¿OTAN acorrala más a Rusia?

Cuando Vladímir Putin, presidente de Rusia, anunció su “operación especial” para invadir a Ucrania “salvarla de los nazis” y defender a Rusia de la expansión de la OTAN, no esperaba el contexto actual. Hoy, su inmersión relámpago en Ucrania lleva más de un año y no parece resolverse pronto. El desangre económico continúa intentando mantener el frente en el país vecino y dentro de sus mismas fronteras.

A este panorama, se suma la posible nueva entrada de Suecia dentro del grupo de la OTAN. A pesar de que el país nórdico no tiene una frontera terrestre con Rusia, sí tiene límites marítimos con el enclave ruso de Kaliningrado, en el mar báltico. Esto representa una nueva amenaza para las intenciones rusas, y deja en la cuerda floja sus intereses expansionistas a futuro.

La propuesta de Turquía

Pero este apoyo de Turquía tiene una condición. Por un lado, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, accedió a levantar su veto para el ingreso de Suecia dentro de la alianza militar de occidente (todos los miembros deben aprobar nuevos ingresos). De esta forma, Erdogan demuestra su buena voluntad, no sin antes, tener poder de negociación.

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En el último tiempo, Suecia cambió su posición contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), un grupo político asociado a extremistas que buscan la independencia kurda (este de Turquía). Además, también levantaron un embargo de armas a Ankara y el país nórdico aprobó varias extradiciones de miembros del PKK a Turquía.

Adicionalmente, Turquía pide descongelar las conversaciones con la Unión Europea para ingresar al grupo. Desde el 2016, luego de un intento de golpe de Estado fallido y una represión violenta, Bruselas y Ankara se habían distanciado, ahora parecen encaminarse nuevamente a cumplir el sueño de Turquía desde 1987, cuando solicitó su ingreso a la Unión Europea.

Los nórdicos en la OTAN

Con el eventual ingreso de Suecia, la OTAN tendría a todos los países nórdicos. Esto significa: Finlandia, Islandia, Noruega, Dinamarca y Suecia. Todos estos países completan el ingreso en una alianza que limita por completo a Rusia en su salida por el mar báltico.

Desde el inicio de la guerra en Ucrania, se completaron el ingreso de Finlandia y Suecia (miembros 30 y 31) en el grupo. Esto reforzó y reforzará la presencia militar en el norte de Europa, rico en petróleo y gas. Adicionalmente, limitan en mayor medida a la flota rusa que tiene presencia en el mar báltico: con San Petersburgo y Kaliningrado. Esto dejaría a Rusia dependiendo de sus puertos y flotas en el mar negro, en la península de Crimea, que hoy no tiene asegurada debido a la guerra en Ucrania.

Asimismo, plantea un nuevo mapa global en el Ártico, en el cual Rusia siempre mantuvo una superioridad. Hoy, la unión de países nórdicos, sumados a Canadá, crean un contenedor mayor.

Ahora con Suecia, la OTAN tiene la estratégica isla de Gortand. Un territorio en medio del mar báltico que es conocida como “portaaviones insumergible” y que sirve para ejercer control aéreo dentro de la zona, vital para el comercio ruso, que abastece a la segunda ciudad más importante (San Petersburgo).

Pese a que Suecia no representa un actor principal en materia militar, y está lejos de ser una potencia, su ingreso articula un mejor entendimiento entre sus miembros y sirve para sellar huecos defensivos.

¿Qué tiene Rusia por hacer?

Independientemente de si Rusia logra vencer a Ucrania o no, el panorama a futuro de Moscú es diferente. No solo por el gasto de vidas y de recursos invertidos en un conflicto que parece de desgaste, sino porque ya el mapa global es diferente. Primero por el aumento de miembros de la OTAN, sino por la falta de apoyos y aliados. Un claro ejemplo es con Turquía. Erdogan y Putin encontraron en el otro un aliado en varios contextos. Ambos debieron enfrentar las sanciones o reclamos de Europa por supuesto detrimento de sus democracias, persecución a minorías y por sus políticas conservadoras.

Rusia cada vez encuentra una Europa más hostil. Solo su amigo Lukashenko en Bielorrusia parece serle fiel. Ante este panorama, queda el territorio de Asia central, en el cual las antiguas repúblicas socialistas (Kazajistán, Kirguistán, Turkmenistán, etc.) mantienen relaciones cordiales con Moscú. Además de que podrá reforzar sus alianzas y acuerdos con China. Sin embargo, el mayor problema, es que ambas superpotencias tienen sus centros poblaciones en diferentes extremos: Rusia en Europa y China es su región más oriental.