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¿Cómo pudo el modernismo latinoamericano cambiar la historia de la poesía?

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¿Cómo pudo el modernismo latinoamericano cambiar la historia de la poesía en español?

Modernismo latinoamericano

La pluma decadente de Paul Verlaine, poeta simbolista francés, viajaría miles de kilómetros hasta llegar a tierra nicaragüense para instalarse en el regazo del niño prodigio del modernismo latinoamericano, el poeta Rubén Darío (1867-1916).

Lectores ávidos por aprender sobre mundos exóticos, lejos de oficinas y de días monótonos, se pueden acercar a obras como Azul del poeta nicaragüense. Escarabajos de oro y dedicatorias al cisne adornan poemas llenos de sinestesias, amaneceres grisáceos y de bellas jóvenes pálidas. Los modernistas siempre serán rebeldes que intentaron renovar la métrica, por medio de volver a formas poéticas del Siglo de Oro español, que no se usaban hace siglos y que son reconocidas por su gran complejidad métrica, y refrescar el sabor y las texturas de la poesía hispanoamericana. La poesía modernista, entre líneas, nos habla de momentos de crisis, en los que transportarse a los paisajes de los indios y a la soledad de algún castillo eran posibles a través de los trazos oscuros de autores como el boliviano Ricardo Jaimes Freyre (1868-1933) y el argentino Leopoldo Lugones (1874-1938).

Las noches inundadas de murmullos cada vez más ruidosos se multiplicaban por miles en esta época de los años 20. Las capitales latinoamericanas triplicaban su número de habitantes quienes participaban en la proliferación de nuevas tecnologías, como el teléfono y el ferrocarril, además de engrosar las filas del creciente proletariado urbano. Hastiados de una sociedad progresista y del movimiento realista, propio de las clases burguesas, los mordernistas se refugiaron en galicismos, en sedas y en flores, lejos del automatismo y la vida vacía de la fábrica.

A finales del siglo XIX, en compañía de Freyre, Rubén Darío fundaría La Revista de América, donde las voces intelectuales de un continente cambiante adquirirían fuerza. Buenos Aires, o “la ciudad pIGNORE INTOresca”, como la llamó Freyre, los recibió con fervor y con anhelo de grandeza promulgados por el diario La Nación. No obstante, los sueños de los poetas sucumbieron tras la falta de subscriptores y por múltiples estafas. Aun así, la revista y los modernistas serían inmortalizados por sus ecos que llegaron a influenciar a otras revistas portadoras del modernismo argentino, como El Mercurio en América. Además, toda una generación de poetas españoles, abrumada por la crisis ibérica de principios de siglo, mejor conocida como la Generación del 98, estaría fuertemente influenciada por los ecos de rebeldía suscitados desde América Latina.

 

Latin American Post Hena M. Vega

Copy editted by Susana Cicchetto

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