La Asamblea de El Salvador aprueba una reforma constitucional por vía rápida
La Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó una controvertida enmienda que podría permitir cambios rápidos a la Constitución, lo que generó preocupaciones sobre la consolidación del poder mientras el partido del presidente Nayib Bukele mantiene una mayoría significativa.
En una medida que ha desatado una tormenta de debate político, la Asamblea Legislativa de El Salvador ha dado su sello de aprobación a una enmienda que revisa cómo se puede enmendar la Constitución, un documento vigente desde 1983. Este cambio se produce en momentos en que una nueva legislatura, dominada por el partido Nuevas Ideas (NI) del presidente Nayib Bukele, está a punto de asumir el poder.
Enmienda Constitucional genera preocupación en El Salvador
Históricamente, la Constitución salvadoreña exigía que cualquier enmienda fuera aprobada por mayoría simple en un período legislativo y ratificada por una mayoría de dos tercios, o 56 de 84 legisladores, en un período posterior. La enmienda recién aprobada modifica el requisito, permitiendo que los cambios constitucionales sean aprobados y ratificados por tres cuartas partes de los diputados, o 45 de 60, dentro del mismo período legislativo.
La decisión fue aprobada por mayoría de 66 votos del partido gobernante frente a 16 votos de la oposición. Esta acción rápida y decisiva ocurrió sin estudio o análisis previo, lo que refleja una tendencia más amplia en la política latinoamericana donde las acciones legislativas rápidas bajo fuertes poderes ejecutivos se están volviendo más comunes. La enmienda se presentó al Congreso apenas dos días antes de que finalizara el mandato de la actual legislatura, dejando poco tiempo para un debate exhaustivo o un escrutinio público.
La justificación oficial de la enmienda enfatiza la necesidad de que el gobierno cuente con “las herramientas necesarias para enfrentar las realidades sociales que demandan los salvadoreños en respuesta a los rápidos cambios que enfrenta el mundo”. También menciona mejorar la protección de los derechos fundamentales mediante disposiciones constitucionales reforzadas.
Justificación oficial versus preocupaciones de los críticos
Sin embargo, los críticos ven esta medida como una amenaza potencial a los controles y equilibrios democráticos en El Salvador. Claudia Ortiz, representante del partido opositor VAMOS, acusó a los diputados del oficialismo de “autoprescripción del poder” y de eliminar límites a la autoridad gubernamental. “Esto es una traición al pueblo”, acusó Ortiz, destacando la naturaleza arbitraria de la consolidación del poder por parte de un grupo que actualmente tiene el control.
Ortiz también hizo referencia a sentencias pasadas de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, que estipulaban que las enmiendas constitucionales debían ocurrir antes de las elecciones legislativas. Este proceso permite al electorado apoyar o rechazar los cambios propuestos a través de sus votos. Acusó al partido gobernante de ajustar el número de votos requerido para ratificar los cambios constitucionales y alinearlos con sus resultados electorales de principios de marzo.
La reforma fue presentada apresuradamente al Congreso por representantes del partido NI apenas dos días antes del final del mandato de la actual legislatura. Marcela Villatoro, de la opositora Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), criticó en la sesión del Congreso la enmienda por apuntar a “reformas exprés” a la Constitución. “Es injusto querer cambiar las reglas del juego en el último momento”, argumentó Villatoro.
El partido Nuevas Ideas ocupa 56 de los 84 escaños de la actual legislatura, apoyado por ocho legisladores adicionales de partidos políticos aliados. Tras la reducción del número de diputados en el Congreso, el partido gobernante ocupará 54 de 60 escaños en el próximo período, más dos diputados aliados.
Un curso de acción planificado
El camino hacia esta enmienda comenzó en septiembre de 2020 cuando el presidente Bukele designó a su vicepresidente, Félix Ulloa, para coordinar el estudio y propuesta de reformas constitucionales. En septiembre de 2021, Bukele había recibido un proyecto de propuesta para modificar más de 200 artículos de la Constitución. Sin embargo, este documento aún debe ser presentado formalmente al Congreso.
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Este acontecimiento en El Salvador no es un incidente aislado, sino parte de una tendencia regional más significativa en la que los líderes políticos de América Latina consolidan el poder mediante maniobras legislativas y constitucionales. Estos cambios a menudo generan preocupaciones sobre la erosión de las normas democráticas y el potencial de prácticas autoritarias. Mientras El Salvador navega por estos cambios constitucionales, la comunidad internacional y los organismos de control nacionales monitorearán de cerca las implicaciones para la gobernabilidad, la integridad democrática y las libertades civiles, que podrían tener consecuencias de largo alcance para la región.