Liga de Naciones: ¿el fútbol europeo sobre el latinoamericano?
La creación de este nuevo torneo europeo de selecciones cambia el fútbol del viejo continente, ¿y aísla a Latinoamérica?
La UEFA, máximo ente futbolístico de Europa, creó una liga continental a nivel selecciones que se venía concibiendo desde 2013, cuando su presidente era el mítico exjugador francés Michel Platini. El proyecto fue aprobado en 2014, pero no fue sino hasta el pasado 24 de enero de 2018 que se hizo el sorteo de la liga que iniciará en septiembre próximo. El Torneo incluye a las 55 selecciones europeas afiliadas a la UEFA, y la fase de grupos se disputará en las fechas FIFA de septiembre y noviembre de 2018 y la fase de play-off se jugará en la fecha FIFA de junio de 2019. Esto garantiza un fogueo para todas las selecciones europeas, ¿pero las selecciones latinoamericanas acostumbradas a medirse contra europeos qué harán?
Selecciones latinoamericanas como Brasil, Argentina, México, Chile, Colombia, Uruguay, Ecuador y muchas otras, están acostumbradas a medirse a equipos europeos de gran nivel en las fechas FIFA anteriormente mencionadas. Estas fechas, en el caso de los latinoamericanos, sirven como preparación para la Copa América y dejan una ganancia monetaria altísima, pero ahora, con la implementación de la Liga de Naciones de Europa, todo cambia. Europa se recogerá y aprovechará esa congregación para aumentar la calidad de sus potencias futbolísticas, para nivelar a las selecciones menos experimentadas y para prepararlas a todas para la Eurocopa 2020 y el Mundial de 2022. Latinoamérica, ajena a esta competición y asilada con su implementación, ¿qué hará con sus selecciones?
¿Liga de Naciones de Latinoamérica?
Con este cambio en el fútbol europeo que afecta indirectamente al fútbol mundial, las selecciones latinas tienen dos opciones: inventar un torneo similar a la Liga de Naciones de Europa, con formato agradable, llamativo y competitivo, o conformarse con disputar amistosos contra selecciones como la de Indonesia, China, Malí, Gabón o Yemen, por nombrar algunas. Lo más apropiado para las selecciones latinoamericanas sería decantarse por la opción de crear un torneo propio que garantice un buen espectáculo, unos buenos partidos de preparación, buenos premios y una buena ganancia económica, porque si la opción de medirse con selecciones medianamente competitivas de otros continentes es escogida, la preparación no va a ser la misma y los recaudos económicos tampoco van a ser grandes.
Entes rectores del fútbol latinoamericano, más precisamente la Conmebol y la Concacaf, deberán tomar medidas radicales e inmediatas porque varias de sus más competitivas selecciones afrontarán un periodo de sequía futbolística después del mundial. Más allá de eso, las ganancias económicas que algunas potencias futbolísticas latinoamericanas estaban acostumbradas a ganar con partidos llamativos en contra de europeos desaparecerán. Latinoamérica no tiene un plan de contingencia para afrontar este abandono de los europeos, a pesar de que este escenario estaba confirmado desde el 2014. Por ahora las selecciones latinoamericanas irán a Rusia en búsqueda de la gloria mundial, pero cuando esta aventura termine deberán encontrar la forma de no sucumbir aislados.
Latin American Post | Javier Aldana
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