ANÁLISIS

Pacientes latinoamericanos con hipertensión pulmonar desafían las expectativas mundiales

A pesar de las tendencias globales que señalan a pacientes mayores con múltiples afecciones, datos recientes sugieren que muchos latinoamericanos con hipertensión arterial pulmonar (HAP) siguen siendo notablemente jóvenes y, en gran medida, libres de enfermedades crónicas. Expertos debaten si esto indica un fenotipo único o simplemente un retraso temporal.

Un panorama demográfico en transformación

La hipertensión arterial pulmonar solía considerarse una enfermedad que afectaba principalmente a mujeres jóvenes sin otros problemas de salud. Registros de pacientes en América del Norte y Europa mostraron que, en las últimas dos décadas, los médicos comenzaron a diagnosticarla con mayor frecuencia en adultos mayores. Esta condición conlleva varios riesgos para la salud, como exceso de peso, hipertensión arterial y apnea del sueño. Sin embargo, según el artículo “Pulmonary arterial hypertension in Latin America. The age and comorbidity paradox”, publicado en International Journal of Cardiology Congenital Heart Disease, los datos de pacientes en América Latina aún presentan una realidad distinta.

En países como Estados Unidos, estudios multicéntricos revelan que muchos pacientes con HAP tienen más de 50 años y suelen enfrentar dos o más enfermedades concomitantes. En contraste, los registros latinoamericanos —provenientes de países como México, Brasil, Argentina y Colombia— indican que los pacientes siguen siendo relativamente jóvenes, a menudo en sus 30 o 40 años, y con muchas menos complicaciones de salud. Los investigadores intentan determinar si esta diferencia demográfica es genuina o si la región simplemente está rezagada respecto a las tendencias globales.

Registros destacan pacientes jóvenes

Una posible explicación para este fenómeno radica en el proceso de referencia de pacientes dentro de los sistemas de salud latinoamericanos. En muchos países, pocas clínicas cuentan con capacidades diagnósticas completas para HAP, por lo que los pacientes podrían llegar más rápido a centros especializados. Esto puede permitir un diagnóstico relativamente temprano, cuando la enfermedad aún se encuentra en etapas iniciales.

Los grupos de pacientes en ciertas regiones también suelen mostrar características relacionadas con la herencia o el estilo de vida. Algunos investigadores sugieren que ciertos factores genéticos o ambientales comunes en América Latina podrían modificar la manera en que se desarrolla la HAP. Por ejemplo, informes indican que pacientes hispanos en Estados Unidos presentan alteraciones más severas en el flujo y la presión sanguínea a una edad más temprana. Este hallazgo se asemeja a los datos nacionales de México.

La diversidad en América Latina limita la posibilidad de sacar conclusiones definitivas. La mezcla de poblaciones indígenas, europeas, africanas y asiáticas produce una heterogeneidad que dificulta definir un “fenotipo latinoamericano” claro para la HAP. Se necesitan estudios genéticos exhaustivos.

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¿Estamos observando un fenotipo distinto o un cambio demográfico retrasado?

La idea de que los latinoamericanos representen un fenotipo único de HAP surge de varias observaciones clave. Primero, muchos registros locales muestran menos comorbilidades —como obesidad, enfermedades coronarias o diabetes— en comparación con los datos de cohortes norteamericanas y europeas. Segundo, estos pacientes más jóvenes suelen presentar indicadores “clásicos” de HAP: menor clase funcional al momento del diagnóstico, mayor presión arterial pulmonar media y características hemodinámicas distintivas.

Otros expertos advierten que esta diferencia podría deberse a un cambio demográfico que simplemente ocurrió más tarde. Muchos países latinoamericanos han experimentado transformaciones en la dieta, el estilo de vida y la distribución por edad, similares a las que tuvieron las naciones de altos ingresos décadas atrás. A medida que aumentan las tasas de obesidad y envejece la población, la región podría alinearse con las tendencias globales, dando lugar a pacientes con HAP de mayor edad y múltiples comorbilidades.

Cabe destacar que la incidencia de hipertensión sistémica, obesidad y diabetes ya está creciendo en grandes centros urbanos como Ciudad de México, São Paulo y Buenos Aires. Quienes apoyan la hipótesis del “cambio retrasado” anticipan que la demografía de los pacientes con HAP en la región cambiará en los próximos años. Este giro reflejaría los estados avanzados de la enfermedad que ya son comunes en Europa y Estados Unidos.

Implicaciones para el tratamiento y la estratificación de riesgo

Otra dimensión de esta paradoja gira en torno a la evaluación de riesgos y el manejo del tratamiento en pacientes latinoamericanos. Las herramientas de estratificación de riesgo más utilizadas —como REVEAL, COMPERA y el registro francés— se desarrollaron a partir de poblaciones predominantemente no latinoamericanas. No obstante, estudios preliminares indican que estos modelos pueden predecir adecuadamente los resultados en grupos hispanos y latinoamericanos.

Surgen discrepancias concretas en cuanto a la respuesta terapéutica. Algunos ensayos clínicos han sugerido que ciertos medicamentos para la HAP (por ejemplo, macitentán o bosentán) podrían ser más eficaces entre los latinoamericanos de lo que los datos de otras regiones predicen. Sin embargo, el tamaño reducido de las muestras y la disponibilidad irregular de medicamentos entre países dejan muchas preguntas sin resolver. Por ejemplo, las tasas de uso de terapias combinadas difieren notablemente entre Argentina y México, lo que influye en la progresión de la enfermedad y las estadísticas de supervivencia de formas aún poco comprendidas.

Muchos investigadores subrayan la necesidad de contar con registros amplios y de alta calidad en toda América Latina. Datos más sólidos —especialmente sobre composición genética, exposiciones ambientales y patrones de comorbilidad— podrían aclarar si estos pacientes más jóvenes y saludables representan realmente un subconjunto distintivo o si se avecina una oleada de comorbilidades relacionadas con la edad y el estilo de vida.

Perspectivas futuras para la HAP en América Latina

La propagación de la HAP a nivel mundial está cambiando. América Latina se encuentra en un punto crítico. Actualmente, los pacientes de la región son más jóvenes y presentan menos enfermedades de largo plazo. Esto trae ciertos beneficios, como diagnósticos en etapas más tempranas, mejor respuesta a los medicamentos y posiblemente menor mortalidad a corto plazo.

Sin embargo, existen señales de un cambio inminente hacia pacientes mayores con más desafíos de salud. La urbanización, las modificaciones en la dieta y el aumento de la esperanza de vida probablemente incrementen la prevalencia de obesidad, hipertensión y otras condiciones que agravan el pronóstico de la HAP. Por lo tanto, los médicos, investigadores y responsables de políticas públicas en la región deben prepararse para una posible escalada en la complejidad de la enfermedad.

Por ahora, la “paradoja de la edad y las comorbilidades” apunta a la necesidad urgente de estudios más detallados sobre la interacción entre genética, entorno y sistemas de salud. Ya sea que América Latina mantenga una población de pacientes relativamente joven o experimente un cambio demográfico acelerado, habrá consecuencias importantes para la asignación de recursos, las guías de tratamiento y los resultados de salud en el futuro.

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Nota: Los datos que respaldan este artículo provienen de “Pulmonary arterial hypertension in Latin America. The age and comorbidity paradox,” publicado en International Journal of Cardiology Congenital Heart Disease. Los investigadores responsables del estudio fueron Tomás Pulido, Sofía de la Cruz-Pérez, Daniela Valencia, Rafael Conde, Adrián Lescano y Nayeli Zayas.

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