Lo que debe saber de la quinta Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente
El evento centró sus esfuerzos en buscar soluciones que contraataquen la triple emergencia mundial y permitan cumplir los objetivos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.
Te contamos fueron los temas de la quinta Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente. Foto: Pexels
LatinAmerican Post | Mariann Estefanía Soto
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Read in english: What you need to know about the 5th UN Environment Assembly
Entre el 22 y el 23 de febrero tuvo lugar en Nairobi, Kenia, la quinta Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA-5), el máximo organismo de Gobierno del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). El tema principal fue “Fortalecer la acción por la naturaleza para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible”. En el marco de las reuniones, se hizo un balance de las últimas políticas y acciones ambientales desarrolladas por los Estados miembros de la ONU y se impulsaron soluciones reales que permitan abordar la crisis climática y alcanzar las metas propuestas en la Agenda 2030.
Preparación de la asamblea
El 3 de diciembre de 2019, las Mesas de la Asamblea y el Comité de Representantes Permanentes de los Gobiernos escogieron el tema del evento. Esta decisión se tomó con el fin de enfatizar el papel protagónico de la naturaleza en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el 2030, divididos en tres dimensiones: lo social, lo económico y lo ambiental. Asuntos como la erradicación de la pobreza, los patrones sostenibles de consumo y producción, la recuperación económica con baja huella de carbono después de la pandemia, y la protección y restauración de la naturaleza, se tuvieron en cuenta a la hora de preparar la agenda de la asamblea.
En marzo de 2020, Sveinung Rotevatn, ministro de Clima y Medio Ambiente de Noruega, fue escogido como el presidente de la UNEA-5. Tras asumir el cargo, el político declaró: “La naturaleza es la base para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En muchas formas la hemos dado por sentada, pero no podemos permitirnos perderla. Aprovechando el ‘súper año para la naturaleza’ y la sólida base de conocimiento sobre el estado crítico de la misma, espero que en el próximo año podamos acordar oportunidades y cambios significativos para revertir las tendencias actuales, en favor de la naturaleza y el cumplimiento de los ODS”.
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En octubre del año pasado, debido a la pandemia del COVID-19, la oficina de la asamblea modificó la fecha inicial del evento (del 22 al 26 de febrero) y decidió dividir su agenda en dos partes. La primera sesión, enfocada en tomar decisiones urgentes, se simplificó y se llevó a cabo virtualmente durante el 22 y 23 de febrero. La segunda sesión será presencial, tendrá lugar en febrero de 2022 y estará orientada a asuntos de fondo que requieran negociaciones más profundas.
Conclusiones de la quinta sesión
Durante el diálogo en el que representantes gubernamentales explicaron las contribuciones de sus respectivos países al desarrollo sostenible, la directora ejecutiva adjunta del PNUMA Joyce Msuya señaló ocho puntos clave para tener en cuenta:
- La salud de la naturaleza y la salud humana están indisolublemente vinculadas.
- La crisis de la naturaleza está interrelacionada con la crisis climática y la de la contaminación.
- La pandemia es tanto una amenaza como una oportunidad.
- La restauración ecológica debería encaminarnos hacia un mundo resiliente, inclusivo y con bajas emisiones de carbono.
- La restauración ecológica debe abordar las necesidades de las personas más pobres y vulnerables.
- Varios Estados miembro ya están poniendo en marcha componentes clave para la restauración ecológica.
- Como la principal autoridad ambiental mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente tiene que desempeñar un papel crucial.
Después de dos días de reuniones, los líderes mundiales y asistentes a la asamblea concluyeron que somos susceptibles a la aparición de nuevas pandemias si continuamos relacionándonos con la naturaleza de manera destructiva. Esto es sumamente preocupante porque, tal y como señaló Rotevatn, tan solo la presente crisis del COVID-19 “ha provocado nuevos y graves desafíos sanitarios, socioeconómicos y ambientales, y agravado aquellos que ya estaban presentes en todo el mundo”. Además, el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, advirtió que las catástrofes naturales presenciadas en los últimos años son un llamado para atender una triple emergencia planetaria: la crisis del cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y el aumento de la contaminación y los desechos.
Decisiones tomadas para combatir la triple emergencia
Como cierre de la UNEA-5, los 153 Estados miembro de la ONU y los más de 60 ministros de Medio Ambiente reunidos acordaron tres decisiones importantes:
- Gestionar los fondos fiduciarios y las contribuciones para dos fines específicos: apoyar los programas de trabajo del PNUMA y los programas, convenios y protocolos de mares regionales y fondos especiales de protección, conservación y gestión ambiental.
- Aprobar la estrategia de mediano plazo para el periodo 2022-2025 y el programa de trabajo y presupuesto para el bienio 2022-2023, propuestos por Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA. En la estrategia se transformará la manera en que esta autoridad ambiental opera y se proporcionará “ciencia y conocimientos a los gobiernos”. En el programa del bienio se trabajará la acción climática, la transformación digital, la acción por la naturaleza, la gobernanza ambiental, las medidas relacionadas con los productos químicos y la contaminación, la transformación financiera y económica y el ámbito científico-normativo.
- Aplazar y reanudar en 2022 la UNEA-5. Tentativamente, el evento sucederá de manera presencial del 28 de febrero al 2 de marzo del próximo año en Nairobi. Mientras tanto, los Estados miembro de la ONU se comprometen a continuar “los esfuerzos conjuntos para reforzar las medidas a favor de la naturaleza”.
Al hacer un recuento de los diálogos y decisiones tomadas durante la asamblea, Andersen remató: “Los últimos días han sido alentadores. Vimos un nuevo esfuerzo mundial a favor de las economías circulares y el uso eficiente de los recursos; un impulso para financiar la reducción de emisiones mediante la reforestación; vimos a gobiernos, científicos y empresas unirse para considerar los metadatos como una herramienta para el cambio, y hemos sido testigos de cómo los jóvenes han alzado la voz para decirnos ‘nada sobre nosotros sin nosotros’ y pedir fondos específicos para hacer posible una participación más profunda de su parte”.