Mientras países ricos ya alcanzan a casi el 100% de su población vacunada, países africanos no llegan ni a 5%. La mala distribución de las vacunas es la culpable de la variante Omicrón.
Los que acaparan son los países ricos, pero los culpables de la pandemia son los pobres. Foto: LatinAmerican Post
LatinAmerican Post | Santiago Goméz Hernández
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La OMS tenía razón, si las vacunas no llegan a todos los países, en especial los más pobres, nunca saldremos de la pandemia y la variante Omicrón es el claro ejemplo de esto. Hace algunos días, los noticieros del mundo reportaban la identificación de una nueva variante del Coronavirus en el sur de África. Las autoridades sudafricanas identificaron una nueva mutación del virus, esto les hizo acarrear ser "culpables de la variante Omicrón", pero esto puede ser terriblemente desacertado.
Algunos países europeos admiten que la variante Ómicron estaba desde hace varios días en ese continente y no se habían dado cuenta. Quienes fueron diligentes y la descubrieron son los surafricanos y deciden bloquearlos. ¡El absurdo total en un mundo al revés!
— Camila Zuluaga (@ZuluagaCamila) November 30, 2021
Inmediatamente, los países europeos y Estados Unidos decidieron cerrar fronteras con vuelos o viajeros que hayan estado en la zona de riesgo. Sin embargo, esto no fue suficiente o no fue oportuno, ya que en menos de una semana, ya se empezaron a presentar casos positivos de esta nueva cepa en diversos países occidentales. Principalmente, porque posiblemente la variante ya estaba en Europa desde hace mucho más tiempo, incluso, es posible que esta viajara de Europa a África y no del sur al norte.
Para lo único que sirvió esta tardía respuesta fue para discriminar y culpar a los países africanos de esta nueva cepa. Claro, discursos sostenidos en los bajos niveles de desarrollo, los desfinanciados sistemas de salud, la percepción de malas prácticas higiénicas en el continente africano, fueron realmente efectivos para ahora desviar el fracaso de sus propios programas a otros, a los que siempre se ha culpado, ya se por su inmigración o por la guerras que el mismo norte causa.
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Pero no, el mundo occidental y los países acaudalados se han limitado en culpar al resto del mundo: primero China y ahora África en ser los responsables de los males que hoy también sufren. No demorarán en culparnos a notros los latinos, si es que algún país del continente identifica una nueva mutación del virus. Esto sin mencionar que los países europeos y norteamericanos son de donde nacieron varias de las teorías conspirativas que ahora también se vienen expandiendo a todo el mundo con una rapidez que hasta el virus envidiaría.
Ya lo había advertirlo la OMS, antes de iniciar con la administración de las terceras dosis en varios países europeos: era primordial empezar a incrementar las tasas de vacunación en el sur global.
Por ejemplo, hoy en día, de acuerdo con OurWorldInData, tan solo el 5.9% de las personas en los países de escasos recursos tiene el esquema completo de vacunación. Países como Nigeria (el país más poblado de África) no suma ni el 3% de su población vacunada. Este es solo un ejemplo, ya que tampoco Etiopía, ni Kenia llegan al 10% de vacunados. Al otro lado del espectro, los EAU tienen el 98%; Singapur el 93% , Cuba el 90% y Portugal el 89%. Esto es un pequeño ejemplo de lo pésimamente mal distribuido han sido las vacunas.
Entonces, si hay que mirar culpables por lo que pueda representar la nueva cepa, no son los países a los cuáles se les ha negado un acceso a las vacunas de forma justa, sino a todos aquellos países que se han encargado de acumular toda la producción mundial y poder.
También es momento de culpar a las grandes farmacéuticas, que ya habiendo sacado grandes ganancias con sus vacunas, se niegan a liberar las patentes y poder, de esta forma, incrementar la producción de los fármacos y que estos lleguen a estos otros países que aún esperan lo que la COVAX les pueda traer.
Hoy será la variante Omicron, mañana puede ser cualquier otra nueva mutación la que ponga en jaque la estabilidad y economía del mundo, a menos de que empecemos a democratizar universalmente las vacunas. Es momento, mientras en los países del norte global chocan contra un muro que les impide convencer a los antivacunas y que no les deja incrementar las tasas de vacunación, al punto en que en varios países hay disturbios y leyes que obligan a la vacunación. En el sur global aun hay países sin poder acceder a estas y en donde mucha población necesita estar protegida por medio de la vacuna. Ya si no lo quieren hacer por altruistas, que lo hagan por simple sentido de supervivencia: o vacunamos a todo el planeta o estamos expuestos a nuevas variantes, más letales, más contagiosas e inmunes a las vacunas ya existentes.