ECONOMÍA

El nuevo pacto entre Estados Unidos y México es una alianza tecnológica estratégica contra China

Estados Unidos y México forjan una asociación en la cadena de valor de los semiconductores, contrarrestando el auge tecnológico de China y reforzando la soberanía tecnológica de América del Norte, lo que marca un cambio significativo en la dinámica tecnológica global.

El Departamento de Estado de Estados Unidos dio a conocer recientemente una asociación con México para explorar oportunidades en la cadena de valor de los semiconductores. Esta medida, parte de la estrategia más amplia de la Administración Biden, busca fortalecer la posición de Estados Unidos en un sector considerado crítico para mantener la supremacía tecnológica global, particularmente frente a la creciente influencia de China.

La asociación se alinea con el Fondo Internacional de Innovación y Seguridad Tecnológica (ITSI), establecido por la ley de 2022, para impulsar la inversión y el desarrollo en la tecnología de semiconductores estratégicamente vital. La fase inicial de esta colaboración evaluará el marco regulatorio y las necesidades del ecosistema, la fuerza laboral y la infraestructura de México, sentando las bases para una estrategia integrada de semiconductores en América del Norte.

Estados Unidos trabajará estrechamente con la Secretaría de Economía, los gobiernos estatales, las instituciones académicas y los centros de investigación de México. Esta evaluación colaborativa tiene como objetivo sentar las bases para futuras iniciativas de crecimiento, aprovechando el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC) y el Diálogo Económico de Alto Nivel entre México y Washington. Se espera que estas iniciativas mejoren las cadenas de suministro de América del Norte, que son cruciales para la transformación digital y las demandas de fabricación en sectores críticos como el automotriz y el de equipos médicos.

Inversiones estratégicas: reforzar las cadenas de suministro

El fondo ITSI asigna 500 millones de dólares durante cinco años para que el Departamento de Estado promueva colaboraciones internacionales con socios comerciales, asegurando el suministro de materias primas y tecnología en los sectores de semiconductores y telecomunicaciones. Este año, México superó a China como la principal fuente de importaciones estadounidenses, un cambio influenciado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China y las mayores tensiones en el sector tecnológico, incluidas las prohibiciones de tecnología avanzada de empresas chinas como Huawei y vehículos eléctricos.

Esta asociación entre Estados Unidos y México refleja una tendencia más amplia en América Latina, donde los países son cada vez más vistos como actores fundamentales en los ámbitos tecnológico y manufacturero global. La alianza de semiconductores es una medida bilateral y parte de una estrategia geopolítica más amplia para diversificar y asegurar las cadenas de suministro lejos del dominio de China.

Con sus crecientes industrias tecnológicas y ubicaciones geográficas estratégicas, los países latinoamericanos se están convirtiendo en nodos cruciales en la cadena global de suministro de tecnología. Países como Brasil y Argentina también están mejorando sus sectores tecnológicos, centrándose en el desarrollo de software, la biotecnología y las tecnologías de energía renovable. Estos avances resaltan el potencial de la región para contribuir significativamente al panorama tecnológico global.

La asociación entre Estados Unidos y México podría servir como modelo para acuerdos similares en América Latina, fomentando el crecimiento tecnológico regional y la integración en cadenas de valor globales. Esta estrategia se alinea con el objetivo de Estados Unidos de fortalecer los vínculos con los países latinoamericanos, promoviendo el desarrollo económico y la innovación tecnológica para contrarrestar la influencia de China.

En el contexto de la rivalidad tecnológica entre Estados Unidos y China, el papel de América Latina es cada vez más significativo. El continente ofrece una fuente alternativa para la fabricación de tecnología y materias primas, que son cruciales para la producción de semiconductores. Por ejemplo, países como Chile, con sus vastas reservas de litio, son fundamentales para las industrias de baterías y electrónica, sectores que dependen en gran medida de los semiconductores.

Remodelar el panorama tecnológico: un momento crucial

Por lo tanto, la asociación entre Estados Unidos y México en materia de semiconductores es más que un acuerdo bilateral; es un movimiento estratégico en el tablero de ajedrez tecnológico global, que posiciona a América Latina como un actor vital en la remodelación de las cadenas de suministro tecnológico del mundo. Esta alianza tiene como objetivo mejorar las capacidades tecnológicas de América del Norte e integrar a los países latinoamericanos en una infraestructura tecnológica global más sólida y diversificada.

Se espera que esta asociación estratégica cree empleos, estimule el crecimiento económico y fomente la innovación en México y potencialmente en toda América Latina, mostrando la creciente importancia de la región en el sector tecnológico global. Subraya la necesidad de alianzas estratégicas en el panorama geopolítico actual, donde la tecnología y la innovación están a la vanguardia de las consideraciones económicas y de seguridad.

El crecimiento del sector de semiconductores en América Latina, catalizado por el acuerdo entre Estados Unidos y México, podría inspirar iniciativas regionales similares, conduciendo a un hemisferio más interconectado y tecnológicamente avanzado. Este es un momento crucial para América Latina, ya que se posiciona como un actor crítico en el ámbito tecnológico global, remodelando su trayectoria económica y estratégica.

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La asociación de semiconductores entre Estados Unidos y México es un avance fundamental en las relaciones tecnológicas globales, que señala un cambio hacia una mayor colaboración entre América del Norte y América Latina frente al ascenso tecnológico de China. Subraya la importancia estratégica de América Latina en el panorama tecnológico global, presagiando una nueva era de diplomacia impulsada por la tecnología y desarrollo económico en la región.

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