Política

Mujeres exigen acciones contra el abuso de custodia infantil en Jalisco, México

Un grupo de mujeres en Jalisco, México, que han sufrido violencia vicaria, una forma de abuso en la que se utiliza a los niños para lastimar a sus madres, están realizando una huelga de hambre y encadenándose para exigir la aprobación de una ley que proteja a sus hijos de ex abusivos. -socios.

En Jalisco, México, un grupo de mujeres valientes están tomando medidas drásticas para exigir un cambio. Han sufrido violencia vicaria, una forma de violencia de género en la que exparejas abusivas utilizan a los niños como herramientas para infligir dolor a sus madres. Es necesario escuchar sus voces y reconocer su lucha por la justicia y la protección.

Las mujeres, integrantes de la organización “Madre yo sí te creo”, se encadenaron e iniciaron una huelga de hambre frente al Congreso del Estado de Jalisco. El fundador de la organización, OTAN Montes, explicó que la desesperación impulsó sus acciones. “Fue el cansancio y la indiferencia de los diputados”, dijo, destacando el retraso de dos años en el Congreso estatal, que ha estancado la aprobación de una ley crítica diseñada para evitar que los niños sean retenidos por exparejas abusivas.

A pesar del reconocimiento nacional de la violencia vicaria como delito en 2023, Jalisco sigue siendo uno de los ocho estados sin una legislación estatal específica para combatir este abuso. La demora y la falta de acción legislativa han dejado a muchas mujeres y niños vulnerables a continuos abusos y manipulación por parte de sus exparejas.

El impacto de la inacción

La violencia vicaria, también conocida como abuso de custodia infantil, es una forma de abuso particularmente insidiosa. Utiliza el vínculo entre madre e hijo como arma, causando un inmenso daño psicológico y emocional. Montes enfatizó la importancia de aprobar la ley y afirmó que “el Estado y sus instituciones deben proteger a quienes deciden poner fin a una vida de violencia con sus parejas y garantizar sus derechos a la convivencia y el cuidado que sus hijos merecen”.

La ausencia de esta legislación enseña a las mujeres que denunciar la violencia podría conducir a la pérdida de sus hijos, perpetuando así el ciclo de abuso en lugar de erradicarlo. El vacío legal actual deja a las madres en una situación precaria, a menudo castigadas por buscar ayuda y protección.

Las mujeres en huelga de hambre han sufrido diversas formas de violencia: física, económica, patrimonial y psicológica. Cuentan historias desgarradoras de cómo les arrebataron a sus hijos mediante medios engañosos, a menudo con la colaboración de jueces que dictan sentencias sin una perspectiva de género.

Chantal Jaime, una de las manifestantes, no ve a sus hijos desde febrero. Su expareja los tomó mientras ella estaba enferma, e instituciones como el Centro de Justicia para Mujeres se negaron a ayudar. “Buscamos protección para nosotros y nuestros hijos”, dijo Jaime. “Cada vez que vamos a una institución nos dicen que no se puede hacer nada porque es su padre. Necesitamos una ley que nos defienda, que garantice que los agresores y los violentos no tengan derechos sobre nuestros hijos”.

Un contexto histórico

La lucha de estas mujeres no es un hecho aislado sino parte de un contexto histórico más amplio de violencia de género y la lucha por los derechos de las mujeres en América Latina. Durante décadas, las mujeres de la región han luchado contra el machismo profundamente arraigado y la discriminación sistémica. Los movimientos feministas del siglo XX sentaron las bases para reconocer y combatir diversas formas de violencia de género, pero el progreso ha sido desigual y lento.

En México, el reconocimiento del feminicidio como delito específico en 2012 marcó un importante paso adelante. Sin embargo, siguen surgiendo nuevas formas de violencia de género, como la violencia vicaria, lo que pone de relieve la necesidad de cambios legislativos y sociales continuos. El movimiento actual en Jalisco continúa esta lucha de larga data por la justicia y la igualdad.

La protesta de las mujeres también resalta las fallas de las instituciones destinadas a protegerlas. Organizaciones como el Centro de Justicia para Mujeres han sido criticadas por su inacción y falta de apoyo. Montes y sus compañeros activistas exigen rendición de cuentas y medidas efectivas por parte de estas instituciones. Sostienen que, con una aplicación y un apoyo adecuados, las leyes tienen sentido.

Los manifestantes llevan siete días en huelga de hambre y subsisten únicamente con suero, agua y agua de coco. Están decididos a continuar su protesta hasta que el Congreso de Jalisco tome medidas. También han llevado a cabo manifestaciones ruidosas, golpeando cacerolas y sartenes para llamar la atención del público sobre su causa.

La necesidad de una legislación integral

La ley propuesta en Jalisco no trata sólo de castigar a los abusadores; se trata de crear un marco para proteger a las víctimas y garantizar que los niños no sean utilizados como peones en relaciones abusivas. Esta legislación es vital para romper el ciclo de abuso y proporcionar un entorno seguro para que los niños crezcan.

Al aprobar esta ley, Jalisco estaría dando un paso crucial para alinearse con los estándares nacionales y cumplir con su obligación de proteger a sus ciudadanos. Enviaría un mensaje claro de que el Estado no tolera la violencia de género en ninguna forma y está comprometido a salvaguardar los derechos y el bienestar de las mujeres y los niños.

Las voces de estas mujeres deben ser escuchadas. Sus experiencias y demandas resaltan una brecha significativa en el marco legal e institucional destinado a protegerlos. Su valentía al enfrentarse a un sistema que les ha fallado merece reconocimiento y apoyo.

América Latina tiene una rica historia de movimientos de mujeres que han provocado cambios significativos. Desde los movimientos sufragistas de principios del siglo XX hasta las batallas contemporáneas contra el feminicidio y la violencia doméstica, las mujeres de la región han luchado continuamente por sus derechos. La protesta actual en Jalisco es una continuación de este legado, un testimonio de la resiliencia y determinación de las mujeres para lograr la justicia y la igualdad.

Una llamada a la acción

La huelga de hambre y las protestas en Jalisco son un llamado a la acción para los legisladores, las instituciones y la sociedad en su conjunto. Son un llamado a reconocer la gravedad de la violencia vicaria y a tomar medidas concretas para abordarla. Las mujeres de Jalisco exigen no sólo cambios legales sino un cambio cultural que valore y proteja los derechos y el bienestar de las mujeres.

Su lucha no es sólo por ellos mismos sino por las generaciones futuras. Su objetivo es crear una sociedad más segura y justa para sus hijos impulsando esta legislación. Lucha por el derecho fundamental a vivir libre de violencia y miedo.

La protesta de las mujeres en Jalisco contra la violencia vicaria es un poderoso recordatorio de la lucha actual por los derechos y la protección de las mujeres en América Latina. Su demanda de una ley específica para abordar esta cuestión es un llamado a la justicia y un llamado a reconocer su sufrimiento.

Mientras continúan su huelga de hambre y sus protestas, los legisladores y las instituciones deben escuchar sus voces y tomar medidas decisivas. La aprobación de la ley vicaria sobre violencia en Jalisco sería un paso importante para garantizar que las mujeres y los niños estén protegidos contra los abusos y que los perpetradores rindan cuentas.

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Esta lucha es parte de un movimiento más amplio por la igualdad de género y la justicia en América Latina. Al apoyar a estas mujeres y su causa, la sociedad puede acercarse a un futuro en el que todos los individuos sean valorados y protegidos y en el que se defiendan los derechos y la dignidad de las mujeres.

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