ANÁLISIS

Violencia de género y educación temprana: ¿Unidos inexorablemente?

La educación temprana de los hombres es esencial si algún día queremos detener la violencia de género. 

Niño caminando en un sendero mojado.

Educación temprana en niños puede prevenir la violencia de género. / Foto: Unsplash – Gabe Pierce

LatinAmerican Post | Alessandra Cedeno

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Read in english: Gender violence and early education: inexorably linked?

La violencia contra la mujer en sus diversas manifestaciones, posee un elevado significado para las mujeres que la padecen y para la sociedad. Se puede considerar un ‘virus’ en América Latina como en el mundo, que pareciera ser insertado en el cerebro masculino por alguna razón que todavía no entendemos.

Dos de cada tres mujeres ha sufrido de violencia en el planeta en algún momento de su vida. En Centroamérica, están siendo asesinadas, solo por el simple hecho de ser lo que son y ser consideradas el ‘sexo débil’.

El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, indico el año pasado, que los niveles de prevalencia de la violencia contra las mujeres, son tan elevados, que es uno de los derechos humanos más violentados en distintos países. El representante del ente internacional expone en su mensaje que "hasta el 70 por ciento de las mujeres sufren violencia física o sexual en algún momento de sus vidas y un porcentaje que se sitúa en una cuarta parte en lo que respecta a las mujeres embarazadas". "Millones de mujeres y niñas de todo el mundo son atacadas, golpeadas, violadas, mutiladas e incluso asesinadas en lo que supone una violación horrorosa de sus derechos humanos", aseguró.

Por otra parte, una violación a los derechos fundamentales de mujeres, no solo ocurre a las que ya son adultas, también les sucede a niñas, que pueden ser abusadas sexualmente, psicológica y físicamente.

Según los datos del Banco Mundial, el 69% de las mujeres de 15 países en Latinoamérica, que manifestaron haber sido abusadas físicamente, lo fueron por parte de sus parejas. El 47% han sido víctimas de al menos, un ataque sexual durante el trascurso de su vida.

Los índices de denuncia por parte de las mujeres que son víctimas de la violencia son muy bajos, mientras que el número de hechos violentos en contra de las mujeres aumenta y se diversifica.

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En algunos países de américa latina, sus leyes se han ampliado a la protección de la mujer, tipificando la violencia hacia la mujer como crimen atroz o delitos graves. Estas naciones han evolucionado en sus normativas, pero al implementar estas nuevas leyes, su efectividad con respecto a la disminución de la violencia contra la mujer, no cumple con lo que se esperaba.

Las normas y leyes que son cambiadas en diferentes países para la protección de la mujer latinoamericana, se basan en una perspectiva integral. La víctima recibe apoyo en el momento, pero ¿por qué siguen ocurriendo estos actos violentos hacia la mujer?, deberían ser atendidos tanto el agresor como la víctima y tomar medidas más extremas para disminuir los casos.

Diversos psicólogos y expertos en el tema de la violencia de género, aseguran que las mujeres que sufren violencia en silencio, es porque terminan aceptando y acostumbrándose a la violación de sus derechos y permiten ser abusadas, por sumisión, baja autoestima, sentido de culpabilidad, entre otras conductas. 

Entonces, ¿es culpa de la mujer?

En los primeros meses causaron horror los últimos asesinatos de mujeres en México, entre los cuales destaca el caso de Ingrid Escamilla, quien fue asesinada de manera atroz por quien habría sido su pareja, y las imágenes del cuerpo desollado y ensangrentado, fueron divulgadas por algunos medios que, sin ningún tipo de pudor, las revelaron ante el morbo de quienes pudieran haber perdido la sensibilidad ante este tipo de sucesos.

La muerte de Escamilla encendió las alarmas en cuanto a la violencia femenina, y miles de internautas en redes sociales, reflexionaban en que, estos hechos no deberían seguir pasando, ya que son incontables las historias de violencia que hay en el mundo, y debería ponerse más atención a esos niños que van creciendo y que pronto serán hombres.

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Existen indicios para descubrir al hombre maltratador y muchos lo saben, pero sigue siendo un problema interminable que las damas denuncien y que sus agresores cambien; entonces, ¿qué hacer?

El abuso surge de la formación cultural temprana del hombre, de sus modelos masculinos y de su educación. En otras palabras, tal y como lo explica Lundy Bancroft, el abuso radica en una deficiencia de valores, no algo psicológico, y puede corregirse a tiempo cuando es pequeño; del resto, es muy difícil. 

En un artículo de opinión publicado por la Prensa Libre de Costa Risa, denominado: "Crisis y pérdida de los valores en la sociedad actual", Luis Fernando Allen Forbes, Director Ejecutivo en Asociación Salvemos al Río Pacuare en ese país, expresa que: "es imprescindible rediseñar y volver a educar a la sociedad, empezando desde los niños(-as) que son el pilar del futuro. Debemos introducir en las primeras etapas de la educación asignaturas donde se siembren valores sociales; haciendo renacer conductas morales y éticas".

Respecto a lo anterior, es posible que los gobiernos sigan buscando las medidas necesarias para salvar a más y más mujeres, pero el problema de fondo acerca del maltrato parece interminable, porque se ha descuidado a la infancia. Se trata de proteger hoy al varón de los 'anti-valores' cuando es niño, para que la niña que todavía es niña, sea respetada y  la que el día de mañana será mujer.

LatinAmerican Post no comparte ni apoya los puntos de vista expresados en esta columna de opinión

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