Bélgica va a aumentar la regulación de las apuestas deportivas. ¿Qué significa esto?

Recientemente desde la Pro League, máxima división del fútbol profesional de Bélgica, informaron que tienen como principal objetivo terminar con la publicidad de las casas de apuesta de forma progresiva. El plan tiene en mente que ya en el 2024 todas las marcas que sean relacionadas al mundo de la apuesta desaparezcan de todos los equipos del país.

Según la consultora Deloitte, el fútbol mueve una cantidad de dinero muy grande, unos 28.400 millones de euros según un estudio que realizaron en el 2020. Y precisamente gran parte de los ingresos provienen de la publicidad y de los patrocinios. Se detalla que, por ejemplo, en España, los derechos de emisión de los compromisos llega a un 52% y la publicidad aportar un 31% de los ingresos totales.

De acuerdo al medio digital  Business Insider, la publicidad genera año tras año más de 500 millones de euros en Reino Unido, convirtiéndose la industria del juego en el quinto patrocinador de la Premier League, solo por detrás de grandes empresas de servicios financieros, aerolíneas, fábricas de automóviles y marcas de ropa deportiva.

¿Qué busca esta medida?

Lo primero que hay que destacar es que esta medida va más allá del deporte y es una cuestión que involucra a gran parte de Bélgica. De hecho, el plan es tan ambicioso que desde el Gobierno quieren vetar cualquier publicidad que tenga relación con los juegos de azar. Esto quiere decir que las empresas o las plataformas de videojuegos no podrán patrocinarse en la televisión o en la radio, ni tampoco en las redes sociales o en carteles que suelen colocarse en la calle a modo de publicidad.

Por otra parte, y en el contexto de las competencias deportivas, según el Ministerio de Justicia hasta el 1 de enero del 2025 se seguirá permitiendo la publicidad televisiva, pero con un máximo de cinco segundos por anuncio, en un intervalo máximo de dos por hora y a lo menos quince minutos antes o después de la transmisión de los juegos. 

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Claramente, con esto buscan regular las apuestas deportivas y luchar contra las adicciones que aquello puede generar en la ciudadanía. Pero también puede ser un arma de doble filo, ya que muchas personas pueden considerar esta medida como algo restrictiva y que atenta contra las libertades de los belgas.

La adicción a las apuestas

Además del gran negocio que significan las apuestas para los grandes empresarios, estas pueden generar una adicción al juego o ludopatía, una enfermedad que según la Real Academia Española (Rae) es la "Adicción patológica a los juegos electrónicos o de azar". En esa línea, el Ministro de Justicia de Bélgica Vincent Van Quickenborne declaraba que el número de jugadores  de apuesta jóvenes se había incrementado durante la pandemia por el coronavirus en un 43%, y que investigaciones internacionales demostraban que el 40% de las ganancias que reciben las empresas provenían de las personas que son adictas a estos juegos.

Desde el 2013 que la Asociación Americana de Psiquiatría considera que el juego patológico es una "adicción psicológica o adicción sin sustancia". Y, de acuerdo con la Clínica Mayo de Estados Unidos, la ludopatía puede destruir vidas y las complicaciones que puede causar en la persona y en su entorno son variadas, como problemas en las relaciones interpersonales, problemas económicos, ya que se invierte mucho más dinero del que se tiene, complicaciones legales, un empeoramiento de la salud, entre otros.

Por lo que esta medida que Bélgica viene impulsando desde hacía un par de años y que el ministerio de Justicia ha reactivado a la espera del respaldo del legislativo podría ser el impacto definitivo para Europa y el mundo entero en relación a la importancia que puede tener el hacerse cargo, ocuparse  y regularizar las apuestas deportivas.