Miss Venezuela: La fea corrupción eclipsa a la belleza
El certamen de belleza venezolano fue cancelado temporalmente por escándalos de corrupción
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Venezuela vive una época crítica en todo aspecto, el desastre económico ha dejado a gran parte de la población sumida en la pobreza y en la inseguridad alimentaria. Sin embargo, aún existen elementos que parecerían ser propios de sociedades estables, como es el caso de los concursos de belleza. Miss Venezuela seguía en pie, al menos hasta ahora, pues ha sido cancelado por un escándalo de corrupción que se extiende hasta la sospecha de ser parte de una red de prostitución.
Los concursos de belleza gozan cada vez de menos popularidad, la lucha feminista ha buscado reivindicar el papel de las mujeres en la sociedad más allá de ser un «objeto» apreciado por su belleza, que además solamente se basa en un canon estricto, dejando a la gran mayoría de las mujeres fuera de ese rango. Cada año, cuando se realizan los concursos nacionales o el internacional Miss Universo, las críticas recaen sobre los organizadores, así como sobre las participantes y los espectadores por fomentar los estereotipos.
Aunque diversos concursos han tratado de cambiar esta percepción al dar mayor énfasis a las actividades profesionales de las participantes, no han logrado quitarse la imagen negativa que tienen. Algunos críticos argumentan que presentar a las mujeres como objetos da pie a que se les siga explotando en redes de prostitución, y los escándalos recientes relacionados con Miss Venezuela parecen ratificar dichas teorías. Ni siquiera Estados Unidos se ha escapado de las acusaciones, el mismo Donald Trump fue parte de Miss Universo y ha sido señalado en repetidas ocasiones por su trato censurable hacia las mujeres.
Esta semana, la promotora de Miss Venezuela Grupo Cisneros Media, anunció en un breve comunicado la suspensión del certamen para someterlo a una investigación interna. Las propias concursantes han hecho acusaciones mutuas de ser «acompañantes» de personajes de la política y el sector empresarial de Venezuela, lo que se ha interpretado como prostitución en vista de las retribuciones que las concursantes obtienen al relacionarse con dichos personajes: casas y autos de lujo, viajes, ropa de diseñador, joyas, etc; lo cual ha generado críticas de la opinión pública.
Además de la sospecha de la red de prostitución, varias ex-concursantes son acusadas de ser parte de redes de corrupción implicadas en saqueos de empresas como Petróleos de Venezuela (PDVSA). Ex-concursantes como Zoraya Villarreal y Claudia Suárez Fernández han sido vinculadas con funcionarios de la petrolera y fueron señaladas como facilitadoras de los saqueos, siendo parte de fundaciones fraudulentas y triangulaciones bancarias.
Osmel Sousa, dirigente de Miss Venezuela, se había retirado hace unas semanas a causa del escándalo; sin embargo, su salida no detuvo los señalamientos, sino que tuvo un efecto contrario y se destaparon más casos, sobre todo cuando Annarella Bono, cercana al círculo chavista, hizo públicos varios casos de ex-compañeras que eran parte de la red de corrupción. Miss Venezuela busca una salida al problema al tratar de obtener el respaldo de la opinión pública mediante su investigación interna para dar algún tipo de respuesta a los venezolanos. Los escándalos por corrupción y prostitución, sumados a la crisis general de los concursos de belleza, tienen al borde del desastre al certamen, que requerirá enormes garantías y condiciones para que pueda salir a flote nuevamente. La conmoción que ha generado esta situación en Venezuela podría también dar lugar al conocimiento de otros casos en los concursos de la región y cambiar eventualmente el rumbo de estos certámenes.
Latin American Post | Luis Liborio
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