Viva Air: ¿Qué pasará con los viajeros ahora que el gobierno colombiano tiene el control?

El pasado 27 de febrero, la aerolínea de bajo costo Viva Air decidió, de forma inesperada, suspender inmediatamente todas sus operaciones en Colombia, desatando el caos en el país andino. Docenas de personas en los principales aeropuertos se manifestaron en busca de respuestas ante la pérdida no solo de dinero sino de tiempo que generó esta situación.

La decisión, según expusieron los principales directivos de la compañía, se derivó de la incapacidad que tiene Viva Air para solucionar una serie de crisis que han puesto a la empresa al borde de la quiebra. Además, alegaron que la responsabilidad recae en la Aeronáutica Civil, debido a la negativa de esta entidad estatal de permitir la absorción de Viva Air por parte de Avianca, una de las aerolíneas más antiguas e importantes de ese país.

Sin embargo, en medio de lo que fue un vuelco inesperado en esta historia, fue precisamente el Estado el que decidió tomar las riendas de esta situación con la Superintendencia de Transport. Tomó el control de la compañía, aunque los directivos de la aerolínea aún tienen voz y voto en las decisiones a tomar.

De acuerdo con información oficial de la Superintendencia, Viva Air tenía hasta el pasado 8 de marzo para presentar un Plan de Recuperación y Mejoramiento para explicar cuál es la estrategia interna de la compañía para “superar las situaciones críticas que dieron origen a la imposición de la medida”.

¿Qué significa que el Estado tome el control de Viva Air?

Lo primero que hay que tener en cuenta en esta situación es que al tomar el control de Viva Air, la Superintendencia de Transporte será el ente por el que pasarán todas y cada una de las decisiones que la compañía piense ejecutar. Esto incluye medidas que permitan preservar los pasivos que hasta la fecha existen. En pocas palabras, significa que Viva Air debe procurar que el dinero recaudado, tanto por venta de tiquetes sueltos como en tiqueteras o vuelos chárter, se muestre como deudas vigentes en su contabilidad. De esta forma, se trata de asegurar que la compañía gestione prácticas y herramientas para la devolución del dinero a las personas que ya habían adquirido alguno de sus servicios.

“Salvo que Viva vaya a reorganización o liquidación, la SIC, al ejercer funciones jurisdiccionales, puede dar órdenes de pago a Viva, y la aerolínea está obligada a pagarlas de inmediato. De hecho, ya se dio la primera medida cautelar en contra de la aerolínea: la SIC ordenó la devolución inmediata del dinero de los tiquetes aéreos a una pasajera, o su reubicación sin costo en alguno vuelo con otra compañía aérea para el cubrimiento del trayecto aéreo”, indicó Jorge Sánchez, exdelegado del consumidor y de competencia de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) en conversación con el diario El Colombiano.

En cuanto a si se puede o no comprar vuelos con la aerolínea, esta es una opción que por el momento no está disponible, pero que podría ser viable en caso de que Viva Air se acoja a un proceso de reorganización empresarial. Esta medida, que nació como una ayuda especial para las empresas afectadas por la crisis económica derivada de la pandemia de COVID-19, permitiría a Viva Air reorganizar sus deudas y acordar con sus acreedores que el pago se realice en un lapso no mayor de 15 años. De esta forma, podrían liberar gran parte de su flujo de caja y así poder continuar con sus funciones.

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¿Qué pasaría en caso de que Viva Air se una con Avianca?

Cabe recordar que todos estos esfuerzos estatales, apoyados de lleno por el Ministerio de Transporte en representación del Gobierno colombiano, obedecen a una necesidad de no permitir la adhesión de Vivar Air a Avianca. Se debe a que la implementación de un monopolio, según la Aeronáutica Civil, “en términos de libre competencia, significaría un retroceso y volver a niveles que no se veían en el país hace más de siete años”.

Las cifras hablan por sí solas: de acuerdo con esta entidad, Avianca y Viva Air participan en 59 rutas aéreas dentro de Colombia, esto es casi el 94 % del tráfico aéreo nacional. Además, de esas casi 60 rutas, en 29 la participación de ambas empresas es de manera coincidente. En ese sentido, en caso de darse la unión se monopolizarían al menos 16 rutas nacionales. Según ejemplos citados por el medio digital Cambio, esta posible realidad haría que Avianca pase de un 46 % al 100 % del control del mercado aéreo en la ruta Barranquilla-Pereira. Lo mismo pasaría en la ruta Bucaramanga-Cartagena, en la que Avianca cuenta actualmente con el 57 % del mercado total.

Esto, por supuesto, sería casi que desastroso para la libre competencia de las aerolíneas colombianas, ya que se corre el riesgo de que los usuarios sean víctimas de incrementos impetuosos en los precios de los tiquetes aéreos, así como problemas logísticos en la frecuencia de vuelos o incluso la cancelación de algunos servicios.

Ahora, al reducirse el libre mercado en este sector y consigo los precios a los usuarios, también se afectaría considerablemente a empresas como Ultra Air o Wingo que conforman el esquema de bajo costo que durante los últimos 10 años ha traído buenos réditos al mercado aéreo en Colombia.

Según explicó el presidente y fundador de Ultra Air, William Shaw, por medio de un comunicado emitido en agosto de 2022, con el esquema de bajo costo, el país ha pasado de movilizar 14 millones de personas en 2011 a más de 30 millones en 2022. Es una realidad que podría verse afectada con la fusión de Avianca y Viva Air. “Ya estamos sufriendo la posición dominante en el uso de la infraestructura, en la concentración de los counter, las salas de abordaje, las posiciones de parqueo y los slot (reserva de tiempo para realizar un trayecto) en terminales aéreos como el de Bogotá. En el nuevo escenario este uso dominante podría empeorar”, concluyó Shaw.