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Estreno de Cine en Cuba: Díaz Presenta el Urgente ‘Adiós Cuba’

Rolando Díaz estrena su última película, Adiós Cuba, en el Festival de Cine de Miami en medio de una ola masiva de migración cubana. En una entrevista con EFE, revela la urgencia personal y la carga emocional detrás de este retrato cinematográfico del éxodo y la pertenencia.

Un Nuevo Capítulo en la Narrativa Cubana

Rolando Díaz, veterano cineasta cubano de más de setenta años, confiesa que no puede imaginar una ocasión más adecuada para el estreno mundial de Adiós Cuba que el Festival de Cine de Miami. Esta vibrante ciudad costera, hogar de la diáspora cubana más grande fuera de la isla, sirve como el escenario ideal para una historia que enfrenta de lleno el dolor del exilio. Adiós Cuba se presentará en el festival el 9 de abril, convirtiéndose en uno de los puntos culminantes de la 43ª edición del evento.

En una entrevista con EFE el viernes, Díaz expresó orgullo y nerviosismo por mostrar su nueva obra ante una audiencia que comprende íntimamente su contexto. “Es un tremendo honor presentarla aquí, entre mis compatriotas”, afirmó. Espera escuchar sus reacciones de primera mano, consciente de que muchos en Miami han vivido, o siguen viviendo, la dolorosa experiencia de dejarlo todo atrás.

Un profundo sentido de responsabilidad impulsó al director a abordar nuevamente un tema cubano. “Desde 2020, más de un millón de cubanos han abandonado la isla”, observó. “Es un éxodo brutal, y no ha cesado.” A su juicio, la crisis migratoria actual—alimentada por el descontento social, las dificultades económicas y los persistentes desafíos políticos—exigía una respuesta inmediata y sentida.

No es la primera vez que Díaz fusiona la expresión artística con la crítica social. En películas anteriores como Los pájaros tirándole a la escopeta (1984) y Melodrama (1995), equilibró el humor mordaz con un análisis medido de la sociedad cubana. Sin embargo, con Adiós Cuba, deja de lado la sátira para dar paso a la emoción pura, reflejando una urgencia personal que, según él, no podía ignorar. “Tuvo un impacto social tan fuerte en mí que sentí la necesidad de hacer una película sobre ello”, insistió Díaz.

Mujeres en el Centro

En el corazón de Adiós Cuba está el personaje de Caridad, una directora de teatro cubana exiliada en España que emprende la tarea de desarrollar una obra basada en testimonios reales de inmigrantes de la isla. Díaz la describe como un homenaje y un reflejo.

“A menudo incluyo personajes femeninos fuertes en mis obras”, explicó. “Es un tributo a mi madre y a todas las mujeres que han moldeado mi vida. Sé lo difícil que es para ellas sobrevivir en un mundo dominado por hombres.” Al centrar la perspectiva de Caridad, Díaz no solo rinde homenaje a la resiliencia de las mujeres cubanas, sino que también reconoce su papel fundamental en la vida familiar y comunitaria, tanto dentro como fuera de la isla.

Díaz admite libremente que Caridad refleja algunos aspectos de sus propias luchas. “Es un alter ego. Representa la lucha de un artista por llevar un proyecto a cabo, sin importar los obstáculos. Eso es algo que he enfrentado repetidamente durante mis años en España”, dijo.

Nacido y criado en Cuba, Díaz inició su carrera bajo la tutela del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). A lo largo del tiempo, fue testigo de los cambios políticos y culturales que moldearon la vida en la isla. Partió para buscar otras oportunidades en Europa, pero nunca perdió de vista los dramas en curso de su tierra natal.

Las protestas del 27 de noviembre de 2020 frente al Ministerio de Cultura, seguidas por las manifestaciones masivas del 11 de julio de 2021 y el éxodo resultante, pesaron profundamente en su conciencia. “Entre el 15% y el 20% de la población se ha ido en solo unos años”, dijo a EFE, agregando que la magnitud de esta partida lo impulsó a tomar su cámara y documentar un trauma colectivo.

El Próximo Acto de un Director Veterano

Aunque Díaz todavía irradia pasión y energía creativa, admite que Adiós Cuba podría ser su última película. A sus 77 años, es realista sobre los desafíos de emprender otra gran producción. “Este proyecto fue un esfuerzo tremendo”, confesó. “Y a mi edad, no sé si quiero volver a hacerlo. El título también resuena con Adiós Cuba y tal vez con ‘adiós’ Rolando.”

Aun así, está agradecido por el esfuerzo colectivo que hizo posible el proyecto. “Filmamos aproximadamente el 80% en Valencia con un equipo cubano”, señaló. “También rodamos en Miami e incluso en La Habana, con la ayuda de amigos. Eso tiene un peso emocional enorme.”

Para Díaz, la película trasciende la simple nostalgia o el comentario político. Aunque ciertamente muestra las dificultades de los migrantes cubanos, el director cree que las audiencias de cualquier origen pueden encontrar resonancia en el tema más amplio del exilio. “Conecta con el dolor de los exiliados en todas partes”, afirmó. “Espero que esta película sirva como un espejo donde muchas personas puedan verse y, tal vez, encontrar una manera de reconciliarse con su pasado y su presente.”

El Festival de Cine de Miami, que comienza el próximo jueves y concluye el 12 de abril, exhibirá una amplia variedad de películas independientes e internacionales. Con 198 películas de 45 países, incluidas 35 premieres mundiales, el festival continúa su tradición de celebrar voces diversas. Adiós Cuba se sitúa cómodamente entre estas selecciones, lista para captar la atención de una audiencia profundamente familiarizada con las complejidades de la vida entre dos orillas.

Díaz siente el peso de la historia en la edición de este año del festival. “Miami”, afirma, “es la ciudad más importante para los cubanos fuera de Cuba.” No es solo una afirmación demográfica, sino también de identidad. Muchos de sus compatriotas han convertido la ciudad en un epicentro cultural que redefine constantemente lo que significa ser cubano en la diáspora.

Si bien Adiós Cuba podría ser la despedida cinematográfica de Díaz, él parece estar en paz con su legado. Durante más de cuatro décadas, ha documentado la realidad cambiante de Cuba, capturando esperanzas, desilusiones y momentos de trascendencia. Al situar la historia de Caridad en el centro, se asegura de que la dimensión humana del exilio permanezca en primer plano, en lugar de ahogarse en discursos ideológicos.

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En última instancia, la voz de Díaz es la de un hombre que ha visto la isla desde adentro y desde afuera, que reconoce sus defectos pero valora su riqueza cultural. Con este proyecto, busca destilar el dolor abrasador y las frágiles esperanzas de un millón de cubanos que han partido desde 2020. Sobre todo, quiere que los espectadores—sin importar dónde llamen hogar—sientan empatía y un sentido de causa común. Como dijo a EFE: “Nuestras historias pueden ser diferentes, pero nuestro anhelo de pertenencia es universal.”

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