Políticas públicas del cuidado para proteger a las madres en Latinoamérica

Las madres ocupan un rol primordial de cuidado en la vida de la gran mayoría de seres humanos; sin embargo, las políticas públicas que las protegen son pocas, por lo menos en Latinoamérica. Esta es una de las regiones con niveles más altos de machismo, violencia de género y estigmatización de las mujeres. Asimismo, las madres son consideradas como las cuidadoras primordiales del hogar, tarea por la cual no tienen compensación. Esto último es muy importante, porque el hecho de que no se reconozca a la maternidad como un trabajo digno de ser compensado implica que las mujeres que deben ejercerlo no tienen la posibilidad de acceder a una libertad económica, y esto, a su vez, las aleja de los privilegios de los que goza cualquier persona con capacidad financiera. 

Por otro lado, nos encontramos con las madres trabajadoras, que deben cumplir con su rol de cuidadoras y también responder en un trabajo con los mismos horarios y deberes que cualquier otro trabajador que no tiene la responsabilidad del cuidado. Esto no solo implica más carga, sino que también haya una discriminación por parte del sector empresarial hacia las mujeres que desean ser madres, o que ya lo son. 

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Si bien la posición y la mirada que se tiene frente a este tema ha cambiado radicalmente en las últimas décadas, gracias a los esfuerzos de las mujeres por exigir sus derechos básicos, todavía nos encontramos en un panorama crudo. Las políticas públicas no abarcan todo lo que implica la maternidad y las que ya existen no son aplicadas con éxito en su totalidad debido a la fuerte presencia de violencia de género en la región. Veamos con más profundidad cuáles son algunas de las políticas públicas que deberían adoptarse en la región para proteger a las madres. 

Cuidado infantil asequible y de calidad

Latinoamérica se encuentra atrasada en lo que refiere a servicios de cuidado infantil. Según la UNICEF, el 40% de los países del hemisferio sur no cuentan con una legislación en la que el Estado ofrezca estos servicios, ni tampoco se le exige a los empleadores hacerlo. Esto implica que se limiten las posibilidades para que las madres puedan acceder a un empleo, ya que, no todas tienen la capacidad económica para costearse una guardería en la que se asegure calidad. En consecuencia, los niños y niñas pueden verse afectados e incluso recibir violencias. 

Los países latinoamericanos deben velar por no solo darle la posibilidad a las madres de trabajar, sino también por brindarles la tranquilidad de que sus hijos estarán en buenas manos por un costo muy bajo o incluso nulo. Pero esto no solo aplica para las guarderías, sino también para los cuidados en el hogar. Es decir, se debe apuntar a la asequibilidad del cuidado infantil universal. 

Salario mínimo vital para las madres amas de casa

Como ya lo mencionamos, el cuidado del hogar esta a cargo de las madres históricamente; sin embargo, no es considerado como un trabajo que deba ser dignamente remunerado. Esto conlleva a violencias de género y a la deshumanización de las madres, que deben cumplir con su labor meramente por amor, sin tener en cuenta los esfuerzos y problemas que deben surcar. Los gobiernos latinoamericanos deben entender la maternidad como una labor que sea remunerada. El salario mínimo vital para madres amas de casa puede fomentar la libertad financiera de estas y una estabilidad económica más fuerte para la familia.

Licencia parental remunerada para el cuidado de los niños pequeños 

Si bien ya existen políticas públicas enfocadas en la licencia de maternidad y paternidad remunerada, esta tiene en cuenta solo a los bebés recién nacidos, se aplica en los empleos formales y hay países en los cuales los padres solo cuentan con 1 día de licencia remunerada. Estas políticas deben ampliarse para asegurar que los niños más pequeños puedan crear vínculos con sus padres y satisfacer necesidades nutricionales y de desarrollo.

Asimismo, los gobiernos de la región deben velar porque tanto el sector formal como el informal brinden licencias de maternidad y paternidad remuneradas que sean lo suficientemente largas para permitirle a los padres cuidar dignamente de sus niños más pequeños.

Derechos reproductivos al alcance de la mano

En Latinoamérica la tasa de fertilidad en familias pobres es alarmante. Los derechos reproductivos, que van desde la educación sexual bien informada, hasta el derecho al aborto o el acceso a cirugías de esterilización, todavía no se alcanzan en la región. Los gobiernos deben procurar que estos estén al alcance de la mano y que las madres estén bien informadas sobre ellos para poder tomar decisiones que afectan su salud, economía y calidad de vida.