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¿Por qué no deberías realizar dietas bajas en carbohidratos?

No ingerir este compuesto puede llegar a producir hipertiroidismo e hipercortisolemia

¿Por qué no deberías realizar dietas bajas en carbohidratos?

En los años 80 y 90, quienes hacían dieta peleaban contra la grasa. Los programas para bajar de peso se concentraban en eliminarlas para alcanzar la figura deseada. Una vez llegó el nuevo milenio, el panorama cambió y acusaron al pan y las masas de ser los culpables de los kilos extra. Lo low fat (bajo en grasas) fue sustituido por low carb (bajo en carbohidratos), y dietas como la Atkins y la Dunkan se pusieron de moda.

Cabe entonces preguntarse, ¿en qué consiste una dieta baja en carbohidratos y cuáles son sus riesgos?

Por definición, una dieta baja en carbohidratos es aquella que limita estos compuestos -que se encuentran en granos, vegetales almidonados y frutas. En estas dietas predomina el consumo de comidas altas en proteínas y grasas, según lo que explica Mayoclinic.org. A partir de estos programas bajos en carbohidratos, algunas personas han visto beneficios como reducir el riesgo de sufrir diabetes 2 y el síndrome metabólico.

 El funcionamiento de estas dietas es el siguiente: el cuerpo utiliza carbohidratos como principal fuente de energía y estos son descompuestos en dos azúcares simples durante la digestión. Al ser digeridos e ingresar en el torrente sanguíneo como glucosa (el azúcar en sangre) se segrega insulina. Parte de la glucosa es la que usamos como energía, mientras que otra parte es acumulada en el hígado o músculos para usarlo después o ser convertida en grasa.

La idea de las dietas bajas en carbohidratos es que al bajar el consumo de este compuesto, bajan los niveles de insulina y el cuerpo recurre a las reservas de grasa como energía propiciando la pérdida de peso. Justamente en el control o eliminación completa de los carbohidratos es donde se encuentra la mayor dificultad de este tipo de plan alimenticio. Mientras menor sea el consumo de este compuesto, más difícil se hace la adaptación y sobre todo aumentan los riesgos.

Weightlossresources afirma que uno de los riesgos de salud asociados a estas dietas es que pueden aumentar la posibilidad de ciertos padecimientos. Por ejemplo, quienes practican este tipo de dieta pueden experimentar síntomas como estreñimiento, cansancio y dolores de cabeza. Estas molestias pueden convertirse en problemas más serios asociados al alto consumo de proteínas y grasas como elevación del colesterol, enfermedades renales y ritmo cardiaco anormal.

Otro factor que se debe tener en cuenta es el bajo contenido nutricional de lo que se ingiere y la eliminación de alimentos como las frutas. Aunque algunos planes permiten comer frutos como fresas, frambuesas, moras, etc. -por su bajo nivel de carbohidratos-, estos alimentos se consumen en pocas cantidades. Cabe recordar que las frutas nos brindan gran cantidad de antioxidantes, fibras y vitaminas que no contienen otros alimentos.

Adicionalmente, las dietas bajas en carbohidratos pueden afectar la flora intestinal. La publicación de Weightlossresources señala que en algunas pruebas, las dietas muy bajas en carbohidratos cambian la composición de las bacterias buenas de nuestros intestinos, lo que puede tener mayores implicaciones para la salud.

Las mujeres, que muchas veces son las que más practican este tipo de dieta, por sus rápidos resultados, se pueden ver seriamente afectadas. Paleo for Women informa sobre los riesgos más comunes a los que se exponen las mujeres con estos regímenes:

-Hipertiroidismo: ya que el cuerpo necesita carbohidratos en la sangre para crear la hormona T3 -la más activa de la tiroides-. Al no consumir carbohidratos, la producción de esta hormona baja y pueden observarse síntomas como bajas en la lívido, infertilidad, fragilidad en las uñas y cabello, estreñimiento, entre otros.

-Desbalances hormonales: al afectar la producción de la hormona tiroidea, la producción de otras hormonas también se ve afectada, como la Leptina y la insulina. Sin ellas es difícil crear un balance sano en el cuerpo.

-Antojos de azúcar: el cuerpo va a buscar justamente lo que le falta, y en este caso, es el azúcar. Estos desbalances pueden llevar a atracones y a relaciones no saludables con la comida.

-Hipercortisolemia; esta condición está relacionada a niveles anormales de la hormona del estrés (o muy altos o muy bajos). Esto afecta los ciclos de sueño, ritmo cardiaco y estado de alerta durante el día.

Para evitar estos efectos secundarios, muchos expertos recomiendan consultar un especialista en nutrición.

 

Latin American Post | Clementina Ramos
Copy edited by Marcela Peñaloza

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