En París avanzaron las negociaciones del tratado mundial contra el plástico
Se estima que, a la fecha, la humanidad ha generado 7.000 millones de toneladas de desechos plásticos, por lo que resulta positivo que más de un centenar de países hayan acordado elaborar un tratado para frenar esta problemática.
Foto: Freepik
LatinAmerican Post | Julián Andrés Pastrana Cuéllar
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Tras arduas negociaciones adelantadas entre el 29 de mayo y el 2 de junio, los delegados de 175 países reunidos en París para avanzar en un tratado global contra la contaminación plástica acordaron construir una primera versión de este documento. Se llegó a un acuerdo de mínimos, que deberá avanzar hacia un tratado global con urgencia. Este debe ser presentado en la próxima jornada de discusión que tendrá lugar en Kenia en noviembre próximo. No obstante, antes habrá 3 rondas de negociación más. Cada reunión constituye un progreso sustancial con miras a tener listo un texto definitivo en 2024.
Sin duda, la contaminación por plásticos es un problema cada vez más palpable y que demanda una urgente intervención. No en vano, según cifras de la ONU, en los próximos 20 años la presencia de desechos plásticos en el mar podría duplicarse, alcanzando la escandalosa cifra de entre 23 y 37 millones de toneladas por año en 2040. Para el 2050, podría haber más plásticos que peces en el mar y los daños son incalculables.
Allí radica la importancia de que la capital francesa haya acogido esta semana el segundo de cinco periodos de sesiones del Comité Internacional de Negociaciones, también conocido como CIN-2, cuyo fin era el de avanzar en la construcción de un Tratado Mundial de Plásticos. Esta es una herramienta jurídicamente vinculante que ayuda a poner freno a la contaminación por este material especialmente en los océanos. Un tema crucial es que no solo se debe incrementar el reciclaje y la economía circular, sino que se deben poner frenos a la producción de plásticos.
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París, epicentro de la lucha contra la contaminación por plástico
Medios locales reportaron que durante cinco días la sede de la Unesco en París acogió no solo a los representantes de 175 países, sino también a oenegés y empresas del sector del plástico, para que conjuntamente debatieran en torno a medidas para contener los efectos adversos de desechar este elemento en los ecosistemas. Cabe decir que la presencia de los industriales del plástico fue criticada por algunos activistas.
La reunión sufrió un bloqueo durante dos días por la negativa de Arabia Saudita, Brasil, China, varios países del Golfo, Rusia e India a que el eventual texto, en caso de no llegar a un consenso, se aprobara por una mayoría cualificada de dos tercios. Al respecto, France 24 informó que la mayoría de delegados coincidieron en la importancia de que se realizara, como último recurso, una votación que permitiera sacar adelante la iniciativa a pesar del boicot de una minoría.
Tras superado este traspié se pudieron lograr importantes avances tal y como lo destaca la organización WWF. Entre ellos se destaca que 135 estados están ahora de acuerdo en la aplicación de reglas globales vinculantes que todos los países deban adoptar por igual. Además, 94 estados han exhortado a que el tratado le dé prelación a la erradicación de polímeros problemáticos, productos químicos y productos plásticos que representen un elevado riesgo. Por su parte, la WWF ve con buenos ojos que países como Japón, Islas Mauricio y Gabón se hayan adherido a la Coalición de Alta Ambición para Terminar con la Contaminación por Plásticos.
Antecedentes del tratado
El proceso que se espera desemboque en este crucial tratado inició en febrero de 2022, en el marco del quinto periodo de sesiones de la Asamblea de las Naciones Unidas para el medio Ambiente, con la adopción de una resolución que conminaba a la elaboración de ese instrumento jurídico. Se tiene proyectado que la consolidación de este tratado se debe dar tras un proceso de negociación que debería concluir en 2024.
Se apunta a construir una herramienta de carácter vinculante que fomente la elaboración y consumo sostenibles del plástico, apelando a la gestión ambientalmente racional de los desechos a través de iniciativas como la llamada economía circular.
Una necesidad vital considerando que, de acuerdo a cifras de la ONU, anualmente se fabrican en el mundo 400 millones de toneladas de plástico, de los cuales un tercio corresponde a plásticos de un solo uso. Diariamente, es vertido en las fuentes hídricas (mares, ríos y lagos) el equivalente a 2000 camiones de basura llenos de este material contaminante cuya presencia ya se ha detectado en los estómagos de las aves e, incluso, en la sangre, la leche materna y la placenta humanas con efectos bastante nocivos.