Nayib Bukele: aciertos y falencias del mandatario más popular de Latinoamérica
Te presentamos un balance de los primeros tres años de gobierno del presidente salvadoreño, un polémico personaje que ha dado mucho de qué hablar.
Foto: TW-nayibbukele
LatinAmerican Post | Luis Angel Hernández Liborio
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Nayib Bukele cumplió tres años al frente del gobierno de El Salvador el pasado 1° de junio, a dos años del fin de su actual mandato (que podría extenderse) le presentamos un balance general de su desempeño como presidente. Bukele ha sido un presidente pragmático cuyas acciones han dado mucho de qué hablar en apenas tres años de gobierno con voces a favor y en contra, así el presidente salvadoreño no es un personaje que pueda pasar desapercibido en la escena internacional.
El presidente sui géneris de las redes sociales y el bitcoin
Nayib Bukele fue electo presidente de El Salvador en 2019, año en el que inició su período como gobernante. El joven mandatario llegó para romper esquemas no sólo en su país sino en toda la región acostumbrada a gobernantes de corte tradicional y de mayor edad. Bukele llegó al gobierno con apenas 37 años de edad siendo el de menor edad en su país en tomar el cargo y uno de los más jóvenes en el mundo, ahora superado por el chileno Gabriel Boric. Pero la edad no es lo único en lo que ha roto esquemas, se ha mostrado en contra de la política tradicional aunque formó parte del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) con quien rompió relaciones. Quizás uno de sus rasgos más característicos es su perfecto uso de las redes sociales y la tecnología con la que llegó a revolucionar (para bien y para mal) la política salvadoreña.
Esto lo ha convertido en un sui géneris, sus posiciones políticas suelen ser ambiguas, el pragmatismo parece ser su forma de actuación. Pese a que muestra signos de autoritarismo de alcances dictatoriales tiene marcada su distancia de Venezuela, Cuba y su vecina Nicaragua a quienes considera dictaduras. Entonces la política de Bukele se ha orientado hacia la derecha, no obstante sus acciones a veces radicales no han caído bien en Washington con quienes también ha tenido roces, aunque también ha encontrado puntos de coincidencia especialmente durante el gobierno de Donald Trump. Ahora, con Biden en el gobierno, las cosas no van bien, aunque el hecho de no ser aliado incondicional de la izquierda latinoamericana podría mantener las puertas de Washington abiertas.
Su manejo de redes sociales ha sido comparado con el de Donald Trump, es decir, gobernar, aplaudir o atacar desde Twitter. Su afición por la tecnología y de un gobierno casi de influencer lo motivaron a establecer el bitcoin como moneda de curso legal en su país, siendo el primero en el mundo en hacerlo. Todo parecía viento en popa hasta que la abrupta caída del valor de la moneda digital ha puesto en peligro la estabilidad financiera de El Salvador y la confianza de los inversionistas, algo a lo que Bukele aún no ha dado solución. Su experimento podría salir muy caro para el país centroamericano y podría terminar de forma peligrosa con su alta popularidad, tan sólo en 2022 alcanzó el 89.9% la aprobación de su gobierno según datos del Instituto Universitario de Opinión Pública de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.
Un polémico combate a la delincuencia
Para muchos Bukele es un populista, su forma de expresarse, sobre todo en redes sociales, parece rendir frutos entre la población salvadoreña que aún lo respalda fuertemente. Una de sus acciones más aplaudidas ha sido su "mano dura" contra la delincuencia organizada con quien ha emprendido una difícil guerra. Con un férreo control en las prisiones y ataques a las principales pandillas, uno de los problemas más importantes en El Salvador, el presidente ha logrado imponer una imagen de seriedad y profesionalismo a su gobierno. El uso del Ejército salvadoreño en muchas de sus acciones ha sido tan aplaudida por la población como criticada por la oposición, gobiernos extranjeros y organismos internacionales. Pero Bukele defiende su política, la violencia en El Salvador es un tema histórico que el mandatario busca controlar con mano dura. La pandemia fue otro de los temas que enfrentó con firmeza lo que le valió el reconocimiento de la población.
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El efecto de Bukele en El Salvador y los principales indicadores
Pero ¿ha funcionado la política de Bukele? Definitivamente en temas de democracia, respeto a las leyes y la división de poderes la respuesta corta es que no. No sólo la oposición salvadoreña ha sido crítica con su gobierno, también lo han sido actores tan diversos como organismos internacionales, los Estados Unidos, la Unión Europea o Cuba. Ahora bien, también son importantes los indicadores económicos y de desarrollo humano para hacer un balance del gobierno de Nayib Bukele. Desde el fin de la Guerra Civil Salvadoreña en 1992 que devastó la economía y calidad de vida del país, El Salvador se ha venido recuperando reduciendo la pobreza, no obstante la administración actual ha frenado esta reducción.
Desde luego la pandemia es un factor, pero también la caída en las remesas y la recaudación fiscal, ahora se suma la inflación que llevará a que 480 000 salvadoreños (el 7.5% de la población) se sume a las filas de la pobreza que alcanzó en 2020 al 26.2% de la población. El Salvador es el país con la mayor tasa de personas privadas de la libertad, gracias al régimen de excepción del presidente Bukele en apenas tres años se han duplicado las personas en las prisiones pasando de 36 mil a 70 mil, según datos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. Amnistía Internacional ha sido una de las organizaciones más críticas con Bukele denunciando que 1.7% de los hombres mayores de 18 años se encuentran presos. Así, el balance de sus tres años está lleno de profundos claroscuros que su popularidad ha logrado hasta ahora mantenerlo a flote, la crisis económica actual (empeorada por su arriesgada y desastrosa apuesta por el bitcoin) será sin duda su mayor reto.