La Habana abraza la revolución eléctrica mientras los cubanos recurren a las bicicletas y vehículos eléctricos
La adopción de vehículos eléctricos en Cuba, impulsada por la necesidad económica y las empresas locales innovadoras, está revolucionando el sector del transporte. Esta característica profundiza en los avances tecnológicos y los desafíos que enfrenta esta transición.
La Habana es famosa por los coloridos autos antiguos que todavía se pueden pasear por sus calles y son un tema popular para las fotografías de los visitantes. Sin embargo, hoy en día, es muy probable encontrar cubanos desplazándose rápida y silenciosamente en scooters eléctricos fabricados con piezas chinas.
“Las motocicletas eléctricas están resolviendo muchos problemas en Cuba. Ya se utilizan para casi todo”, dijo a Reuters Omar Cortina, un trabajador de un hotel cubano que recientemente compró su primer vehículo eléctrico: un scooter de color verde lima impulsado por una batería de litio. Este cambio marca un cambio significativo en el panorama del transporte de Cuba, según informó Reuters.
Hasta hace poco, las carreteras de Cuba habían cambiado poco en las seis décadas transcurridas desde la revolución del ex líder Fidel Castro en 1959: los autos viejos lanzando gases de escape llenos de hollín, el pavimento lleno de baches y el tráfico ligero. Los vehículos eléctricos están demostrando ser una bendición para muchos en la nación comunista.
Según datos oficiales, entre 2020 y 2022, último año del que se tienen cifras, las empresas con sede en Cuba produjeron más de 23.000 vehículos eléctricos. Desde entonces, la demanda ha crecido junto con una crisis económica que ha recortado el suministro de combustible y el transporte público.
El combustible para motores de combustión ha sido escaso en Cuba durante años, lo que ha provocado colas de horas o, a veces, de días. A principios de este año, un aumento de precio cinco veces significó que un típico tanque de gasolina de 40 litros costara más que el salario mensual promedio de un trabajador estatal, lo que lo hizo muy fuera del alcance de la mayoría.
El transporte público podría ser más aceptable. Los autobuses en el área de La Habana son muchos menos, más llenos y más incómodos que en años anteriores. Según los medios estatales, la mitad de las rutas hacia puntos fuera de la capital han sido eliminadas este año debido a la escasez de combustible y repuestos.
Innovaciones tecnológicas
Estas terribles circunstancias han ayudado a impulsar la demanda de productos de empresas recién formadas como Caribbean Electric Vehicles (Vedca), dijo el director de la empresa, Julio Oscar Pérez. La empresa, una empresa conjunta entre el inversionista chino Tianjin Dongxing Industrial y el fabricante estatal cubano de bicicletas Minerva, ha producido más de 2.000 scooters, bicicletas y minitriciclos en Cuba con piezas chinas.
“Creo que estamos llegando a un punto de inflexión”, dijo Pérez en una entrevista con Reuters. “Es decir, no sólo ver los vehículos eléctricos como una alternativa a la movilidad, sino también resolver otros problemas que existen debido a las limitaciones de combustible”.
En una visita reciente entre semana a la planta de la compañía en las afueras de La Habana, algunos de los 64 empleados de Vedca ensamblaron piezas de plástico, soldaron cables y apretaron pernos en una línea de ensamblaje ordenada. Por el contrario, otros saludaban a los clientes que llegaban para ser recogidos. Pérez dijo que la compañía también había comenzado a probar un nuevo tractor eléctrico y a experimentar con otra maquinaria pesada eléctrica.
Otras pequeñas empresas nacionales venden bicicletas eléctricas, desde improvisadas hasta de lujo. El gobierno autorizó recientemente las importaciones de vehículos eléctricos mucho más caros. Según el Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba, las importaciones de automóviles del vecino Estados Unidos se han disparado a 24,6 millones de dólares en lo que va de 2024, con una clase creciente de nuevos propietarios de negocios atraídos por opciones eléctricas e híbridas más lujosas, incluidos los Teslas.
Impacto económico y ambiental
El cambio a los vehículos eléctricos es algo más que comodidad. Representa un cambio económico y ambiental significativo para Cuba. Con los precios del combustible al alza y la disponibilidad cada vez menor, los automóviles eléctricos ofrecen a muchos cubanos una alternativa más sostenible y económicamente viable.
Las sanciones estadounidenses de larga data han exacerbado la crisis económica de Cuba, limitando la capacidad del país para importar combustible y otros bienes esenciales. Esto ha hecho que la transición a los vehículos eléctricos no sea sólo una elección sino una necesidad para muchos. El costo de mantener autos viejos que consumen mucho combustible se ha vuelto insostenible para la mayoría de los cubanos, lo que los empuja hacia alternativas eléctricas más económicas.
Además, es necesario equilibrar los beneficios medioambientales de los vehículos eléctricos. El cambio de gasolina a energía eléctrica reduce la emisión de contaminantes nocivos, contribuyendo a una mejor calidad del aire en zonas urbanas como La Habana. Esto es particularmente significativo dado el estado anticuado de muchos de los vehículos cubanos, notorios por sus altas emisiones.
Para personas como Omar Cortina, los beneficios son inmediatos y prácticos. “Dentro de unos años, todo el transporte será eléctrico”, predijo antes de lanzarse a su nueva compra. Muchos cubanos se hacen eco de este optimismo y ven los vehículos eléctricos como una solución a los problemas de transporte del país.
Desafíos y perspectivas de futuro
A pesar del panorama optimista, la transición a los vehículos eléctricos en Cuba es un desafío. La infraestructura sigue siendo un obstáculo importante. La red eléctrica del país, que ya está bajo presión, necesita mejoras sustanciales para soportar la creciente demanda de vehículos eléctricos. Las estaciones de carga aún necesitan ser más amplias y la disponibilidad de repuestos y servicios de mantenimiento para vehículos eléctricos es limitada.
El gobierno cubano ha reconocido estos desafíos y está tomando medidas para abordarlos. Se están realizando inversiones en infraestructura, incluida la ampliación de la red eléctrica y la instalación de más estaciones de carga. Además, se están implementando iniciativas para capacitar a los mecánicos en el mantenimiento de vehículos eléctricos para garantizar que el creciente número de vehículos eléctricos en circulación pueda recibir el servicio adecuado.
También está la cuestión de la asequibilidad. Si bien los scooters y las bicicletas eléctricas ofrecen una opción más económica que los vehículos tradicionales, el costo inicial aún puede resultar prohibitivo para muchos cubanos. La decisión del gobierno de autorizar las importaciones de coches eléctricos más caros puede atender a un nicho de mercado de nuevos propietarios de empresas. Aún así, necesita hacer más para abordar las necesidades del ciudadano promedio.
La participación de socios internacionales, particularmente de China, ha sido crucial para el avance de la industria de vehículos eléctricos de Cuba. Empresas conjuntas como Vedca están ayudando a desarrollar la capacidad y la experiencia locales y, al mismo tiempo, proporcionan los componentes necesarios para fabricar vehículos eléctricos a nivel nacional. Se espera que esta colaboración crezca y se prevén más inversiones y asociaciones en los próximos años.
Un cambio transformador
La adopción de vehículos eléctricos en Cuba representa un cambio transformador en el panorama del transporte del país. Impulsados por la necesidad económica y respaldados por empresas locales innovadoras, los automóviles eléctricos se están convirtiendo en parte integral de la vida diaria de muchos cubanos. Si bien está plagada de desafíos, esta transición ofrece importantes beneficios económicos, ambientales y prácticos.
Mientras Cuba continúa navegando por su crisis económica y abordando los obstáculos logísticos de esta transición, el futuro del transporte parece cada vez más eléctrico. La colaboración con socios internacionales, las inversiones en infraestructura y la creciente aceptación de los vehículos eléctricos entre la población son indicadores positivos de este cambio.
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En un país donde los autos antiguos alguna vez simbolizaron una era pasada, los vehículos eléctricos ahora representan un nuevo capítulo de innovación y sostenibilidad. Las carreteras de La Habana, alguna vez dominadas por los icónicos autos antiguos, están dando paso gradualmente a un modo de transporte más silencioso, limpio y eficiente. Como lo destaca el informe de Reuters, esta evolución subraya la resiliencia y adaptabilidad del pueblo cubano frente a la adversidad.