América Latina debe cortejar al Reino Unido tras su divorcio
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Ante la inminencia del Brexit, es el momento para que América Latina entre a suplir las nuevas necesidades comerciales del Reino Unido
El divorcio del Reino Unido con la Unión Europea (UE) aún trastabilla, entre prorrogas y no deals, ya no se sabe cuándo ni como se resolverá. En lo que no ha trastabillado el parlamento británico, sin embargo, es en su intención de continuar el proceso que parece haber tomado un curso irreversible hacia el desentrañamiento de 40 años de integración económica.
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Si no hay un acuerdo arancelario entre el papeleo del divorcio, el Reino Unido perdería acceso al mercado común europeo. En este escenario, más allá de la cercanía geográfica y política con otros Estados europeos, el Reino Unido tendría pocos incentivos para comerciar con ellos por encima de cualquier otra región del mundo.
Además, teniendo en cuenta que el Reino Unido ahora se vería excluido de todos los tratados de libre comercio a los que accedió por medio de la Unión Europea, tendrán pocos incentivos para privilegiar el comercio con cualquier Estado del mundo por sobre otro. En muchos sentidos esto es borrón y cuenta nueva para la participación del Reino Unido en los mercados internacionales.
Para América Latina, esta es una oportunidad única para obtener trato preferencial en el acceso a un mercado enorme (de 66 millones de habitantes) y pudiente (con un PIB per cápita por encima de los $45.000 dólares). Es además un mercado que se verá vulnerable ante la desregulación súbita del comercio y que estará urgido de nuevos socios comerciales tras perder a su principal.
Los bienes que quedan a la deriva en este divorcio suman una cantidad sustancial. El Reino Unido importaba más productos de la Unión Europea (un valor total de $220 billones de dólares) que del resto del mundo (apenas $192 billones).
Más aún, no sólo importaba en gran volumen, sino que exportaba considerablemente menos. El Reino Unido sostenía un déficit comercial con la UE de más de $86 billones. Para Bruselas, ésta era una relación comercial muy ventajosa, y si se da un escenario de no deal casi de la noche a la mañana, dejará de serlo. Será entonces cuando se abran las puertas para otros socios comerciales deseosos de llenar el vacío de exportaciones de la Unión Europea al Reino Unido.
América Latina debe ser candidato para suplir en parte las importaciones que dejarán de llegar con ventaja de la Unión Europea. Firmar acuerdos comerciales y entablar el diálogo empresarial será fundamental para que la región se haga de un poderoso socio comercial en Europa, al que podrá acceder, además, sin tener que sortear los dispendiosos obstáculos burocráticos que dificultaban el comercio con la UE.
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La oportunidad, sin embargo, no es redonda. Las principales importaciones del Reino Unido corresponden a bienes manufacturados, muchos de los cuales, como es el caso de los jets turbo, la quinta mayor importación del Reino Unido, no se producen bajo condiciones competitivas en América Latina.
Muchos otros, sin embargo, como es el caso de los productos mineros y petroleros y de bienes manufacturados más simples, como las autopartes y los vinos podrán encontrar un nuevo y atractivo destino en el Reino Unido.
LatinAmerican Post | Pedro Bernal