¿Venezuela a puertas del totalitarismo?
El analista político-electoral Eugenio Martínez explica lo que ha sido la transformación del sistema de votaciones durante los últimos años de la línea de Gobierno
Son varias las incógnitas que giran en torno al proceso electoral en Venezuela, fundamentadas, principalmente, en si serán legales las medidas que se han implementado con relación a los comicios presidenciales venideros.
Es por esto que se hace necesario entender el histórico de votaciones y leyes que podrían jugar un papel trascendental en el futuro de este país sudamericano.
Eugenio Martínez, periodista especializado en procesos electorales da respuesta a una de las principales incógnitas sobre el adelanto de las votaciones presidenciales, teniendo en cuenta que Nicolás Maduro aún no cumple seis años de mandato.
A esto explicó que, “en 2009, el chavismo (a cargo de la presidencia), derogó la Ley Orgánica del Sufragio y aprobó un nuevo instrumento, la Ley Orgánica de Procesos Electorales y, en el cambio de legislación eliminó la mayoría de los lapsos y fechas sobre el momento donde se debería hacer la elección, dándole discrecionalidad al CNE para definir en el concejo, cuando debe hacerse una elección, por lo que no existe una norma legal que diga en qué momento debe realizarse”.
Es de destacar que esta situación traería un hecho atípico debido a que el presidente electo será investido el 10 de enero de 2019, punto que sí está establecido en la constitución. Por lo tanto, Venezuela tendría un periodo de siete meses (en caso de realizarse las votaciones en abril), con un presidente electo y uno en funciones.
Martínez también explicó que, desde la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en el año de 1958, en Venezuela se han celebrado 13 procesos electores, 10 de ellos en el mes previo a la toma de posesión e inicio del nuevo periodo constitucional.
Es decir, sólo se han hecho tres, en un mes diferente a diciembre; la elección del 2000, donde se volvieron a legitimar los poderes de la nueva constitución. En octubre de 2012, con la finalidad que Hugo Chávez, en un momento crítico de su salud, pudiera participar en los comicios y, en abril de 2013, para elegir el sustituto que debía completar el mandato tras el fallecimiento del presidente en función.
Saltando a otro escaño, quizás el más controversial, sobre las garantías existentes para que realmente se refleje la voluntad del pueblo en estos sufragios. Martínez acota que la oposición obtuvo una victoria en los comicios, con record de votación, en el año 2015 cuando logró dos tercios del parlamento nacional, pero de 2015 a 2018 se ha marcado un notorio deterioro en el aspecto político y técnico de los procesos, dejando además dudas sobre como este trabajando la plataforma electoral.
Hay que tener en cuenta que, en este lapso de tiempo, correspondiente entre 2015 y 2018, se han generado acusaciones de fraude electoral, incluso Smartmatic, empresa multinacional que se especializa en el diseño y despliegue de tecnología electoral denunció la manipulación de los resultados presentados por el CNE en el mes de julio, en el marco de los comicios de la Asamblea Nacional Constituyente.
Allí Antonio Mugica, director de la empresa, destacó “creemos que la data para la elección fue manipulada”, indicando, adicionalmente, que hubo al menos una diferencia de un millón de votos por debajo del resultado final de los participantes en el proceso electoral.
Destaca Martínez que, en las semanas venideras, será trascendental evaluar si la oposición venezolana logra tener al menos unas condiciones electorales similares a las de 2015; esto le daría “la primera opción de triunfo”, de lo contrario sería muy complicado “poder ganarle al Estado venezolano este proceso presidencial”.
Por lo pronto, Martínez explicó que, sobre el histórico del mandato de Hugo Chávez, en el 2010 se le catalogó como un “gobierno de autoritarismo competitivo”. Sin embargo, con el pasar de los años, esta condición ha ido cambiando en su naturaleza y en estos momentos el país se encuentra a puertas de pasar a un esquema “totalitario” con la administración de Nicolás Maduro, a pesar de haber unas negociaciones que buscan una “transición negociada de sistema, tanto político, como económico”.
Latin American Post | Julio Abella
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