México y Estados Unidos posponen candidatura al Mundial de Fútbol Femenino hasta 2031
En una medida estratégica, las federaciones de fútbol de México y Estados Unidos han retirado su candidatura para albergar la Copa Mundial Femenina de 2027, optando por apuntar al torneo de 2031, aprovechando oportunidades y mejoras futuras.
Este lunes marcó un cambio significativo en el panorama del fútbol femenino internacional cuando las federaciones de fútbol de México y Estados Unidos anunciaron el retiro de su candidatura conjunta para albergar la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2027. En cambio, pondrán la mira en el torneo de 2031, una decisión que refleja una estrategia más amplia para maximizar el éxito y el impacto del evento.
Aplazamiento estratégico para una mejor preparación
La declaración conjunta de las federaciones enfatizó que el aplazamiento les permitiría capitalizar las lecciones y los éxitos anticipados de la Copa Mundial Masculina de la FIFA 2026, que será organizada por Estados Unidos, Canadá y México. Este enfoque tiene como objetivo mejorar el apoyo a las ciudades anfitrionas, ampliar las asociaciones con los medios e involucrarse más profundamente con los fanáticos, con el objetivo de ofrecer un torneo sin precedentes.
La decisión llega cuando la escala de inversión en el deporte femenino es cada vez más significativa. Las federaciones destacaron un compromiso sin precedentes para igualar los niveles de inversión de los torneos masculinos, abordando disparidades de larga data y apuntando a desbloquear todo el potencial comercial de la competencia femenina.
Con la retirada de México y Estados Unidos de la carrera de 2027, la FIFA ahora elegirá entre las candidaturas restantes de Brasil y una candidatura conjunta de Bélgica, Alemania y Holanda en su congreso programado para el 17 de mayo en Bangkok, Tailandia.
El torneo de 2027 marcará la décima edición de la Copa Mundial Femenina, una competición anteriormente organizada por países como China, Suecia, Estados Unidos, Alemania, Canadá, Francia y, más recientemente, Australia y Nueva Zelanda en 2023.
Visión estratégica para el éxito
Ivar Sisniega, presidente de la Federación Mexicana de Futbol, afirmó en el comunicado de prensa: “Después de un cuidadoso análisis, creemos que retrasar nuestra candidatura al 2031 nos permitirá impulsar y prepararnos para la Copa Mundial Femenina más exitosa de la historia. Estamos comprometidos a “Organizar un evento memorable e histórico en beneficio de jugadores y fanáticos”.
Este retraso estratégico refleja una tendencia creciente en América Latina y más allá, donde las naciones reconocen cada vez más la importancia de una preparación minuciosa y una inversión sustancial para albergar grandes eventos deportivos. El enfoque de México y Estados Unidos subraya un cambio hacia una mayor equidad en los deportes, reconociendo la importancia de una inversión igualitaria en las competiciones masculinas y femeninas como medio para promover el deporte y mejorar su viabilidad comercial.
La decisión también habla de un compromiso más amplio con el fútbol femenino, que ha experimentado un crecimiento exponencial en popularidad y oportunidades profesionales durante la última década. Al aspirar a la Copa del Mundo de 2031, las federaciones se esfuerzan por albergar un torneo y fomentar el desarrollo del deporte, garantizando que la infraestructura, las oportunidades comerciales y la participación de los aficionados estén a la par con los torneos masculinos.
El impacto más amplio de tal decisión se extiende más allá de las consideraciones logísticas y financieras inmediatas. Representa un cambio cultural hacia la valoración de los deportes femeninos como merecedores de atención e inversión por igual que sus homólogos masculinos. Esto es particularmente significativo en regiones como América Latina, donde el fútbol es una parte importante del tejido cultural, y tales movimientos podrían influir significativamente en las percepciones y el apoyo a los deportes femeninos en todo el continente.
Además, esta decisión se alinea con las tendencias globales en las que más países aprovechan eventos deportivos importantes para obtener beneficios económicos y sociales a largo plazo. Al albergar un evento global tan prestigioso, México y Estados Unidos pretenden mostrar sus países e impulsar beneficios socioeconómicos sustanciales, incluido el turismo, la exposición internacional y la estimulación económica local.
Construyendo un legado duradero
A medida que comiencen los preparativos para la candidatura de 2031, la atención se centrará en crear un legado más allá del torneo en sí. Esto incluye construir infraestructura deportiva sostenible, mejorar los programas de participación de los jóvenes y la comunidad y garantizar que el evento catalice beneficios sociales más amplios, particularmente en la promoción de la igualdad de género en los deportes.
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La decisión estratégica de México y Estados Unidos de apuntar a la Copa Mundial Femenina de 2031 representa un enfoque reflexivo y ambicioso para la organización deportiva. Subraya un compromiso con la igualdad, la preparación y la planificación a largo plazo que promete un torneo exitoso y un impacto transformador en el fútbol femenino a nivel mundial.