Rusia: ¿entrometida en lo que no debe?
Para Europa y Estados Unidos, en territorio ruso se está generando información que perjudica al hemisferio occidental
Un estudio realizado por la universidad George Washington, en Estados Unidos, reveló que desde Rusia se utilizó Facebook, Twitter y otras redes sociales para acrecentar la crisis que se vivió en Cataluña antes del referendo del 1 de octubre, así como también hacer propagar de una mala imagen de España y de la Unión Europea tiempo previo y posterior a los sucesos que conllevaron a la aplicación del artículo 155 de la constitución española.
Según la investigación de la universidad, gracias a la utilización de un software avanzado de medición de big data se logró analizar más de cinco millones de mensajes en las redes que emplearon los términos Cataluña, Catalunya y Catalonia entre el 29 de septiembre y el 5 de octubre. Estos mensajes fueron difundidos principalmente con ayuda de bots -sistemas que comparten información de manera automática- que son usados también por medios pro rusos como RT y Sputnik. Sin embargo, lo más llamativo de la investigación es la mención que se le hace a Venezuela como partícipe también de la difusión de esta información.
En el caso de Venezuela, los perfiles digitales que se usaron tienen devoción al régimen de Nicolás Maduro, al Partido Socialista de la nación y al difunto Hugo Chávez. Si bien no es un secreto la afinidad que maneja Moscú y Caracas, para España y, de hecho, para la Unión Europea es preocupante la manipulación de la opinión pública que surge de estos territorios.
Para Estados Unidos, la injerencia rusa en la situación de Cataluña es una situación que amerita respuestas inmediatas. A pesar del tornado que se creó por las declaraciones de Donald Trump al decir que le creía a Putin y no a las agencias de inteligencia estadounidenses, la diplomacia norteamericana ve con ojos de intranquilidad el hecho que Rusia se esté involucrando en aspectos internos de occidente y que su objetivo único pueda ser la desestabilización del hemisferio.
Theresa May, desde Reino Unido, también ha acusado a Rusia de entrometerse en situaciones que le deben ser completamente ajenas. Durante un banquete en el centro financiero de Londres, May, señaló al régimen ruso de apoyar ataques cibernéticos y divulgar noticias falsas sobre el occidente. Incluso May ya había mencionado la posible intervención de Rusia en el Brexit, así como también la probabilidad que China se haya involucrado en el referendo.
Para el gobierno de Mariano Rajoy en España, la situación ameritó llevarse al consejo de ministros de relaciones exteriores para que debatiera el tema. Desde el Ministerio de Defensa y del Ministerio de Relaciones Exteriores, la intromisión rusa en la situación catalana es prueba del interés desestabilizar el continente europeo. Si bien Alfonso Dastis, ministro de relaciones exteriores español, sostiene que no se puede culpar al gobierno ruso de manera certera, si es de saber que la información proviene de Rusia y Venezuela.
Serguei Lavrov, titular del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, ha calificado de infundadas las acusaciones que provienen de Europa y Estados Unidos. Para Lavrorv “esa histeria sensacionalista la montan para distraer la atención de sus electores acerca de la incapacidad para resolver esos problemas internos”. El ministro ruso afirma que ya es cotidiano que desde occidente se mencione a Rusia como el culpable de los sucesos que involucran elecciones y para el político todo es una cortina de humo para tapar lo que realmente pasa en el ámbito interno.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, declaró en rueda de prensa que las acusaciones hacia Rusia no tienen un fundamento ni una prueba y que todo es un montaje para desprestigiar al gobierno de Vladimir Putin.
Venezuela es el único país hasta el momento que no ha negado las acusaciones. Sin embargo, para la oposición venezolana es preocupante y debe ser condenado con severidad el régimen de Nicolás Maduro si las acusaciones son verdad. En Latinoamérica Venezuela es el principal aliado de Rusia, por lo cual la posible injerencia en asuntos internos europeos y estadounidenses es también una emisión de alerta para los países de la región sur de Estados Unidos.
La desestabilización que podría desprenderse de la injerencia rusa en el continente europeo y estadounidense afectaría notablemente las relaciones de Latinoamérica no solo con esas regiones, sino con Venezuela directamente. El continente está dividido frente a la crisis venezolana y de comprobarse la ayuda de Venezuela a Rusia, simplemente, sería la estocada final para condenar a Venezuela en la región.
Rusia parece estar jugando con una doble cara ante el sistema internacional, pues acusaciones que han surgido de investigaciones con estructura y argumento son rechazadas tajantemente por el kremlin. Sin embargo, y como lo sostiene Dastis desde España, no se acusa solo al gobierno sino a lo que sucede internamente y que está generando consecuencias globales. Las declaraciones de Trump respecto a Putin también generan controversia y ponen un tornado respecto a la política y la no intromisión en asuntos ajenos.
Latin American Post | Carlos Eduardo Gómez Avella
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