STOP cruceros: ¿Son el medio de transporte más perjudicial para el medio ambiente?
Los cruceros están volviendo a retomar sus niveles de actividad previos a la pandemia. Sin embargo, este renovado entusiasmo por pasar unas vacaciones en el mar causa graves efectos en el medio ambiente. Te contamos por qué.
Foto: Unsplash
LatinAmerican Post | María Fernanda Ramírez Ramos
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Una de las industrias más sacudidas por la pandemia fue la de los cruceros, pues quedaron prohibidos los viajes (por un tiempo) y las acciones se desplomaron. Sin embargo, el turismo está volviendo a recuperarse. Según datos de la Organización Mundial del Turismo, OMT, "más de 900 millones de turistas viajaron internacionalmente en 2022, el doble de la cifra registrada en 2021, aunque sigue siendo el 63 % de los niveles previos a la pandemia". Al respecto, América ha retomado el 65% de su actividad turística y se espera que este 2023 esas cifras sigan aumentando.
Los cruceros no son ajenos a esta tendencia y están volviendo a retomar sus niveles de actividad previos a la pandemia. Sin embargo, unas vacaciones sobre el mar pueden tener un impacto ambiental muy negativo. Por esta razón, existen plataformas ambientalistas y de ciudadanos que están pidiendo que se detenga la industria de los cruceros y existan mayores regulaciones para ellos. Esto ha sucedido en lugares como México, Bahamas, España o Italia.
¿Cuál es el impacto ambiental de los cruceros?
Contaminación del aire: Los cruceros emiten grandes cantidades de gases de escape, como dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno y partículas. Estas emisiones contribuyen al cambio climático. Además, afectan la calidad del aire en las ciudades portuarias donde atracan, afectando la salud de la población.
Contaminación del agua: Los cruceros también generan grandes cantidades de aguas residuales, que pueden contener sustancias químicas y materiales tóxicos para los ecosistemas marinos. De acuerdo con el Ocean Conservancy, las descargas de aguas grises “pueden provocar el agotamiento del oxígeno, propagar bacterias y virus patógenos". Esto resulta en un daño incalculable para la vida marina. Asimismo, es frecuente que los combustibles de los cruceros o aguas contaminadas con petróleo terminen en el mar. En este sentido, son una amenaza para los arrecifes y la biodiversidad en general.
Contaminación acústica y muerte de animales: Los motores y las actividades a bordo de los cruceros generan un gran ruido subacuático que puede afectar a los animales. Asimismo, se han registrado muertes de ballenas y otros animales a causa de la actividad de los cruceros.
Desechos: Estas embarcaciones generan enormes cantidades de desechos. Es preciso tener en cuenta que se trata de "ciudades flotantes" que deben cargar con alimentos y otros materiales a bordo para mantener a los viajeros. Esto genera grandes cantidades de desechos plásticos y de alimentos. Con frecuencia, no tienen una correcta gestión y se han multado embarcaciones por liberar desechos en el mar.
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Un caso ejemplar sucedió con Princess Cruise Lines Ltd, subsidiaria de Carnival Corporation (la compañía de cruceros más grande del mundo). En 2016 recibió una sanción penal por contaminación deliberada por parte del Departamento de Justicia. Debió pagar una multa de 40 millones de dólares por hacer vertidos ilegales de desechos al mar, muchos de ellos con petróleo.
Sostenibilidad: el mayor desafío para los cruceros y el turismo marítimo
"Consideraciones transversales de sostenibilidad, como la protección del ecosistema, la reducción de la contaminación y los desechos plásticos, la conservación de la biodiversidad y las inversiones en tecnologías verdes dentro de la economía azul, deben integrarse necesariamente en el desarrollo de la industria del turismo de cruceros y el turismo en general", señala el Ministro de Turismo de Jamaica, Edmund Bartlett, en un artículo para el Ocean Panel. Este último es una iniciativa global para la sostenibilidad en la economía marítima. Y es que países como Jamaica y otros Estados insulares en el Caribe y el Pacífico, tienen en la industria del turismo y los cruceros una fuente de ingresos grande.
Sin embargo, es paradójico, pues al mismo tiempo son los países más amenazados por el cambio climático. La adopción de medidas para mitigar su impacto como la utilización de combustibles más limpios y un mejor manejo de los residuos son urgentes. Asimismo, repensar la forma del turismo masivo hacia uno que genere mayor impacto positivo en las comunidades locales y no afecte negativamente a los ecosistemas debe priorizarse. Así, cabe preguntarse si la industria de los cruceros, tal como está pensada ahora, vale la pena en un mundo en crisis ante la emergencia climática.
Un impacto más allá del medio ambiente
Además del tema de la sostenibilidad, hay otros factores que han causado que ciudades empiecen a rechazarlos en sus costas. Y es que se trata de enormes barcos, que pueden tener entre 3.000 y 6.800 pasajeros en promedio, y pesar hasta 90.000 toneladas. Estos enormes hoteles acuáticos llegan a una ciudad y permiten que estos miles de pasajeros desembarquen para hacer una visita de manera express.
Sin embargo, la presencia de las descomunales embarcaciones, además de afectar los ecosistemas, tienen un impacto en el paisaje y en el deterioro del patrimonio de muchos lugares. Un caso ejemplar es el de Venecia, que desde el 2021 prohibió la entrada a su centro para las embarcaciones más grandes, es decir, aquellas de más de 21.000 toneladas. Asimismo, este tipo de turismo no siempre genera un beneficio económico para las comunidades locales, pues las personas tienen todo incluido dentro del crucero o no duermen en los hoteles.
Hay sitios, como islas o zonas con patrimonio especial, que no están preparadas para el turismo masivo y la presencia de tantas personas afecta el agua, la biodiversidad o a los locales, al generar disturbio en su estilo de vida.