Sergio Pérez: los claroscuros de esta temporada
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El corredor de Fórmula 1 mexicano no ha alcanzado su máximo potencial
La competencia dentro del equipo de fórmula 1 Sahara Force India es intensa: en el Gran Premio de Canadá celebrado en junio de este año, Esteban Ocon pidió al equipo que Sergio Pérez se dejara adelantar para poder atacar a Daniel Ricciardo, pero esto no ocurrió. Los hombres del SFI terminaron en 5º y 6º lugar. Azerbaiyán alimentó la rivalidad cuando, en palabras de Pérez “Ocon terminó con la carrera de los dos”, al obligar al mexicano a chocar contra un muro durante un rebase, lo que ocasionó que no lograra acabara la carrera, el primer abandono para Checo desde Hungría en 2015. En Silverstone, Ocon terminó delante de Pérez por primera vez.
En años recientes, ha quedado demostrado que los autos y las escuderías pueden hacer campeones del mundo, o bien, hundirlos. Exigirle a Sergio Pérez un título de Fórmula 1 con los autos que ha tenido es algo que está fuera de su alcance. Los podios alcanzados con Sauber en 2011 y 2012 son los mejores resultados que la escudería le ha permitido, que hasta hace unas semanas dudaba de su continuidad en el máximo circuito. Sin embargo, sobre Sergio Pérez hay que destacar otros aspectos: las manos de cristal con las que se desenvuelve sobre la pista quizá son su mejor condición: este cuidado de los neumáticos le ha permitido acceder a podios a lo largo de su carrera, tal como demostró con Sauber y también lo ha hecho con Force India. Bajo la lluvia, Pérez es un gran competidor. Así lo demuestran el segundo lugar en Malasia, en 2012, y el tercer puesto obtenido el año anterior en Mónaco.
Esta temporada, las largadas de Checo han sido de claroscuros: en el Gran Premio de Austria, tuvo una mal inicio que le hizo perder dos posiciones, una con su coequipero, las cuales logró recuperar de manera casi inmediata. En el GP de Gran Bretaña, este desliz le costó dos lugares que no pudo remontar: fue durante este inicio cuando Esteban Ocon lo adelantó y así terminó la carrera un puesto delante de Pérez. Señalar a Checo como el único piloto que larga mal sería injusto: el mismo Sebastián Vettel, tetracampeón del mundo, también ha perdido posiciones durante las largadas de este año. En Hungría, última carrera antes de la pausa de verano, Pérez logró una gran largada, pues salió en el lugar 13 pero terminó la carrera en octavo.
Los números señalan que esta puede ser la mejor temporada del tapatío: a estas alturas del año anterior, y a pesar de los podios en Mónaco y Bakú, Checo sumaba 47 puntos, mientras que ahora tiene 56. Este año puede ser la reafirmación de las palabras de don Antonio Pérez, quien dice que su hijo solo necesita el coche adecuado para ser campeón de F1. No es que el VJM10 no sea competitivo, o que Sergio no tenga la madera necesaria: hay que recordar que delante de él se encuentran escuderías como Ferrari o Mercedes, y pilotos como el ya mencionado Vettel o Lewis Hamilton, multicampeones de la categoría. A partir de ese séptimo podio obtenido en Mónaco el año anterior, Sergio Pérez debe entender que se encuentra en territorios completamente desconocidos para un piloto mexicano de Fórmula 1, pero también que puede ser el primero en darle a México un título mundial de la categoría.
Latin American Post | Jesús M. Koyoc Kú
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