México responde ante sismo de magnitud 7.2
Un sismo originado en el estado de Oaxaca pone a prueba la prevención en el centro y sur del país
Apenas hace unas semanas una noticia levantó críticas a las autoridades de protección civil, pues al menos 3 sensores del Sistema de Alerta Sísmica Mexicano ubicados en Oaxaca, estaban fuera de servicio al ser derribadas por los fuertes vientos. En esta zona del país, en la región colindante con Chiapas es donde se produjo el primero de los dos sismos ocurridos en septiembre de 2017 en México. La magnitud fue de 8.2 y se sintió fuerte en el centro y sur del país, además de Centroamérica. Tener el sistema de alerta funcionando por debajo de su capacidad causó temor en la Ciudad de México, al dejarla desprotegida ante un nuevo evento sísmico.
Para fortuna de la capital mexicana se repararon a tiempo los daños de los sensores y estuvieron funcionando para el sismo del 16 de febrero, de una magnitud de 7.2. La alerta sísmica se encendió casi 80 segundos antes del sismo, lo que dio tiempo de evacuar a buena parte de la población de la ciudad. En esta ocasión el movimiento telúrico se produjo también en Oaxaca, en la región conocida como Pinotepa Nacional donde se ubicó el epicentro. Tras el sismo y con la experiencia devastadora de los ocurridos en 2017, la población respondió adecuadamente en la evacuación de los inmuebles, lo que muestra la cultura sísmica que ha ido creciendo en México. El terremoto de 1985 creó conciencia entre los mexicanos, los sismos de 2017 pusieron a prueba toda la preparación en protección civil, en la calidad de sus construcciones y en la respuesta del gobierno y sociedad civil.
El sismo de 2018 fue más fuerte que el ocurrido el 19 de septiembre (de magnitud 7.1) pero no fue destructivo para la capital por la distancia con el epicentro, sin embargo pudo notarse la mejoría en la respuesta gubernamental y de la sociedad. En el temblor de este año la zona más afectada es la cercana al epicentro, la denominada costa chica, una región costera de escasos recursos que sufrió afectaciones leves, sin víctimas mortales, al menos por el sismo. Horas más tarde, el ministro del interior Alfonso Navarrete Prida y el gobernador de Oaxaca en un traslado de supervisión tuvieron un accidente, su helicóptero cayó y aunque los pasajeros no resultaron heridos, incluidos los funcionarios, la aeronave cayó sobre algunos automóviles dejando un saldo de 13 personas fallecidas.
Es el tercer ministro del interior que sufre un accidente en aeronave en las últimas dos administraciones, durante el gobierno de Felipe Calderón dos ministros fallecieron. El primero, Juan Camilo Mouriño falleció al desplomarse su avión en la principal avenida de la capital. El segundo Francisco Blake Mora, quien falleció al caer su helicóptero en el Estado de México, aledaño a la capital. Por ello, el accidente de Navarrete Prida llama la atención de los medios mexicanos, por los antecedentes de sus antecesores. Sin duda el 16 de febrero quedará como un día extraño para los mexicanos, los eventos del día pusieron a prueba su capacidad de respuesta y de asombro, en un país de alta sismicidad.
Lain American Post | Luis Liborio
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