Brasil necesita a Neymar otra vez y el caos siempre ama un regreso
Con Brasil buscando la certeza de clasificar al Mundial 2026, el país revive su superstición favorita: la turbulencia antes del triunfo. Como informa The Athletic, Neymar regresa al Santos, cojeando, brillante, polarizante y aún atormentando los planes del entrenador Carlo Ancelotti para los próximos seis meses.
Cuando el desorden se siente como destino
A veces, un mal momento puede ser una buena señal. En Brasil, esa frase no es simpática; es protectora. Es lo que dicen los aficionados cuando la Selección se ve tambaleante y el mundo empieza a reírse. La creencia es simple y casi tierna: el equipo no necesita serenidad para ganar. A veces necesita problemas, de esos que obligan a reinventarse y revelan quién todavía tiene coraje.
El mito sobrevive porque la historia sigue alimentándolo. En 1970, el entrenador Joao Saldanha fue despedido poco antes del torneo, y el país se preocupaba por Tostao. En 1994, la clasificación se volvió un drama nocturno hasta que Brasil encontró dos goles tardíos contra Uruguay. El camino a 2002 fue peor: cuatro entrenadores, una eliminación en cuartos de final en la Copa América 1993 que se repite en 2024, y un cupo conseguido por los pelos. Luego llegó Romario: una campaña prolongada para que lo convocaran, incluso involucrando al presidente Fernando Henrique Cardoso. Cuando Luiz Felipe Scolari se resistió, una multitud enfurecida lo enfrentó en Río de Janeiro; Romario lloró en una conferencia de prensa. Dos meses después, Brasil venció a Alemania y levantó su quinto Mundial.
Neymar se convierte en el referéndum
Ahora esa sombra recae sobre Neymar. Como detalla The Athletic, dejó el Paris Saint-Germain para ir al Al Hilal en agosto de 2023, sufrió una grave lesión de rodilla dos meses después y nunca volvió a jugar para el club saudí. En enero, regresó a Brasil y firmó con el club de su infancia, el Santos. En la temporada brasileña 2025, jugó 29 partidos, marcó 11 goles y asistió en cuatro más, pero se perdió 17 encuentros por lesión. Cumple 34 años en febrero. El contraste es brutal: Romario tenía 36 y anotó 40 veces para el Vasco en 2001, después de 66 la temporada anterior. Incluso el registro de Neymar tiene un punto débil: seis de sus 15 participaciones en goles llegaron en partidos de grupo del campeonato estatal de Sao Paulo.
Aun así, Brasil no se mueve por hojas de cálculo. Hubo destellos: un penal ganado con una jugada hermosa ante Agua Santa en febrero, un gol olímpico poco después y una racha final en el Campeonato Brasileño donde arrastró al Santos fuera del descenso mientras lidiaba con un problema de menisco. Pero las caídas también son ruidosas. Provocó a los aficionados en una derrota 3-0 ante Mirassol y se mostró apático en una caída 3-2 frente a Flamengo en noviembre, luego pasó furioso junto al entrenador Juan Pablo Vojvoda tras ser sustituido. Citado por The Athletic, el exentrenador de Brasil Vanderlei Luxemburgo dijo: “Es un gran nombre, pero dar el ejemplo correcto es importante”, y agregó: “El fútbol es un juego colectivo. Los verdaderos líderes impulsan a sus equipos con la actitud adecuada.” En declaraciones citadas por The Athletic, Emerson Leao dijo a CNN Brasil: “No es ejemplo para nadie.” Y añadió: “No veo a Neymar resolviendo nuestros problemas. Ya lo superamos.”
Ancelotti sostiene el umbral
Si la era post-Neymar estuviera resuelta, el debate sería más silencioso. Su última aparición con Brasil fue en octubre de 2023, y desde entonces han debutado 28 jugadores. Sin embargo, investigaciones en la International Review for the Sociology of Sport y la Journal of Sport & Social Issues recuerdan cómo las estrellas se convierten en símbolos nacionales, imposibles de reemplazar por un comité. Esta semana, The Athletic señaló que Neymar se someterá a una cirugía de menisco, reiniciando la cuenta regresiva. Citado por The Athletic desde SporTV en septiembre, Romario argumentó que Brasil “sólo tiene posibilidades de ganar el Mundial si él está.” Ronaldo dijo: “Es un jugador decisivo para la selección. No tenemos otro como él.” Pero Carlo Ancelotti puede nombrar alternativas, incluyendo a Vinicius Junior, Raphinha, Rodrygo, Estevao, Matheus Cunha, Joao Pedro, Luiz Henrique, Richarlison y Gabriel Martinelli, y ha marcado su límite. Citado por The Athletic, Ancelotti dijo: “Si Neymar merece estar, si está en forma y rinde mejor que los demás, jugará el Mundial. No le debo nada a nadie.” En Brasil, la apuesta nunca es solo deportiva; es una apuesta a que el caos puede dar lugar a la gracia.
Lea También: Argentina enfrenta el sorteo del Mundial 2026 con la última incógnita de Messi
