¿Por qué el café se volvió amigo del jaguar en Latinoamérica?
En la Sierra Nevada de Santa Marta en Colombia, se certificaron las siete primeras fincas cafeteras declaradas “Amigas del Jaguar”, que se suman a las fincas que ya producen este tipo de café especial en Costa Rica desde hace un par de años y que pretenden integrar las actividades productivas humanas a la conservación de los escenarios naturales indispensables para la vida de otras especies, en este caso el felino más grande de América.
Jaguar recostado sobre una roca. / Foto: Unsplash – Imagen de referencia
LatinAmerican Post | Alberto Castaño
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El jaguar, (Panthera onca) es el felino más grande de América y una de las especies de depredadores más amenazada. En la Sierra Nevada de Santa Marta, las actividades humanas han invadido su hábitat, talan sus bosques, crían ganado bovino y cazan sus presas naturales obligando al jaguar a que ataque el ganado que se constituye en una presa fácil para este gran depredador que cada día se va quedando sin hogar.
Todos estos conflictos que se presentan por la intromisión del hombre en el hábitat natural de miles de especies que se ven cada día más arrinconadas, han llevado a que la autoridad ambiental de Colombia en esa zona del país, junto con la Organización ProCAT Internacional, busque una fórmula de armonización entre las actividades productivas del hombre y al mismo tiempo se procurara la restauración y conservación del hábitat natural del jaguar.
“Vemos la necesidad de desarrollar estrategias tendientes a proteger la vida silvestre y al mismo tiempo las actividades agrícolas, sustento de muchas familias en el territorio. Con esto estamos demostrando que sí podemos coexistir con otras especies en el mismo territorio”, afirmó Carlos Francisco Diazgranados, director de Corpamag, la autoridad ambiental en la región.
La certificación que obtuvieron estas primeras siete familias en el macizo de mayor elevación en todo el mundo a orillas del océano es avalada por Wildlife Friendly Enterprise Network o Red de Empresas Amigas de Vida Silvestre, una organización internacional que cuenta con múltiples sellos de buenas prácticas y que certifica luego de una rigurosa investigación sobre los estándares que deben cumplir los productores.
“Nosotros protegemos la vida silvestre en lugares salvajes con tierras agrícolas en el medio, mediante la certificación de las empresas que otorgue a las personas y la naturaleza coexisten y prosperan. La certificación garantiza la transparencia e integridad de nuestras actividades”, se puede leer en la página oficial de Wildlife Friendly.
“Uno de los retos más grandes de la conservación en el mundo es el de abrir espacios para las especies en lugares que han sido intervenidos por el hombre a través de sus sistemas productivos” afirmó José Fernando González Maya PhD., director de la Organización ProCat Internacional que impulsa este proyecto.
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Y agregó que gracias a la certificación, “la presencia de jaguares ahora se convierte en un beneficio para el cultivador, ya no es un problema, es una garantía de que su finca es, con esta certificación, más productiva de lo que era antes”.
La fórmula que permite que los campesinos produzcan más si son ‘amigos del jaguar’ es muy sencilla. “La certificación lo que significa es el acceso a nuevos mercados internacionales, lo que se genera es un valor agregado al producto que se relaciona de manera directa con la conservación de la biodiversidad, pero como esta certificación también exige el ‘comercio justo’, ese sobreprecio o valor agregado, va directamente al productor, esto quiere decir en términos sencillos, que un café amigo del jaguar es más valioso que un café que se siembra mediante prácticas que no sean amigables con la protección de los ecosistemas”.
Hasta el momento son 954 las hectáreas que en la Sierra Nevada de Santa Marta han sido declaradas como fincas cafeteras amigas del jaguar y se espera que un futuro próximo ese número siga incrementándose de tal manera que los campesinos se vean beneficiados, no sólo a través de una retribución económica, pues “tener ecosistemas funcionales y en buen estado garantiza recursos naturales en buenas condiciones que sustentan todas, absolutamente todas las actividades humanas, el agua, el aire, los suelos, la biodiversidad y muchos otros servicios se garantizan si las poblaciones del depredador más grande en Latinoamérica están en buenas condiciones”, aseguró el científico director de ProCAT.
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Es que del jaguar se desprende la salud de los ecosistemas, sin depredadores naturales de gran tamaño, como este, las poblaciones de especies de herbívoros pueden crecer de manera desmedida afectando el crecimiento y la salud de los bosques, pero también afectando el desarrollo de los cultivos, lo que a final de cuentas terminaría con el detrimento de cualquier actividad humana.
Ahora, campesinos sencillos, trabajadores y humildes de diferentes regiones, ahora pueden acceder a mercados internacionales como Arizona en Estados Unidos y próximamente en Ontario Canadá para exportar su café amigo del jaguar y el precio que pagan los norteamericanos por un café de Costa Rica o de Colombia, con una calidad excelsa, irá a mejorar la calidad de vida de sus familias y el hábitat del felino más grande de América.