Colombia: La indiferencia y la banalización de la violencia
A pesar del repudio y el clamor de millones de ciudadanos, los principales medios de comunicación y el gobierno electo de Colombia minimizan la grave ola de violencia que vive el país
Las noticias relacionadas con asesinatos de líderes sociales y defensores de Derechos Humanos han aumentado, generando un ambiente de terror y zozobra entre la mayoría de los colombianos, que ven cómo reviven las peores épocas de la violencia.
Cuando se esperaba que mediática y políticamente se generara una reacción contundente de rechazo a esta nueva violencia, ha sucedido exactamente lo contrario. Algunos de los principales medios de comunicación de Colombia han desplegado una amplia cobertura para otros temas sin ninguna trascendencia, a la par que el gobierno electo y sus aliados llaman la atención tratando de cazar peleas a las que no hay lugar, señalando y estigmatizando a quienes rechazan estos asesinatos.
Mientras los colombianos utilizaban las redes sociales para repudiar la ola de violencia actual, medios como Caracol y RCN Radio dedicaban sus espacios a hacer eco de la información generada por el presidente electo Iván Duque. Pero no precisamente con respecto a la ola de violencia que vive el país, sino frente a hechos absolutamente irrelevantes que, en una situación como la que vive Colombia, no deberían tener la trascendencia dada por estas dos cadenas radiales.
Por ejemplo, para Caracol Radio fue más importante destacar cómo el presidente electo Duque trataba de impresionar a los directivos del Real Madrid en el Estadio Santiago Bernabéu, haciendo una ‘21’, que profundizar el escueto y tibio pronunciamiento que había hecho días antes, cuando sólo se limitó a decir que los responsables de los asesinatos de líderes sociales y defensores de Derechos Humanos iban “a recibir todo el peso de la ley”, sabiendo que eso es lo mínimo que esperan los colombianos de él.
De la misma manera, para RCN Radio fue más importante informar el apoyo de Duque a las selecciones de Brasil y Uruguay, que la creciente ola de asesinatos.
La banalización de violencia por parte de estos y otros medios de comunicación generó indignación entre varios ciudadanos, que cuestionaron la nula importancia dada a los asesinatos que vienen ocurriendo y a la forma como se sobredimensionó la irrelevante información producida por Duque. Vale la pena decir que lo mismo sucedió con Caracol Televisión y su exagerado cubrimiento de la fiesta de bienvenida de la Selección Colombia.
Si no están con nosotros, están contra nosotros
Ante la indiferencia política y mediática, el pasado viernes 6 de julio se convocó en las plazas de las principales ciudades y municipios de Colombia una velatón como forma de rechazo y muestra de solidaridad con las víctimas de la ola de violencia que vive el país. El resultado fue contundente, multitudes completas colmaron las plazas públicas y elevaron un clamor con tono de exigencia para que cese la violencia.
Sin embargo, para partidos como el Centro Democrático que abiertamente se ha opuesto al acuerdo de paz y ha saboteado su implementación, minimizando los asesinatos de líderes sociales y defensores de Derechos Humanos; la movilización ciudadana de la velatón fue una ofensa y una amenaza contra ellos a juzgar por las declaraciones de la senadora María del Rosario Guerra, quien insinuó que los millones de ciudadanos que se protestaron contra la violencia quieren “bloquear” el gobierno de Iván Duque.
Lea también: El lamentable panorama sobre los líderes sociales asesinados en Colombia
La masacre no para
“El actual gobierno y la Fiscalía General de la Nación están empecinados en negar la sistematicidad de las agresiones contra líderes sociales y defensores de Derechos Humanos, aduciendo, sin embargo, avances en la puesta en marcha de algunas acciones institucionales y en las investigaciones de estos crímenes. No ha sido suficiente, la prueba más clara fueron las ocho vidas segadas bajo el fuego de quienes se oponen a: los reclamos de víctimas como la restitución de tierras, la verdad y la reparación; la sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito y a la resistencia comunitaria ante economías ilegales; la participación política de sectores alternativos; y, en gran parte, al reclamo de derechos colectivos, territoriales y culturales de pueblos étnicos”, explicó Alejandro Jiménez, investigador de la Fundación Paz y Reconciliación.
Las razones que motivan los crímenes, la indiferencia y la banalización política y mediática, contrastan con las cifras que aumentan cada día sin que, al parecer, haya interés en actuar para evitar que estos hechos se sigan presentando. En ese sentido, la Defensoría del Pueblo de Colombia reveló que hasta el día 10 de julio habían sido asesinados 322 líderes sociales y defensores de Derechos Humanos.
El panorama actual de Colombia es oscuro, en medio de la indignación ciudadana, el desinterés, la negación y la indiferencia de las autoridades, así como la banalización de los medios de comunicación, se cierne un panorama incierto respecto a lo que sucederá con esta ola de violencia tan pronto como el uribismo asuma nuevamente el poder.
LatinAmerican Post | Samuel Augusto Gallego Suárez
Copy edited by Diana Rojas