AMÉRICAS

Una semana política movida para Donald Trump

Después de un discurso de Estado de la Unión en los que mostró resultados positivos, el presidente Trump fue absuelto en su juicio político.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos. / Foto: AP

LatinAmerican Post | Juliana Suárez

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Los últimos días estuvieron movidos en materia de política interna para el presidente estadounidense pues el juicio político – o impeachment – que llevaba preparando un Comité de la Cámara Baja del Congreso llegó a su fin. Pero antes de eso, y de salir absuelto gracias a la votación del Senado, el anual discurso de la Unión, en donde el presidente presenta un informe con el balance de en dónde se encuentra Estados Unidos en ese momento. Este discurso fue el último de Trump, al menos en este período.

Un discurso tenso

El panorama fue este: por un lado, el juicio de Donald Trump estaba a un día de terminarse, en donde se decidiría si sería o no declarado culpable por dos delitos, lo que significaba su posible destitución. Pero, por otro lado, el discurso presentaba la oportunidad perfecta para mostrar los avances que logró en sus años en la presidencia; lo que sería una campaña propagandística para las elecciones que se llevarán a cabo más adelante este mismo año.

Así, Trump aprovechó el discurso del Estado de la Unión para dejar de lado el tema del impeachment y ni siquiera lo mencionó, aunque era evidente que la tensión rondaba pues estaba a unas horas de la votación. 

Por el contrario, el mandatario se centró en destacar sus logros bajo la premisa de lo que fue su eslogan de campaña en 2016, ‘Make America Great Again’. En el discurso habló principalmente de economía y destacó sus esfuerzos por reducir el desempleo que, según las cifras de la Casa Blanca, ha llegado a bajar hasta 3.5%, convirtiéndose en la tasa más baja en medio siglo en el país. Este dato, sin embargo, fue contrastado por la prensa estadounidense en la que afirman que 4.2 millones de personas han dejado de utilizar los cupones que entrega el gobierno a los desempleados, a pesar de que él afirmó que eran 7 millones.

Otro de los aspectos que destacó durante su intervención fue la mejoría en las relaciones con China, país con el que mantuvo una guerra comercial que duró meses y que hasta ahora está empezando a calmarse gracias a la primera fase de un acuerdo que firmaron ambos países. Frente a esto, Trump afirmó que había logrado hacer que el otro gigante económico “se deje de aprovechar de ellos”.

Aprovechando la oportunidad para hacer su carrera de campaña, Trump habló sobre “el gran regreso estadounidense”, en el que ha estado trabajando los pasados años y espera continuar en el próximo período. Así, recalcó su eslogan de esta campaña, que es consecuente con el anterior: ‘Keep America Great’. En este orden de ideas, el senador republicano Lindsey Graham aseguró, de acuerdo con CNN, que Trump se centrará en cinco puntos: obreros, la promoción y apoyo a las familias, reducción de los costos de atención médica, inmigración y protección de las familias estadounidenses. 

La seguridad nacional también hizo parte fundamental del discurso. El mandatario arremetió contra el terrorismo, aprovechando las últimas tensiones con Irán, y dijo que “Nuestro mensaje a los terroristas es claro: nunca escaparán de la justicia estadounidense. ¡Si atacas a nuestros ciudadanos, pierdes tu vida!”.

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En materia de política exterior, el mandatario estadounidense realizó un acto político muy enfático al llevar como invitado al presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, a quien él considera como mandatario legítimo del país latinoamericano. En su presencia recalcó que luchará contra el socialismo de América Latina y le presentó su apoyo a Guaidó, refiriéndose a él como “el verdadero presidente de Venezuela”.

Con estos actos terminó un discurso en el que se vanaglorió sobre sus pasados años, su período que está por terminar y el que, según él, está por venir. 

A pesar de que fue aplaudido por los republicanos, los demócratas tuvieron sus diferencias. Como figura representativa del partido demócrata, la presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, mostró su descontento frente a las palabras del presidente. Eso, sumado a que antes de comenzar el discurso, Trump dejó con el brazo estirado a Pelosi, ignorándole el saludo.

La demócrata, quien también lideró la batalla en la investigación contra Trump, terminó la ocasión con un mensaje contundente. Cuando el presidente había terminado su discurso, ella rompió las hojas en las que estaba éste. A la salida del encuentro, un periodista estadounidense le preguntó porque había roto el discurso, a lo que ella respondió que “era una manifiesto de falsedades”.

Pelosi habló en rueda de prensa sobre las declaraciones del presidente y el resultado del juicio y dijo que no debían seguir prestándose para el "reality show" que se estaba presentando con cosas poco reales.

Un resultado esperado

Después de meses de que el Comité escogido para investigar los presuntos delitos del presidente de Estados Unidos, el Senado tuvo la última palabra en un juicio que duró 2 semanas.

Los días previos estuvieron tensos en el ambiente del Congreso estadounidense, pues se suponía que algunos republicanos estarían dispuestos a conceder que el comité presentara más testigos. La presentación de más testigos era la consigna por la que más estaban peleando en contra los Republicanos, pues consideraban que era suficiente, por lo que el hecho de que unos republicanos cambiaran su posición podría comprometer el desenlace. 

Sin embargo, lograron que no hubiera más testigos y el miércoles, un día después del discurso del Estado de la Unión, concluyó el juicio con una votación de los 100 miembros del Senado.

Durante el juicio, el Comité de investigación expuso a los senadores las evidencias que tenían contra Trump en los delitos de obstrucción y abuso de poder.

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Finalmente, la decisión esperada se tomó: Donald Trump fue absuelto de ambos cargos y los demócratas no lograron su destitución. Fueron 52 los votos que lo declaraban no culpable, frente a 48 que sí. 

Quizás la razón por la que el presidente no se mostró ni un poco preocupado durante el discurso, un día antes de que concluyera el impeachment, era porque desde el comienzo sabía cuál iba a ser el desenlace. 

Desde el comienzo, Trump arremetió contra Nancy Pelosi y los demás demócratas que impulsaron la investigación diciendo que lo que hacían era una ‘cacería de brujas’. Y, al final, sabía que en el Senado, de mayoría republicana, tenía la oportunidad de ganar. 

No solo el Partido Republicano tiene mayoría, con 53 asientos, sino que para que el presidente fuera destituido tenía que tener 2/3 de los votos. Al final, el único voto que sorprendió fue el de Mitt Romney, que horas antes de la votación ya había anunciado que votaría para culpar al presidente. Aunque Donald Trump lo criticó, en redes sociales se hizo tendencia #MittRomneyAmericanHero. 

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