¿Qué están haciendo los Gobiernos de Latinoamérica para contrarrestar la inflación?
La inflación en la carestía de los productos es un fenómeno mundial. Sin embargo, las medidas que se toman para contrarrestar varían. Estas son las políticas que han tomado los gobiernos de Latinoamérica.
Foto: Freepik
LatinAmerican Post | Santiago Gómez Hernández
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El aumento de los precios de los productos es un fenómeno mundial, diversos países de diferentes continentes y de diferentes contextos económicos padecen de las consecuencias de los altos costos. Escasez de medicinas, imposibilidad de acceso a dólares y alto precio de gasolina parecen ser problemas repetitivos a lo largo y ancho del planeta.
Pues, a pesar de que la crisis sea generalizada y que las monedas nacionales cada vez se deprecian con respecto al dólar (incluyendo al poderoso Euro), los gobiernos en Latinoamérica han tomado diversas políticas y medidas para frenar la inflación.
Argentina
Uno de los países con la inflación más alta en el continente y en el mundo, Argentina, ha decidido tomar una serie de medidas y políticas restrictivas de la circulación de moneda extranjera para poder detener el fenómeno devaluatorio del peso argentino.
El Gobierno de Alberto Fernández revivió la ya conocida medida del corralito. La actual administración anunció que se limitará el acceso a la divisa extranjera para importaciones, esto para poder cubrir la compra de gas que se ha disparado desde el conflicto en Ucrania.
Los empresarios que quieran importar productos no esenciales, tendrán que hacerlo a través del circuito comercial y no comprar los dólares al Banco Central argentino. Las nuevas políticas solo permiten a las empresas importar lo equivalente al 2021 más un 5% adicional, el resto se debe financiar con crédito a 180 días.
Es decir, que si en Argentina se piensa comprar o adquirir dólares, se deberá hacer en el mercado informal, ya que el dólar subsidiado o que rige bajo las tasas oficiales tendrá que ajustarse a la escasez de divisa extranjera.
Chile
El presidente chileno, Gabriel Boric, también ha intentado salir al frente debido al difícil panorama que la inflación representa para los ciudadanos de a pie. El aumento del costo de vida y del poder adquisitivo es un hecho que golpea, especialmente, a los más vulnerables.
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Debido a esto, el gobierno chileno anunció un paquete de medidas que suman un total de 1.200 millones de dólares. Entre las políticas más destacadas y que van directo al bolsillo de las familias chilenas, es un bono de 120 mil pesos chilenos, alrededor de 120 dólares, para 7,5 millones de chilenos; igualmente, se extiende el permiso posnatal parental hasta septiembre; y se ampliarán las postulaciones a subsidios laborales para el fin de año. Ahora la pelota está en campo del Congreso que deberá aprobar este paquete de medidas.
Igualmente, el Banco Central de Chile también anunció que destinará 25.000 millones de dólares para mantener el precio del peso chileno. Esto ocurre esperando que al poner más dólares en el mercado y menos pesos chilenos, hace que el desbalance de oferta y demanda se equilibre un poco. O por lo menos, esa es su apuesta.
Colombia
Por su parte, el Gobierno colombiano, a la cabeza del Banco de la República, ya anunció que su medida será dejar libres a los mercados. El encargado de la política monetaria del país cafetero (con cierta independencia del Gobierno Nacional) asegura que esperan que sea el mismo mercado el que se encargue de desincentivar la compra de dólares o la venta de pesos colombianos.
No obstante, esto deja al peso colombiano vulnerable ante esta profunda crisis económica que encarece cada día los alimentos y disminuye el poder adquisitivo de los ciudadanos. Una medida que muchos consideran arriesgada (y otros también la aplauden). A pesar de que el próximo 7 de agosto, haya un cambio histórico en la presidencia de Colombia, cuando Gustavo Petro sea el primer mandatario de izquierda, su influencia en la junta directiva del Banco de la República es limitada.
Bolivia
Tal vez la economía que mejor está saliendo a flote en medio de esta crisis global. Bolivia no solo cierra junio con 1,2% de inflación (una de las más bajas del mundo), sino que es de los mejores registros de Sudamérica. La nación del altiplano ha mantenido una política monetaria por años que le han servido para que hoy su presidente Luis Arce, saque pecho.
El factor de que hoy Bolivia tenga un Índice de Precios al Consumidor (IPC) tan bajo toca revisar varios factores que ha mantenido el país desde años. Por ejemplo, una moneda nacional (Boliviano) fuerte. Desde hace más de 10 años, el presidente Evo Morales determinó un tipo de cambio fijo con el dólar, 6,96 bolivianos por cada billete verde estadounidense. Según varios expertos, el Gobierno boliviano ha logrado mantener este cambio, debido a la venta constante de su reserva en dólares para inyectar en el mercado nacional. En un diálogo con la BBC, el ministro de Economía y Finanzas boliviano, Marcelo Montenegro, aseguró que la razón para la baja inflación es que el país "ha aumentado mucho la producción agropecuaria, especialmente del tomate y la cebolla, lo que nos está permitiendo tener elementos que moderan y mitigan los elementos inflacionarios".
Igualmente, Bolivia también ha protegido una serie de subsidios a la gasolina y alimentos. Esto ha permitido que el fluctuante mercado internacional no golpee con fuerza y directamente el bolsillo de los bolivianos. Pero, esto no significa que el gasto fiscal del país crezca.
Adicionalmente, Bolivia también tiene una política que limita las exportaciones de alimentos. Si un producto no se puede vender a un precio determinado por el Gobierno Nacional, su exportación está limitada. Esto garantiza productos a precios costeables para los ciudadanos.
No obstante, este sistema que protege el costo de los productos dentro del país, no está libre de complicaciones. Un informe del Banco Mundial indicó que la deuda pública boliviana se acercará al 80% del Producto Interno Bruto, más de diez puntos porcentuales por encima de la media regional.
Estas 4 apuestas implementadas por estos 3 gobiernos, servirán para determinar en el futuro, cuál de las 4 formas fueran las más adecuadas para contrarrestar este fenómeno inflacionario. Aunque es evidente que las 4 economías pasan por momentos diferentes y sus exportaciones se componen de productos distintos, sí puede servir como punto de análisis para determinar si una libre circulación de moneda, la venta de dólares del Banco Central o las restricciones o cepos para las importaciones fueron las mejores medidas para superar esta crisis.