papel fundamental en la violencia contra los líderes. La tala de árboles ilegal se ha vuelto un negocio rentable y creciente en algunos sectores de la Amazonía brasileña, por lo que estos grupos se han alzado en armas para conseguir su propósito.
Sin embargo, a diferencia de lo que puede estar sucediendo en Brasil, según el mismo informe de Global Witness, la razón principal por la que los líderes ambientales son asesinados y perseguidos es la minería. La agricultura y la tenencia de tierras son otras de las razones.