CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Las ambiciones de México en materia de hidrógeno verde y el camino de América Latina hacia la descarbonización

Mientras el mundo avanza a paso firme hacia la descarbonización para 2050, México y otros países latinoamericanos están empezando a adoptar tecnologías de hidrógeno limpio. Con alianzas internacionales y un énfasis creciente en la energía verde, la región está preparada para la transformación.

América Latina se está convirtiendo en un actor importante en el impulso global hacia la descarbonización, con México a la vanguardia. En un reciente Foro de Hidrógeno Limpio celebrado en la Ciudad de México, instituciones financieras japonesas como el Banco Japonés para la Cooperación Internacional (JBIC) invitaron a México a adoptar tecnologías de hidrógeno para acelerar la transición energética del país. Yuki Nakano, representante principal del JBIC en México, expresó optimismo sobre el futuro de México bajo la presidencia electa Claudia Sheinbaum, quien asumirá el cargo en octubre de 2024. Se espera que su administración priorice la descarbonización como parte de la agenda energética de México para el plan de gobierno 2024-2030.

“Su administración busca acelerar la descarbonización y vemos potencial en trabajar juntos en proyectos que se alineen con esta visión”, dijo Nakano. Destacó que el JBIC ya tiene en marcha 45 proyectos en México, por un total de 1.359 millones de dólares en préstamos, muchos de los cuales están enfocados en iniciativas de energía sustentable como el hidrógeno verde.

El hidrógeno limpio, también conocido como hidrógeno verde, se produce utilizando fuentes de energía renovables, a diferencia de la producción tradicional de hidrógeno, que depende de combustibles fósiles. Como industria naciente en México, el hidrógeno limpio podría convertirse en un componente importante de la matriz energética futura del país. Sin embargo, enfrenta desafíos importantes en áreas como la regulación, la tecnología, la infraestructura y la necesidad de mano de obra calificada.

Retos y oportunidades en el desarrollo del hidrógeno limpio

A pesar del entusiasmo que rodea al potencial del hidrógeno limpio en México, los expertos de la industria se muestran cautelosos. Durante el foro, José Luis Sánchez, representante de la consultora ERM, enfatizó que el camino por delante no será fácil. “Como en cualquier industria emergente, existen barreras de entrada”, explicó Sánchez. “Todavía queda mucho por hacer para establecer un marco regulatorio, brindar incentivos a la inversión y avanzar en la tecnología para la producción, distribución y almacenamiento”.

Un problema urgente es la falta de una hoja de ruta clara para el desarrollo del hidrógeno en México y la región latinoamericana en general. Los gobiernos y las industrias deben colaborar para crear los marcos regulatorios necesarios que puedan impulsar las inversiones y facilitar el crecimiento del sector del hidrógeno. “La capacitación en nuevas tecnologías también será crucial”, agregó Sánchez, destacando la necesidad de trabajadores capacitados para administrar y operar la compleja infraestructura requerida para la producción y distribución de hidrógeno.

Si bien los desafíos son significativos, las recompensas potenciales son inmensas. La Asociación Mexicana del Hidrógeno (AMH2) estima que el sector del hidrógeno verde podría crear hasta tres millones de empleos solo en México. Se trata de una oportunidad crucial para un país donde la creación de empleo es una prioridad, especialmente en las industrias sostenibles. En su búsqueda de ampliar su capacidad de producción de hidrógeno, México podría convertirse en un actor importante en el mercado mundial del hidrógeno verde, posicionándose como un centro de tecnologías de energía limpia.

Un enfoque regional para la descarbonización

México no es el único país de América Latina que está considerando el hidrógeno verde como una solución para la descarbonización. En toda la región, varios países están explorando cómo este combustible limpio puede satisfacer sus necesidades energéticas y, al mismo tiempo, reducir las emisiones de carbono.

Chile ha sido un líder en este ámbito, con sus ambiciosos planes de convertirse en el principal productor mundial de hidrógeno verde para 2030. Con sus abundantes recursos de energía renovable, en particular la energía solar y eólica, Chile ha atraído importantes inversiones de empresas internacionales. El desierto de Atacama del país, uno de los lugares más soleados de la Tierra, es ideal para proyectos solares a gran escala que generen la energía necesaria para la producción de hidrógeno.

Uruguay también está explorando oportunidades de hidrógeno verde. El sólido sector de energía renovable del país, que ya genera más del 90% de su electricidad a partir de fuentes renovables, proporciona una base sólida para el desarrollo de la infraestructura de hidrógeno. El gobierno de Uruguay está trabajando con empresas privadas y organizaciones internacionales para construir una estrategia integral de hidrógeno, centrándose en el potencial de exportación.

Argentina también ha expresado su interés en desarrollar sus capacidades de hidrógeno verde, en particular en la región sur de la Patagonia, que cuenta con algunas de las condiciones eólicas más favorables del mundo. El gobierno argentino se está asociando con empresas energéticas globales para explorar proyectos de hidrógeno que podrían satisfacer las necesidades energéticas nacionales y posicionar al país como exportador de hidrógeno verde a los mercados internacionales.

Estos esfuerzos son parte de un movimiento más amplio en América Latina para dejar de lado los combustibles fósiles y avanzar hacia la energía renovable. Con los vastos recursos naturales de la región, América Latina tiene el potencial de convertirse en un líder mundial en la producción de hidrógeno verde, contribuyendo significativamente al objetivo mundial de descarbonización para 2050.

El movimiento global del hidrógeno verde

El impulso a favor del hidrógeno verde no se limita a América Latina. En todo el mundo, países y empresas están invirtiendo fuertemente en esta fuente de energía limpia para cumplir con los objetivos climáticos. Varias historias de éxito internacionales se presentaron como modelos para el futuro del hidrógeno en la región en el Foro del Hidrógeno Limpio en México.

Un ejemplo es el Proyecto de Hidrógeno Verde Yuri en Australia, respaldado por el conglomerado japonés Mitsui. El proyecto en Australia Occidental tiene como objetivo producir hidrógeno verde utilizando energía renovable de parques solares y eólicos. El hidrógeno se utilizará luego para diversas aplicaciones industriales, incluida la alimentación de operaciones mineras y la reducción de emisiones de carbono en industrias pesadas.

En los Estados Unidos, Mitsubishi Power es responsable de varios proyectos de hidrógeno verde, incluido el proyecto Advanced Clean Energy Storage en Utah, que se convertirá en una de las instalaciones de almacenamiento de hidrógeno más grandes del mundo. El proyecto utilizará el exceso de energía renovable para producir hidrógeno, que se puede almacenar y utilizar cuando la demanda de energía sea alta. Proyectos similares están en marcha en el Reino Unido y los Países Bajos, donde el hidrógeno es fundamental para la transición energética de Europa.

Estos proyectos internacionales demuestran la creciente importancia del hidrógeno verde en el panorama energético mundial. Mientras los países trabajan para reducir su huella de carbono, el hidrógeno ofrece una solución versátil y escalable para descarbonizar industrias que son difíciles de electrificar, como la manufactura pesada, el transporte y la aviación.

El camino de América Latina hacia un futuro verde

El desarrollo del hidrógeno verde en América Latina presenta desafíos y oportunidades. Por un lado, la región enfrenta obstáculos importantes en cuanto a marcos regulatorios, infraestructura e inversión. Por otro lado, los abundantes recursos de energía renovable de América Latina, en particular la energía solar y eólica, la convierten en un lugar ideal para la producción de hidrógeno a gran escala.

Para México, la reciente asociación con JBIC y el apoyo de la Asociación Mexicana del Hidrógeno son pasos prometedores hacia la construcción de una industria del hidrógeno sostenible. Sin embargo, el camino por delante requerirá una colaboración continua entre gobiernos, empresas privadas y socios internacionales. La transición al hidrógeno verde no ocurrirá de la noche a la mañana, pero con las políticas e inversiones adecuadas, América Latina podría convertirse en un líder mundial en esta industria emergente.

Países como Chile, Uruguay y Argentina ya están logrando avances significativos, lo que demuestra que la región tiene el potencial de liderar el camino en la producción de hidrógeno verde. A medida que estos proyectos avancen, ayudarán a reducir las emisiones de carbono, crear empleos e impulsar el crecimiento económico de manera sostenible.

En los próximos años, el éxito del hidrógeno verde en América Latina dependerá de la capacidad de la región para superar sus desafíos y aprovechar las oportunidades que presenta esta nueva frontera energética. En un momento en que la carrera mundial por la descarbonización se intensifica, América Latina está preparada para desempeñar un papel crucial en la transición del mundo hacia un futuro verde.

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A medida que se acelera el cambio global hacia el hidrógeno verde, América Latina tiene una oportunidad única de liderar esta revolución de la energía limpia. Desde México hasta Chile, los países están adoptando tecnologías de hidrógeno que podrían remodelar sus panoramas energéticos y contribuir a un futuro más sostenible para toda la región.

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