Giro de Italia: 5 accidentes que impactaron el mundo del ciclismo

Cada vez que comienza el mes de mayo, Italia se paraliza. El motivo no tiene que ver con la recta final de su torneo de fútbol, sino más precisamente porque se disputa el Giro de Italia, una de las competiciones más importantes en el mundo del ciclismo. Desde su creación en 1909, las tres semanas de duración captan la atención de todo el país y más allá de sus fronteras, ya que este deporte también tiene un alto porcentaje de audiencia en Latinoamérica, región que tiene dos países campeones.

Sin embargo, y como en toda disciplina deportiva, no todo son alegrías y celebraciones. Al tratarse de una competencia de alto rendimiento, los peligros y percances están a la orden del día. Aunque con el pasar de los años se han mejorado los protocolos de seguridad, es muy difícil predecir en qué momento ocurrirá algún percance. De hecho, la actual edición 2022 del Giro de Italia ya ha dejado varios sustos, pero en esta ocasión nos enfocaremos en 5 accidentes que impactaron al mundo y marcaron la historia de este certamen del ciclismo mundial.

Una curva mortal

Era apenas la primera etapa del Giro de Italia de 1976 cuando el luto cubrió por completo la competición. La carrera se realizaba en Acireale, Sicilia, y tuvo como protagonistas a cuatro ciclistas españoles, quienes trataban de recortar distancia del pelotón principal tras solucionar un inconveniente con un neumático. Allí, Juan Manuel Santisteban, líder del equipo KAS, perdió el control de su bicicleta mientras se encontraba en bajada por una curva, trayendo como consecuencia el haber salido despedido de la carretera.

El español rodó violentamente por la tierra y terminó estrellándose contra un protector metálico, lo cual le causó una rotura en la base del cráneo. Pero si bien la asistencia médica fue inmediata, Santisteban falleció al instante producto de un derrame cerebral, según informaron portavoces oficiales. A pesar del trágico accidente, el equipo optó por no retirarse del torneo y continuaron en forma de homenaje.

De la fiesta en las calles a la tragedia

La 17.ª etapa del Giro de Italia de 1986 es tristemente recordada por la que se convirtió en la última carrera de Emilio Ravasio. Todo avanzaba sin novedades en la ruta que abarcaba las ciudades de Palermo y Sciacca Terme, pero a escasos 10 metros de la meta ocurrió un accidente que no pasó a mayores en ese momento. Varios ciclistas chocan entre sí y entre esos está Ravasio, quien se golpea la cabeza contra la acera aunque eso no lo detuvo de levantarse y continuar con el recorrido.

Exactamente siete minutos después de que llegara el pelotón grande, el ciclista italiano alcanzó la meta, por lo que se dirigió hasta su caravana para refrescarse y prepararse para ir al hotel. Una vez allí, Ravasio comenzó a sentirse mal y tras desmayarse fue llevado al hospital, donde tuvo que ser operado del cráneo. Su estado fue empeorando y 15 después de la caída perdió la vida.

Lee también: Giro de Italia Femenino: Estas son las carreras más importantes para las ciclistas mujeres

El «inofensivo» Passo di Bocco

Los pronósticos indicaban que la ruta de 173 km entre la ciudad de Reggio Emilia y la comuna de Rapallo iba a ser tranquila. Esta era la tercera etapa del Giro de Italia del 2011 y en ella solo había un lugar en específico que debía transitarse con cautela: el Passo di Bocco. Se trata de un descenso situado a 25 km de la meta final y que muchos ciclistas consideran como un paso inofensivo. No obstante, para Wouter Weylandt no fue así.

Mientras el ciclista belga descendía por el lugar, tuvo un inconveniente con uno de sus pedales que lo llevaron a perder el control de su bicicleta, lo que hizo que chocara posteriormente contra un muro de piedras y golpeándose el cráneo contra el pavimento. El impacto fue tan violento que lo dejó inconsciente sobre la carretera, y a pesar de recibir atención médica y tratar de ser reanimado por más de 40 minutos, Weylandt llegó sin signos vitales al hospital de Génova.

Otra tercera etapa para el olvido

Solo habían transcurrido cuatro años del fallecimiento de Wouter Weylandt cuando un nuevo accidente dejó momentos de angustia en los espectadores. Justamente se trataba de la tercera etapa del Giro de Italia, esta vez del 2015, y lo que parecía una jornada perfecta para montar bicicleta se convirtió en un día gris. A falta de 28 km para llegar a la meta, el descenso del puerto de la Barbagelata fue el escenario de un choque que, afortunadamente, no pasó a mayores.

Domenico Pozzovivo pasaba por la ruta cuando la rueda delantera de su bicicleta patinó en la curva, lo que hizo que cayera de manera estrepitosa y golpeara su cara contra el suelo. El ciclista italiano quedó inmóvil a la par de que otros corredores, motos y autos le pasaban a escasos centímetros. Tras ser llevado al hospital de Génova, las pruebas indicaron que no había sufrido ninguna lesión intracraneal. En una entrevista días después, Pozzovivo dijo que quizás su accidente había sido producto de alguna «piedra» en la vía.

El casco que salvó su vida

Quienes siguen al detalle el Giro de Italia deben recordar con claridad el accidente que protagonizó Matej Mohoric en 2021. Aquel día se corría la novena etapa, la cual terminó ganando el colombiano Egan Bernal, pero que se vio opacada por el grave incidente que vivió el ciclista esloveno durante una bajada en el Sterrato de Campo Felice. Y es que la caída fue tan escalofriante que dejó perplejos a corredores y aficionados.

El descenso no suponía peligro alguno, pero en lugares así es donde más atención hay que poner en la ruta. En cuestión de segundos, Mohoric se fue de cabeza contra el suelo antes de chocar contra una barrera de metal y destrozar su bicicleta en dos partes. Tiempo después de ser atendido por los médicos, su equipo informó que había sufrido una conmoción y varios traumatismos. Además, el propio ciclista confesó que tanto su bici como su casco le salvaron la vida.