¿Qué es la pesca destructiva? Una amenaza a la economía y a los ecosistemas en Latinoamérica
Que este tipo de pesca no sea ilegal no significa que no sea una amenaza ambiental y económica.
A finales de junio de este año, Ecuador encendió sus alarmas debido a la presencia de 280 embarcaciones pesqueras chinas que estaban pescando cerca a las Galápagos. Foto: Unsplash
LatinAmerican Post | Vanesa López Romero
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A finales de junio de este año, Ecuador encendió sus alarmas debido a la presencia de 280 embarcaciones pesqueras chinas que estaban pescando cerca a las Galápagos. Si bien no habían cruzado el límite de la zona marítima ecuatoriana, este hecho recordó el de 2017 y el del 2020. En el primero, la Armada Ecuatoriana capturó una embarcación china dentro de la reserva marítima de Galápagos, en ella hallaron alrededor de 300 toneladas de pesca, dentro de las que se encontraban especies de tiburones que están actualmente en peligro de extinción. En el segundo, se denunció que una flota de aproximadamente 300 embarcaciones se acercaban a la Zona Económica Exclusiva de las islas Galápagos, entonces el gobierno ecuatoriano activó el Comité Interinstitucional del Mar (CIM), encargado de vigilar y analizar este tipo de embarcaciones extranjeras con el fin de cuidar el territorio marítimo nacional.
Ahora, las alarmas se vuelven a encender, pues la flota pesquera parece dirigirse a Perú mientras que pone en peligro los ecosistemas del Pacífico latinoamericano. Esto sucede pues muchas de las especies que son atrapadas ya sea de manera ilegal o accidental (cuando el objeto de pesca es una especie pero se atrapa a otra en el proceso) se encuentran vulnerables, en peligro de amenaza, amenazadas o en peligro de extinción. Una de las especies por las que más se preocupan en este momento los ambientalistas es el tiburón martillo.
Además, la pesca ilegal pone en peligro la economía de la región, ya que deja sin recursos a los pesqueros locales, ya sea porque se pescan especies que los pesqueros locales necesitan o porque pescan especies de las que se alimentan las especies necesarias para los pesqueros locales.
Pero hay que tener en cuenta que la pesca ilegal no es la única que pone en riesgo los ecosistemas marítimos y la economía de la región.
Pesca destructiva en Latinoamérica
El pescado es el producto que más tiene demanda alrededor del mundo, lo que ha provocado que haya una sobreexplotación de los mares y océanos, poniendo en peligro a miles de especies. Este tipo de pesca es llamada pesca destructiva, y a pesar de las consecuencias ambientales a corto y largo plazo que trae, es considerada legal. La pesca destructiva tiene diferentes formas. La más conocida es la pesca de arrastre, que consiste en lanzar una red gigante al océano que va arrastrándose y va recogiendo a su paso todo lo que encuentre, lo que implica que se pesquen especies vitales para el buen funcionamiento del ecosistema. Además, la pesca de arrastre destruye los corales por los que pasa.
La pesca con explosivos, con veneno, con cerco y de red a la deriva, si bien son menos comunes, también son tipos de pesca destructiva.
En consecuencia, no solo el medio ambiente es afectado, sino que también la economía. Quienes ven esto de primera mano son los pesqueros locales, aquellos que no responden a una gran industria y que viven su día a día de la pesca. Los ecosistemas se ven alterados, los peces se acaban, el mercado se estanca.
En el 2018, la FAO puso como objetivo para 2020 reglamentar la industria pesquera en Latinoamérica con el fin de poner fin a la pesca excesiva. Este objetivo nunca se alcanzó. En junio de este año, 50 organizaciones de la sociedad civil latinoamericana publicaron la declaración "Alerta regional sobre la pesca destructiva e ilegal de la flota china" para promover la regularización y reglamentación de la pesca ilegal de las flotas chinas y asimismo, reglamentar la pesca ilegal que se hace inclusive dentro de la región por los mismos locales.
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¿Cuál es la solución?
Es prácticamente imposible que se deje de consumir pescado, por lo que la industria pesquera seguirá existiendo, pero si no se toman medidas con urgencia llegará un momento en el que no habrá qué pescar. Es por ellos que las organizaciones sociales y ambientalistas han insistido en la regularización de la pesca sostenible. Este tipo de pesca, basada en la pesca artesanal, tiene como objetivo seguir realizando la actividad de manera responsable y previendo que en el futuro se pueda seguir realizando.
Para esta, se seleccionan especies que no estén vulnerables, en peligro de amenaza, amenazadas o en peligro de extinción. Esta pesca no descarta ejemplares que estén muertos o moribundos y no utiliza métodos de pesca que pongan en peligro a las especies que no son el objetivo ni a los ecosistemas.
Ahora bien, la demanda debe ser repensada. Para esto, además de regularizaciones, debe haber presión por parte de los consumidores. Por ejemplo, si se le exige a un restaurante o a una distribuidora de pescado que todos sus productos respondan a la pesca sostenible, estos eventualmente tendrán que cambiar su cadena productora.