Un año después de las fuertes protestas en Venezuela, la situación del país no ha cambiado
Familiares, amigos y organizaciones siguen recordando a las víctimas de las protestas del 2017
Abril se convirtió para la mayoría de los venezolanos en un mes de recuerdos de acciones militares, represión y violación de derechos humanos; desde el 1 de abril de 2017 inició en el país una oleada de protestas antigubernamentales en contra de acciones del Gobierno nacional.
Para la fecha, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) del país emitió dos sentencias que dejaban sin poderes a la Asamblea Nacional, otorgándole automáticamente los poderes al máximo ente judicial. Desde ese momento la sociedad civil y los partidos de oposición comenzaron a salir a las calles en rechazo de las medidas y en exigencias de otros derechos, como la apertura de un canal humanitario y la liberación de los presos políticos.
Las manifestaciones comenzaron a agarrar fuerza en distintas entidades del país, los principales manifestantes eran jóvenes que con sus rostros tapados se enfrentaban a la fuerza pública.
A un año de las protestas muchos son los casos de violación de derechos humanos. Se contabilizaron más de 120 personas muertas según cifras de algunas organizaciones no gubernamentales. En la actualidad familiares y amigos recuerdan a los “caídos”, entre los casos más sonado está el de Juan Pablo Pernalete joven estudiante de la Universidad Metropolitana de Caracas al que un guardia nacional el 26 de abril de 2017 disparó una bomba lacrimógena contra su pecho. Elvira Llovera de Pernalete madre del estudiante relató el pasado 26 de abril en un acto donde se conmemoró la muerte del joven que a un año el caso ha estado paralizado desde que Tarek William Saab fue designado como fiscal por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
La impunidad sigue latente en los casos, organizaciones y familiares han venido denunciando durante el paso de los meses que no existe cárcel para los responsables, tal es el caso de los 14 uniformados que atacaron e hirieron con múltiples perdigones, en Cabudare, estado Lara, a Gruseny Antonio (Tony) Calderón uno de los primeros jóvenes muertos en el país.
La arremetida por los cuerpos de seguridad también se vio presente en los urbanismos, noches, madrugadas y días por completo fueron testigos de la represión a las casas donde residían las personas que salían a manifestar. Uno de los ataques más recordados en abril fueron las acciones de la GNB en contra de la urbanización Antonio José de Sucre en Barquisimeto, estado Lara por más de 7 horas estuvieron las fuerzas públicas disparando gas lacrimógeno y perdigones hacía los 240 apartamentos los bloques 22, 23 y 24 de la urbanización.
La conocida “noche de terror” dejó un saldo de 26 detenidos, al menos 6 heridos y una serie de secuelas psicológicas en los niños, jóvenes, adultos y ancianos que residen en La Sucre. A un año de lo ocurrido el temor continúa entre los vecinos, entre ellos resaltan que aún se siguen brindando apoyo algunos actualmente son tratados por especialistas principalmente por estrés postraumático como secuela de esa noche.
Latin American Post | Luís Alejandro Montes de Oca
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