¿Qué es la responsabilidad afectiva y por qué debería importarte?
Últimamente, uno de los temas de los que más se habla es de la responsabilidad afectiva. ¿Por qué es tendencia y por qué debería importarte?.
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LatinAmerican Post | Vanesa López Romero
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En los últimos años hemos experimentado un "despertar" frente a temas y prácticas que eran social e históricamente aceptadas y hoy se están reevaluando. Aceptar de manera abierta a las comunidades que han sido rechazadas; hablar sobre el cambio climático; adoptar el vegetarianismo y veganismo como dieta para evitar la crueldad animal; hablar abiertamente de la salud mental; y exigir que los líderes políticos tengan en cuenta a sus pueblos en sus decisiones son algunas de estas. A esto se le podría llamar progresismo y dentro de esa ola que se ha venido agrandando gracias a las plataformas digitales entra un tema muy importante: el feminismo, la caída del amor romántico y, en consecuencia, la responsabilidad afectiva.
¿Qué es la responsabilidad afectiva?
Para las personas que nacieron antes de los 2000, es claro que los contenidos que consumíamos a diario respondían a ciertos estereotipos que hoy son ampliamente rechazados. La idea del amor romántico es uno de los más claros. Hablamos de las historias en donde se nos presentaba a una princesa que debía ser rescatada por un príncipe para que al final vivieran felices por siempre. O de las comedias románticas en donde la protagonista debía pasar por ciertos obstáculos y hasta transformarse a sí misma para poder tener una vida con un hombre que había mostrado poco interés por ella. Así, la relación de pareja que se proponía respondía a actos en los que una de las partes de la pareja, normalmente las mujeres, pasaban por encima de ellas mismas para conseguir el amor verdadero. Asimismo eran relaciones violentas, dependientes y poco saludables.
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La responsabilidad afectiva surge como un rechazo a ese tipo de amor. Y a pesar de que su boom lo vemos en la actualidad, muchos intelectuales venían construyendo este concepto desde el siglo pasado y no solo sobre las relaciones de pareja, sino también sobre las relaciones entre familia y amigos.
Este término busca referenciar las maneras en las que una relación puede crecer desde un amor saludable. Específicamente se habla del consenso, el cuidado y el diálogo que hay en las emociones que surgen en estas relaciones. Por ejemplo, lo normal es que en una relación entre padres e hijos haya una idea de autoridad que lo sobrepasa todo y por lo tanto permite violencias e injusticias. Desde la responsabilidad afectiva, ambas partes están interesadas en hablar y escuchar abiertamente, con el fin de no solo ejercer o recibir autoridad, sino construir la relación justamente.
Lo mismo sucede en las relaciones de amistad, en las que específicamente se acepta el dolor, pues solemos creer que el único tipo de amor es el amor entre pareja. Con la responsabilidad afectiva se entiende que a los amigos también se les ama, y que por lo tanto también cabe el dolor, la decepción y un proceso de perdón. Así, en una relación de amistad con responsabilidad afectiva se practica el diálogo constante y la aceptación de los sentimientos que puedan surgir con los ires y venires de esta.
Cuidar a los demás
El fin principal de la responsabilidad afectiva es cuidar del otro pero sin olvidar el cuidado a sí mismo. Se trata de una relación, del tipo que sea, en la que todas las partes están dispuestas a entender que su posición no es más ni menos que la del otro, y por lo tanto entiende cuáles son sus derechos y cuáles son su deberes para que la relación se mantenga saludable. Gracias a este concepto han surgido otros que intentan explicar ciertas prácticas que surgen cuando no hay responsabilidad afectiva, como por ejemplo el ghosting o el gaslighting. El ghosting sucede cuando en una relación, una de las partes ignora abiertamente lo que la otra persona está intentando expresar, esto lo puede hacer a partir de desaparecer de su entorno o de evitar las conversaciones que se quieran generar. Por otro lado, el gaslighting consiste en que una de las partes manipule a la otra para hacerla creer algo que no es cierto, por ejmplo que está cometiendo errores y que debe pedir perdón. Estas y otras prácticas son maltrato psicológico y deben ser igual de mal vistas que el maltrato físico o financiero.
Cuando una relación se forma a través de la responsabilidad afectiva puede sobrepasar este tipo de prácticas, entenderlas y evitarlas. Asimismo las partes entenderán que el cuidado propio es igual de importante que el cuidado del otro y se llegarán a acuerdos que salvaguarden a ambas partes.