¿Cómo afectará la mayor impresión de dólares a América Latina?
La economía estadounidense siempre tiene efectos sobre América Latina.
Cualquier problema que tenga Estados Unidos repercutiría inmediatamente en la economía latinoamericana. / Foto: Pexels
LatinAmerican Post | Ariel Cipolla
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Estados Unidos, en materia económica, tiene una relativa estabilidad. Esto lleva a que algunos ciudadanos de países con problemas en su moneda local intenten ahorrar en esa divisa. Por ejemplo, los argentinos están acostumbrados a ahorrar en dólares por una devaluación de peso, pero lo cierto es que también el dólar es una especie de moneda universal.
A pesar de que estamos acostumbrados a asociar al dólar con un “seguro” inflacionario, lo cierto es que cualquier problema que tenga Estados Unidos repercutiría inmediatamente en la economía latinoamericana. Justamente, los datos del Sistema de la Reserva Federal de los Estados Unidos indicaron que el volumen de dólares pasó de 15,33 billones a fines de 2019 a 19,1 billones a finales de noviembre.
La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) aumentó la cantidad de dólares en circulación a US$19,1 billones entre enero y noviembre de 2020, desde los US$15,33 billones registrados en el 2019. Un nuevo récord mundial. https://t.co/TDnO6hYp6C
— Revista Dinero (@RevistaDinero) December 22, 2020
Como consecuencia de la pandemia, podría decirse que la oferta monetaria del dólar estadounidense creció en un 24% de enero a noviembre de este año, lo cual implicaría que atraviese una fase cíclica de debilidad. Es decir, en Estados Unidos se crearon más dólares que nunca, motivo por el cual esto implicaría algunos problemas para este país, pero posiblemente también para América Latina. Veamos la situación.
La mayor emisión monetaria en Estados Unidos
Lo primero que hay que destacar es que una mayor impresión de billetes conduciría, casi inevitablemente, a una mayor inflación. De forma reciente, la economía del país que dirigirá Joe Biden sufrió una subida del 0,2% del índice de precios de promedio durante los últimos meses, lo cual representa poco, pero podría desembocar en problemas en el futuro.
Los datos directores de la Reserva Federal también indican que el suministro de dólares dado por el M1, que implica todo el dinero que circula para gastarse, aumentó en un 57,9% solamente en el 2020. Básicamente, esto muestra que se agregó más de la mitad de todos los dólares circulando para su fácil acceso en menos de un año, siendo el mayor aumento de la historia.
Lo cierto es que esta posible fragilidad del dólar estadounidense tendría influencia directa sobre la economía latinoamericana. Siguiendo con el ejemplo de Argentina, el hecho de que el dólar caiga afectaría a la deuda. La reestructuración de la deuda con el FMI podría implicar ciertos beneficios a la hora de saldarla, aunque la situación seguiría siendo delicada, ya que el gobierno de Alberto Fernández tiene poco margen de maniobra con respecto a sus finanzas.
Un claro beneficiario de esta situación podría ser Chile. Se trata del primer productor de cobre del mundo, que podría ver con buenos ojos una depreciación del dólar. Este metal tiene su valor más alto en dos años y medio, ya que cuesta unos 3,22 dólares la libra. Osea, un dólar más barato afecta directamente a los precios de las materias primas, que se encuentran en alza.
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Si tenemos en cuenta que, para el gobierno chileno, la minería les aportará a las arcas públicas unos 2.873 millones de dólares, no sería un problema para su economía, sino más bien un beneficio. Sin embargo, hay otros dos casos que son mucho más marcados y que podrían significar beneficios aún más grandes dentro de los negocios nacionales: México y Venezuela.
México aparece como uno de los principales socios comerciales históricos de los Estados Unidos. El 70% de sus exportaciones manufactureras se dirigen hacia allí, por lo que sería extremadamente positivo para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, el claro ganador sería, inesperadamente, Venezuela.
Cuando hablamos de Venezuela, automáticamente un material se nos viene a la mente: el petróleo. Cuando existe un dólar débil, el precio de las comodidades beneficia a este país. Por eso, se dará un precio del petróleo más alto, que haría ingresar dinero a las arcas venezolanas. No obstante, si tenemos en cuenta los indicadores de la Asamblea Nacional de este país, la inflación de este país no podría enderezarse únicamente con una depreciación del dólar.
El resto de los países de la región, incluso con economías dolarizadas, no se vería afectado de una forma importante. Si tenemos en cuenta que, para el FMI el 62% de todo el dinero en circulación en el mundo está denominado en dólares, una depreciación podría generar un cambio hacia otra divisa. Incluso, hacia los activos digitales. Sin embargo, resta por ver cómo continúan los acontecimientos.