ECONOMÍA

Mulino enfrenta desafíos económicos y migratorios en Panamá

José Raúl Mulino, un político proempresarial, asume la presidencia de Panamá con promesas de reactivar la economía y abordar la migración irregular a través de la selva del Darién, un punto de cruce crítico para cientos de personas que se dirigen diariamente a América del Norte.

José Raúl Mulino, conocido por su postura proempresarial, ha sido investido como nuevo presidente de Panamá. A sus 65 años, Mulino ganó las elecciones presidenciales del 5 de mayo, consiguiendo el 34,23% de los votos. Su administración comienza con desafíos importantes, entre ellos reactivar la economía y abordar la actual crisis migratoria a través de la selva del Darién.

La ceremonia de inauguración en la Ciudad de Panamá contó con destacados invitados como el Rey Felipe VI de España y los presidentes de Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Honduras y el Primer Ministro de Belice. También asistieron representantes de alto nivel de Estados Unidos y China. Este evento marca un momento crucial para Panamá mientras navega por dificultades económicas y problemas migratorios.

El camino de Mulino hacia la presidencia estuvo marcado por complicaciones. Su candidatura fue confirmada por la Corte Suprema tras la inhabilitación del expresidente Ricardo Martinelli por una condena por corrupción. Inicialmente compañero de fórmula de Martinelli, Mulino ahora asume el cargo sin vicepresidente. Su toma de posesión en el Centro de Convenciones Atlapa significa su ascenso como octavo presidente del Panamá democrático, régimen posmilitar.

La banda presidencial que recibió Mulino fue confeccionada por el sastre colombiano Luis Sebastián Delgado, el mismo diseñador de la banda de la expresidenta Mireya Moscoso. A pesar del lema de su campaña “más chen chen (dinero)”, Mulino ha reconocido abiertamente la falta de fondos, alineándose con las advertencias de larga data de los analistas sobre la situación financiera de Panamá.

Desafíos y estrategias económicas

Reavivar la economía de Panamá es la principal prioridad de Mulino. La economía dolarizada, muy dependiente del sector de servicios, ha enfrentado graves perturbaciones. La crisis del agua que afecta al Canal de Panamá, que obligó a restringir el tránsito de barcos, y el cierre de la mina Cobre Panamá han impactado significativamente el PIB nacional. El cierre de la mina, que involucra a la empresa canadiense First Quantum Minerals, representó casi el 5% del PIB de Panamá.

Además, la mala gestión de los fondos públicos por parte de la administración saliente bajo la apariencia de gastos relacionados con la pandemia ha exacerbado la tensión económica. La deuda nacional de Panamá se ha disparado de 31.000 millones de dólares a más de 50.000 millones de dólares en sólo cinco años. A pesar de un crecimiento del PIB del 7,3% en 2023, las proyecciones para este año oscilan entre el 2,5% y el 3,5%, y JP Morgan revisó su pronóstico al alza al 3,5% debido a la mejora en las cifras de tránsito por el canal tras las recientes lluvias.

Abordar la crisis migratoria

Un tema crítico para la administración de Mulino es el manejo de la migración irregular a través de la selva del Darién. Más de 520.000 personas atravesaron esta peligrosa ruta en 2023, y más de 195.000 la han cruzado en lo que va de año. Mulino propone una repatriación masiva de estos migrantes, buscando apoyo financiero de Estados Unidos para financiar esta iniciativa.

Sin embargo, muchos se muestran escépticos sobre la viabilidad de este plan. El Tapón del Darién, una peligrosa extensión de selva tropical entre Colombia y Panamá, se ha convertido en un paso vital para los migrantes que se dirigen a América del Norte. Los desafíos logísticos y humanitarios que supone gestionar una afluencia tan grande de migrantes son importantes y requieren esfuerzos internacionales coordinados y recursos sustanciales.

La estrategia de Mulino implica fortalecer la seguridad fronteriza y mejorar la cooperación con los países vecinos. Al colaborar con Colombia y Estados Unidos, Panamá pretende desarrollar un enfoque integral para gestionar los flujos migratorios, proteger a las poblaciones vulnerables y defender los derechos humanos. Esta estrategia multifacética resalta la complejidad del problema migratorio y la necesidad de soluciones colaborativas.

Navegando la turbulencia política

Mulino enfrenta un parlamento fragmentado y el escepticismo público sobre su asociación con Martinelli, quien, a pesar de su popularidad, representa corrupción y tráfico de influencias. Los carteles de campaña en los que aparecen tanto Mulino como Martinelli han aumentado la preocupación del público. Mulino ha tratado de distanciarse de Martinelli, declarando: “Yo no comprometo a Ricardo Martinelli; yo soy el presidente”.

Para abordar estas preocupaciones, Mulino se ha comprometido con todas las facciones parlamentarias, incluida la coalición independiente Vamos, para generar consenso para sus políticas. El éxito de su administración depende de su capacidad para implementar reformas efectivas y navegar en el panorama político. Es probable que las propuestas políticas clave, como aumentar la edad de jubilación e introducir nuevos impuestos, enfrenten resistencia social.

Los esfuerzos de Mulino por colaborar con varios grupos políticos demuestran su compromiso con el diálogo y la cooperación. Estas interacciones tienen como objetivo fomentar el apoyo a las políticas de su administración y garantizar la implementación efectiva de las reformas necesarias. A pesar de estos esfuerzos, Mulino debe trabajar para generar confianza y demostrar su independencia de las prácticas corruptas de administraciones pasadas.

Una nueva era para Panamá

La presidencia de José Raúl Mulino marca un momento crítico para Panamá. Su administración enfrenta la difícil tarea de reactivar la economía y gestionar la crisis migratoria. Los pasos iniciales de Mulino, incluida la colaboración con diversos grupos parlamentarios y la propuesta de soluciones integrales a cuestiones apremiantes, reflejan su enfoque estratégico de la gobernanza.

Los próximos meses serán cruciales para determinar la efectividad de las políticas de Mulino y su capacidad para llevar a Panamá hacia la estabilidad y el crecimiento. Al abordar las causas fundamentales de la inestabilidad económica y gestionar la crisis migratoria con un enfoque humano y equilibrado, Mulino puede encaminar a Panamá hacia la recuperación. Los ojos tanto de la nación como de la comunidad internacional seguirán de cerca el progreso de su administración.

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Con el apoyo de socios regionales e internacionales y a través de una gobernanza transparente e inclusiva, Panamá tiene el potencial de superar sus desafíos actuales y lograr un desarrollo sostenible. La resiliencia y determinación del pueblo panameño, junto con un liderazgo efectivo, serán vitales para navegar este período crucial y construir un futuro próspero para la nación.

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