El descuido de Estados Unidos hacia América Latina allana el camino para el fortalecimiento de los BRICS
La falta de atención de Estados Unidos a América Latina ha empoderado indirectamente a la región, permitiendo que alianzas como BRICS ganen fuerza e influencia en el escenario global.
Ha pasado más de un año y medio desde que Luiz Inácio Lula da Silva regresó a la presidencia de Brasil, resucitando su carrera política después de que se anularan las acusaciones de corrupción. Desde entonces, el regreso del presidente Lula ha revitalizado a los BRICS, una coalición que une a Brasil con Rusia, India, China y Sudáfrica. Los esfuerzos de Lula han dado un nuevo impulso a los BRICS, ahora conocidos como BRICS Plus después de que el grupo acordara admitir nuevos miembros como Arabia Saudita e Irán durante una cumbre histórica en Johannesburgo el año pasado.
Durante su mandato anterior, de 2003 a 2010, Lula jugó un papel decisivo en la conversión de los BRICS en una entidad geopolítica importante, que surgió como contrapeso al dominio occidental. La reciente expansión de los BRICS subraya su creciente influencia, que muchos sostienen que es un resultado directo de la cada vez menor atención de Estados Unidos a América Latina.
En la cumbre de Johannesburgo, Lula destacó el potencial económico de los BRICS, señalando que el bloque representa el 32% del PIB mundial en paridad de poder adquisitivo, superando al G7. Sin embargo, es esencial reconocer que gran parte de este crecimiento económico proviene de China y la India. A pesar de esto, Brasil continúa beneficiándose de su asociación con los BRICS, aprovechando su relación con China, su mayor socio comercial, para reforzar su posición económica.
Estados Unidos pasa por alto a América Latina
La falta de atención de Estados Unidos en América Latina ha creado un vacío que los BRICS han podido llenar. Los países latinoamericanos, con su pensamiento estratégico, han visto el potencial de los BRICS y han buscado activamente diversificar sus alianzas. Históricamente, la política exterior estadounidense a menudo ha descuidado a los países latinoamericanos, tratándolos como actores periféricos en lugar de socios importantes. Esta supervisión ha permitido a naciones como Brasil buscar alianzas alternativas para servir mejor a sus intereses económicos y políticos.
Mónica de Bolle, investigadora principal del Instituto Peterson de Economía Internacional, señala que el concepto original de los BRICS era más una estrategia de inversión que una alianza política. Sin embargo, resonó con las aspiraciones de Lula para la política exterior de Brasil. Al posicionar a Brasil como un actor clave dentro de los BRICS, Lula ha asegurado que Brasil siga siendo relevante a nivel mundial, incluso cuando Estados Unidos pasa por alto la región.
El economista brasileño Rodrigo Zeidan, de la Universidad de Nueva York en Shanghai, señala que Brasil ve a los BRICS como una cobertura estratégica más que como una alianza primaria. Este enfoque pragmático permite a Brasil mantener fuertes vínculos con China mientras navega por complejas dinámicas internacionales. A pesar de algunos “extraños compañeros de cama” dentro de los BRICS, la participación de Brasil cuesta poco y proporciona beneficios significativos, lo que pone de relieve la capacidad del país para maniobrar a través de alianzas globales.
Beneficios económicos y ambigüedades políticas
Uno de los beneficios tangibles que Brasil ha obtenido de los BRICS es el establecimiento del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB). Este prestamista multilateral, fundado por los BRICS, ha proporcionado a Brasil un apoyo financiero crucial, como un préstamo de 1.100 millones de dólares para la reconstrucción tras las inundaciones en Rio Grande do Sul. El NDB, encabezado por la ex presidenta brasileña Dilma Rousseff, no sólo fortalece las relaciones entre Brasil y China sino que también subraya las ventajas prácticas de la participación de Brasil en los BRICS, tranquilizando a la audiencia sobre la estabilidad económica de Brasil.
Sin embargo, la relación no está exenta de desafíos. La postura ambigua de Lula sobre la guerra de Rusia en Ucrania, que refleja la tradicional neutralidad de Brasil, ha generado críticas. Además, la dependencia de Brasil de China podría complicar su política exterior, especialmente a medida que crece el sentimiento anti-China en Estados Unidos. Como señala de Bolle, el alineamiento de Brasil con China podría ponerlo en una posición difícil si aumentan las tensiones entre Estados Unidos y China, lo que podría obligar a Brasil a reevaluar su política exterior y sus alianzas.
El papel de América Latina en un mundo multipolar
La falta de atención de Estados Unidos hacia América Latina ha fortalecido inadvertidamente la autonomía y la influencia de la región. Los países latinoamericanos han aprovechado la oportunidad para diversificar sus alianzas y hacer valer sus intereses en el escenario global. La expansión de los países BRICS, incluidos Argentina, Egipto y Arabia Saudita, demuestra aún más el atractivo y el deseo del bloque de un orden mundial multipolar. Esta expansión podría conducir potencialmente a un orden global más equilibrado, desafiando el dominio tradicional de las potencias occidentales.
El compromiso de América Latina con los BRICS refleja una tendencia más amplia de buscar alternativas a las instituciones dominadas por Occidente. Los países de la región miran cada vez más a China en busca de oportunidades comerciales y de inversión, reduciendo su dependencia de Estados Unidos. Este cambio pone de relieve la dinámica cambiante del poder global y el surgimiento de nuevas asociaciones económicas.
A pesar de los diversos paisajes políticos dentro de los BRICS, el grupo comparte un objetivo común: desafiar la hegemonía occidental y promover un orden global más equilibrado. A medida que los BRICS se expanden, reúnen a países con diferentes sistemas políticos y modelos económicos, unidos por el deseo de una mayor influencia y autonomía. Esta unidad dentro de la diversidad presenta oportunidades y desafíos a medida que los estados miembros navegan por sus diferencias mientras se esfuerzan por alcanzar objetivos comunes, infundiendo un sentido de esperanza para la cooperación global.
Una nueva era para América Latina
La falta de atención de Estados Unidos a América Latina ha provocado cambios significativos en el panorama geopolítico de la región. Al no comprometerse significativamente con los países latinoamericanos, Estados Unidos ha permitido que florezcan alianzas como los BRICS, empoderando a naciones como Brasil para buscar asociaciones alternativas. Este hecho subraya la importancia de América Latina en el ámbito global y resalta la capacidad de la región para influir en los asuntos internacionales. Sin embargo, esta creciente influencia también trae consigo riesgos potenciales, como mayores tensiones geopolíticas y la necesidad de una navegación diplomática cuidadosa.
A medida que los BRICS continúan creciendo y evolucionando, aún está por verse cómo responderá Estados Unidos a la dinámica cambiante. Por ahora, las maniobras estratégicas de América Latina dentro de los BRICS demuestran su resiliencia y adaptabilidad en un mundo multipolar. La creciente influencia de la región recuerda a Estados Unidos que debe reconocer a América Latina y mantener su posición global.
La negligencia de Estados Unidos hacia América Latina ha allanado involuntariamente el camino para el empoderamiento de la región a través de alianzas como los BRICS. Este cambio desafía las estructuras de poder tradicionales y presagia una nueva era de cooperación y competencia global. A medida que América Latina siga afirmando su influencia, desempeñará un papel crucial en la configuración del futuro de las relaciones internacionales.