Los niños centroamericanos sufren graves impactos del cambio climático
Las graves consecuencias del cambio climático en el Corredor Seco de Centroamérica son evidentes en la vida de los niños: reducción de la disponibilidad de alimentos, frecuentes riesgos de inundaciones y migración de los padres, según informa World Vision International.
Como informa World Vision International, las graves consecuencias del cambio climático en el Corredor Seco de Centroamérica son evidentes en la vida de los niños: reducción de la disponibilidad de alimentos, frecuentes riesgos de inundaciones y migración de los padres.
Miles de niños de la región apenas comen una o dos comidas al día. En los últimos cinco años, la cantidad de pollo, arroz, pan, patatas y verduras en cada comida ha disminuido, según un análisis reciente de World Vision International. Esta ONG consultó a más de mil niños, niñas y adolescentes de 35 municipios de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Escasez extrema de alimentos y déficit nutricional
“Identificamos a través de las voces de los niños que las sequías se están presentando con mucha frecuencia en esta zona”, dijo a Efe Jorge Galeano, director para Centroamérica de World Vision. “Esto tiene un efecto directo en los cultivos”, confirmó.
Ana, una de las adolescentes que participó, compartió su experiencia: “Solo comemos frijoles, tortillas, arroz una o dos veces al día y muy raramente pollo o carne”. La disminución de las precipitaciones y los aguaceros torrenciales exacerban la inseguridad alimentaria. Treinta y seis de cada 100 niños entrevistados informaron vivir en zonas vulnerables que ponen en peligro sus vidas. Samuel, un joven de 14 años, explicó: “Ahora llueve poco y cuando llueve, el río se desborda”, reflejando los hallazgos del estudio de 2023.
Las inundaciones y los deslizamientos de tierra destruyen con frecuencia viviendas cercanas a cuencas fluviales, zonas propensas a deslizamientos de tierra y montañas. Además, el informe revela que el 50% de los niños, principalmente padres, mencionaron que algún miembro de la familia había migrado en los últimos años. “La gente está abandonando sus hogares porque el cambio climático está ejerciendo presión sobre los medios de vida de las familias”, explicó Galeano.
Las dificultades económicas obligan a los padres a comprar sólo lo esencial, como alimentos, medicinas y ropa. Según los niños, las familias suelen compartir alimentos con quienes tienen menos. El cambio climático ha secado pozos y fuentes de agua en sus comunidades, haciendo que el agua sea cada vez más escasa. Esta escasez afecta directamente la disponibilidad de alimentos en los hogares, reduciendo la cantidad y la calidad.
Muchos niños dedican entre media y una hora a buscar agua: “Tenemos que llevarla a unos 500 o 600 metros de distancia porque el pozo más cercano se secó”, explica Maycol, de 11 años. Las limitaciones económicas y los desafíos ambientales se combinan para crear un ciclo de pobreza y privaciones, en el que los niños son los más afectados por estos impactos.
Esfuerzos ambientales de los niños
En respuesta al cambio climático, la mayoría de los niños informan que “plantan árboles”, eliminan adecuadamente la basura y participan activamente en “campañas de limpieza”. Estas actividades se llevan a cabo individualmente, dentro de las familias y en las comunidades. Los niños tienen ideas claras sobre el papel de los sectores público y privado a la hora de abordar las cuestiones ambientales.
Proponen ofrecer “charlas de educación ambiental” para ayudar a los afectados y promover campañas de reforestación. World Vision International tiene como objetivo mejorar las vidas de los 10 millones de personas en el Corredor Seco Centroamericano a través de investigaciones que fomenten un cambio de mentalidad sobre el cambio climático.
“Los niños tienen buenas propuestas que necesitan ser escuchadas, este estudio es una base que nos permite dar a conocer esas voces”, concluyó Galeano. “El cambio climático es algo que nos está afectando a todos”.
Los niños del Corredor Seco Centroamericano no son sólo víctimas pasivas del cambio climático, sino que buscan activamente soluciones y marcan una diferencia en sus comunidades. Sus esfuerzos por plantar árboles, gestionar residuos y participar en campañas de limpieza demuestran un enfoque proactivo para mitigar el daño ambiental. Aunque pequeñas a escala global, estas acciones son significativas en sus entornos inmediatos y proporcionan un modelo de resiliencia comunitaria y gestión ambiental.
La situación en el Corredor Seco subraya la urgente necesidad de estrategias integrales para abordar el cambio climático y sus impactos en las poblaciones vulnerables. Los gobiernos, las ONG y los organismos internacionales deben colaborar para implementar prácticas sostenibles y brindar apoyo a las comunidades que enfrentan la peor parte de los cambios ambientales.
Implicaciones más amplias para América Latina
La difícil situación de los niños en el Corredor Seco refleja tendencias más amplias en toda América Latina, donde el cambio climático está exacerbando las desigualdades sociales y económicas existentes. Los países de la región están siendo testigos de cambios en los patrones climáticos, una mayor frecuencia de desastres naturales y una degradación ambiental significativa. Estos cambios afectan desproporcionadamente a las poblaciones más pobres y vulnerables con menor capacidad de adaptación.
En respuesta, la cooperación regional y la ayuda internacional son esenciales. Los países latinoamericanos deben colaborar para compartir recursos, conocimientos y estrategias para construir resiliencia contra el cambio climático. Las organizaciones globales pueden desempeñar un papel crucial proporcionando financiamiento, asistencia técnica y orientación política para apoyar estos esfuerzos.
Los cuentos infantiles del Corredor Seco resaltan el rostro humano del cambio climático y la urgente necesidad de actuar. Nos recuerdan que los impactos de la degradación ambiental no son sólo estadísticas sino luchas de la vida real que afectan a los miembros más inocentes y vulnerables de la sociedad. Podemos ayudar a construir un futuro más sostenible y equitativo para todos escuchando sus voces y apoyando sus iniciativas.
Los efectos devastadores del cambio climático en el Corredor Seco de Centroamérica, como se detalla en el informe de World Vision International, revelan las duras realidades que enfrentan los niños en la región. Con una menor disponibilidad de alimentos, mayores riesgos de inundaciones y una migración generalizada de los padres, los cambios ambientales afectan profundamente las vidas de los jóvenes. Sin embargo, sus esfuerzos proactivos en la conservación ecológica proporcionan un rayo de esperanza y resiliencia.
Mientras el mundo se enfrenta a los desafíos multifacéticos del cambio climático, las experiencias y acciones de estos niños subrayan la necesidad urgente de soluciones integrales y colaborativas. Al abordar los impactos inmediatos y a largo plazo del cambio climático, podemos apoyar a las comunidades del Corredor Seco y más allá, garantizando un futuro sostenible para la próxima generación.