México: ¿Por qué la elección del 1º de julio es histórica?
Por primera vez en la historia, la izquierda mexicana tiene su mejor oportunidad de llegar al poder
El próximo 1º de julio los mexicanos elegirán a su nuevo presidente, en estas elecciones según la información actualizada del Instituto Nacional Electoral, se espera una participación de entre el 65 y 70% en un padrón de 90 millones de electores. En las elecciones presidenciales de 2012 el porcentaje fue de 63%, por lo que el aumento será significativo. Los datos de la misma autoridad electoral indican que son 18,000 puestos los que están en disputa, además del de presidente de la república.
¿Qué hace histórica a esta elección?
La estrepitosa caída del Partido Revolucionario Institucional (PRI): Este partido ha estado presente en la historia política mexicana desde 1929, sin dejar el poder hasta el año 2000. A diferencia de otros países latinoamericanos, México no tuvo dictaduras personales, sino una dictadura de partido a la que Vargas Llosa llamó en 1990 «la dictadura perfecta». El poder pasaba del presidente en turno a su sucesor elegido por él mismo, aunque no dejaban de celebrarse elecciones como mero trámite. Desde los años 80, sobre todo tras las crisis económicas, el neoliberalismo, la crisis de 1994 y las profundas acusaciones de corrupción, el PRI comenzó su caída que culminó con la transición hacia la alternancia en el 2000. Tras 12 años fuera del poder volvió aparentemente renovado con Enrique Peña Nieto, quien ganó la elección.
No obstante el PRI sumó nuevas acusaciones de corrupción que llevaron a gobernadores y funcionarios a prisión, además del 19% de aprobación del presidente. Estos factores auguran los peores resultados para el PRI en la historia, estando en tercer lugar de las preferencias presidenciales y siendo competitivo solamente en una elección estatal.
El ascenso de la izquierda: Andrés Manuel López Obrador está en su tercer intento de ser presidente, en 2006 y 2012 fue atacado seriamente por sus adversarios, relacionándolo primero con Cuba y luego con la Venezuela chavista. Fue acusado de querer instaurar el mismo modelo, de querer expropiar empresas y de ser «un peligro para México», campaña que logró causar temor y que se vio reflejada en las urnas. Además, los fracasos de la izquierda latinoamericana le pasaron factura.
López Obrador mostró un carácter reaccionario, tomando la avenida principal de la capital por meses, atacando a las instituciones del país, formando un gabinete en la sombra y denunciando fraude, lo que le valió la antipatía del grueso de la población. Rompió con el partido que lo apoyó en las elecciones anteriores y formó su propio partido: Morena. Para el 2018 ha mostrado un carácter más sereno, ha logrado captar el enojo de la población hacia el PRI y ha formado alianzas estratégicas, lo que lo tiene a la cabeza en las preferencias electorales con 50% en promedio. Las recurrentes acusaciones de las que ha sido objeto por años no han tenido un efecto negativo en esta elección, al contrario, lo han hecho ascender.
El quebranto del sistema de partidos: Con la caída del PRI y el ascenso de Morena se preveé una reconfiguración del sistema de partidos, se han roto las tradicionales alianzas ideológicas para volverse mixtas, es decir la izquierda no se alió con la izquierda, sino con la derecha. Sólo la coalición oficialista está formada por partidos de derecha, las otras dos están formadas por partidos de ambos bandos. Morena, Partido del Trabajo y Partido Encuentro Social aspiran a dominar en ambas cámaras, por lo que el PRI pasará a ser un partido pequeño, al igual que el PRD y Movimiento Ciudadano aliados del PAN. Parece ser que este último sería la verdadera oposición de Morena, que tiene menos de 5 años de existencia.
La reconfiguración del mapa político: Desde 1997 Ciudad de México puede elegir a sus gobernantes y el PRD ha estado en el poder. Sin embargo, parece que la coalición de Morena se los arrebatará, además de ser punteros en Tabasco, Chiapas y Morelos. De las 9 gubernaturas en disputa Morena podría quedarse con 6 (hoy no tiene ninguna), Movimiento Ciudadano con Jalisco, el PAN con Guanajuato y el PRI con Yucatán.
Los candidatos independientes: Resultó un fracaso el modelo de candidaturas independientes, los tres aspirantes que lograron juntar las firmas necesarias lo hicieron con irregularidades. Uno de ellos, «El Jaguar», quedó fuera antes de comenzar las campañas, Margarita Zavala y Jaime Rodríguez entraron a la boleta con sospechas. El poco financiamiento y publicidad hicieron renunciar a Margarita Zavala a poco más de un mes de la elección. El debut de estas candidaturas no cumplió las expectativas.
LatinAmerican Post | Luis Ángel Hernández Liborio
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