México piensa en un mundo sin NAFTA
Ante las diferencias suscitadas en la primera ronda de negociación, ya se contempla un panorama sin tratado comercial
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México piensa en un futuro donde la posibilidad de seguir el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) es muy reducida, ante las amenazas del presidente Donald Trump de que Estados Unidos abandonará el pacto comercial vigente desde 1994. Para el presidente estadounidense Canadá y México están siendo difíciles en las negociaciones y también piensa que, de ser necesario, acabará el acuerdo. Sin embargo, para México, las condiciones estadounidenses son muy difíciles de cumplir.
El secretario de Hacienda de México, Ildefonso Guajardo, en su alocución ante el Senado dijo que “el escenario sin NAFTA (siglas en inglés del TLCAN) también lo tenemos que pensar”, alocución que se da momentos anteriores a que se inicien la segunda ronda de negociaciones del tratado en la Ciudad de México. Ante ese panorama Guajardo llamó a los senadores del PRI a no sobredimensionar esta opción.
Guajardo dijo que algunas de las diferencias que existen respecto al Tratado norteamericano son por las exigencias estadounidenses de que se modifique el mecanismo de resolución de disputas y que se hagan más estrictos los estándares laborales. En sus comentarios al Senado, el secretario indicó que alrededor de 15 de los 25 grupos que están negociando han tenido desacuerdos luego de la primera ronda de renegociaciones que comenzó en agosto en Washington. El principal punto de quiebre es acerca de jornadas laborales y su estandarización.
Por su parte el secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray, aseveró que su país y Estados Unidos viven un “momento de definición” de sus relaciones, “Las decisiones y acuerdos que alcancemos con Estados Unidos van a definir cómo será nuestra convivencia en Norteamérica en los próximos años y probablemente en las próximas décadas”.
Videgaray reiteró desde Chile que México aboga por la preservación del TLCAN: “Hemos dicho muchas veces: permaneceremos en el NAFTA siempre y cuando sea bueno para México y si así conviene a los intereses mexicanos”. También recordó que la intención por la que abogan las tres partes de la de construir un mejor acuerdo donde los beneficios sean repartidos equitativamente y que las condiciones han cambiado mucho desde 1994, por lo cual la renegociación es fundamental para situarse respecto al comercio en el siglo XXI.
Respecto a los puntos de quiebre acerca del NAFTA, uno de los principales atractivos para que las manufactureras extranjeras se quieran asentar en México son los bajos salarios que se tienen que pagar. Mientras el salario promedio en las fábricas de China ha aumentado, para México ha bajado, por lo que se convierte en una oportunidad de mano de obra barata para la producción. Si Estados Unidos logra imponer la estandarización laboral, ya no se podría sacar provecho de lo laxa que son las leyes mexicanas respecto a las condiciones laborales. El Consejo de Asuntos Hemisféricos ve con bueno ojos la iniciativa, sin embargo, no deja de preocupar es que pasa si los Estados Unidos no logra imponerse.
México también ya se encuentra trabajando en un plan b si el NAFTA llega a su fin. Para el gobierno mexicano la búsqueda de nuevos mercados no será difícil gracias a los acuerdos que ya tiene con otros países, como es el caso de la Alianza del Pacifico que en los últimos dos años ha aumentado significativamente el intercambio comercial. México incluso ha pensado en crear un mayor vinculo comercial con China, pero sabe que este es un desafío que necesita de mayor preparación, así como la posibilidad de hacerlo en bloque. Para los economistas mexicanos, si bien México se beneficia del NAFTA, es Estados Unidos quien más lo usa y por ende el más perjudicado al seguir con la idea de retirarse.
Para Gonzalo Abad Frías, especialista en tratados comerciales y Latinoamérica, si Estados Unidos decide retirarse del NAFTA, el sector automotriz será uno de los grandes perjudicados: “México exporta cerca de tres veces más autos de los que se adquieren domésticamente, y el destino son los Estados Unidos, y este es uno de los sectores que volverá a tener aranceles altos, haciendo que estos se encarezcan viéndose perjudicaos ellos, no los mexicanos”. Para el experto, cerca del 40% de los bienes que consume Estados Unidos provienen de México, por lo que valdría la pena preguntarse si en realidad al salirse del NAFTA son los mexicanos los más perjudicados. El flujo comercial, así como el número de empresas presentes en territorio mexicano, dan una perspectiva que favorece a México, aunque también debe valorarse la posible contracción económica que pueda suscitarse de este evento.
Latin American Post | Carlos Eduardo Gómez Avella
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