Ecologistas luchan contra las plantaciones industriales de árboles
El Día Internacional contra los Monocultivos de Árboles busca proteger los bosques nativos de los cultivos industriales
No todas las plantaciones son positivas. Ese es el caso de los monocultivos a gran escala que se están multiplicando en Sudamérica y eso los ecologistas lo saben. Por ello, hoy 21 de septiembre se conmemora el Día Internacional contra los Monocultivos de Árboles, fecha que se estableció a partir de 2004, en Brasil, por parte de la Red Alerta contra el Desierto Verde.
Debido a los impactos negativos que este modelo de producción industrial estaba generando sobre las comunidades y ecosistemas, las organizaciones ambientales hacen visible la lucha que comenzó en 1999 en el estado de Espíritu Santo en Brasil. Allí, las plantaciones de eucalipto estaban reemplazando los árboles nativos, cultivos y acabando con el agua que bañaba los territorios de asentamientos indígenas como los Tupinikim y Guaraní.
Sin embargo, Brasil no es el único país de la zona que sufre este daño con gran magnitud, también Chile, Colombia, Uruguay, Venezuela y Ecuador. En el resto del mundo, países como Camboya, Indonesia, Sudáfrica, India, Vietnam, Tailandia y Uganda, entre otros, padecen esta problemática de acuerdo con el informe presentado por el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales.
No son bosques
El mensaje que entregan las organizaciones ambientales es que las plantaciones industriales no pueden ser catalogadas como bosques, destruyendo los bosques nativos, erradicando a las comunidades, la fauna y flora de la zona para ser reemplazados por sembradíos de palma de aceitera, eucaliptos o monocultivos a gran escala.
“Las plantaciones a gran escala, ya sea de árboles genéticamente modificados o no, son el resultado final de un conjunto de mecanismos comerciales mundiales instrumentados por una serie de actores internacionales que posibilitan que las empresas se apropien de la tierra, el agua y la diversidad biológica de los pueblos para aumentar sus ganancias”, afirma el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales.
El Movimiento, además, indica que las empresas de papel y celulosa, “entre las entidades internacionales que trabajan para privar a las comunidades locales de sus derechos en defensa de las ganancias empresariales y del modelo neoliberal, figuran instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Asiático de Desarrollo; organizaciones como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación; bancos comerciales y firmas consultoras forestales, todos los cuales cuentan con el apoyo de los gobiernos nacionales”.
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Se estima que una de las causas de las constantes inundaciones en Perú, Chile, Brasil y Colombia, por citar algunos países, es por la deforestación de bosques nativos, cifras que han aumentado en los últimos años de acuerdo con datos entregados por la organización Greenpeace.
Las pérdidas de bosques llegan a 219.973 hectáreas en Colombia, en 2017. Entre tanto, Perú perdió dos millones de hectáreas en un lapso de 15 años y Bolivia aniquila en promedio cerca de 350 mil hectáreas al año.
Sin embargo, los números son más preocupantes en Brasil, toda vez que entre agosto de 2015 y julio de 2016, fueron derribadas 798 mil hectáreas de bosques en la Amazonía.
LatinAmerican Post | Jorge Hernández
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