Trastornos alimentarios y redes Sociales
Las redes sociales están creando una mayor inseguridad en el autoestima de las personas, especialmente en las mujeres
Si bien en redes como Instagram y Facebook nos encontramos con grupos de apoyo positivos, personas haciendo ejercicio y enalteciendo la vida sana; la “moda fitness” puede hacer que muchos tomen los mensajes como una amenaza. Muchas vesces, este movimiento es entendido de la manera errada y los mensajes de salud y fortaleza, pueden ser transmitidos (y aceptados) como retos para la pérdida extrema de peso e ideales inalcanzables.
En el Huffingtonpost señalan que las personas que sufren de anorexia, bulimia, trastornos de atracón, vigorexia y otros no clasificados, sienten obsesiones por su imagen, y las sensaciones y pensamientos sobre la comida inundan su día a día. Entre los miles de factores que los afectan, ahora se les suma las redes sociales. Si bien no se puede decir que sean la causa principal, han empezado a jugar un papel importante en el desarrollo de los TAC (Trastornos de Conducta Alimentaria), haciendo que las personas participen en patrones no adecuados de alimentación.
En un estudio citado por la publicación, se señala que los medios forman un gran factor de riesgo en el desarrollo de estos trastornos, haciendo mella en la imagen que la persona tiene sobre sí misma, su insatisfacción corporal y la comparación constante con modelos/atletas o usuarios famosos. Se señala el “cuerpo ideal” como una meta alcanzable para todos, cuando la realidad es que esto dista mucho de la realidad.
Si bien por un tiempo se empezó a hablar en las redes de cómo el ejercicio y la vida sana servían de inspiración para aquellas personas que sufrían de ciertos desórdenes, sustituyendo lo delgado por lo “fuerte”, muchos expertos sienten que estos mensajes “positivos” no están teniendo el impacto real que se desea. La revista Insider cita el trabajo de dos científicos Australianos que resumieron 20 estudios previamente publicados sobre redes sociales e imagen corporal. Estas investigaciones mostraron que el uso de muchas redes sociales estaba relacionado con un aumento de la insatisfacción corporal y mala relación con la comida; y esta “insatisfacción” no se toma como una sensación pasajera, sino que puede que puede provocar depresión, ansiedad y colaborar en los trastornos alimentarios.
Las cifras citadas en la publicación no son alentadoras: un estudio muy publicitado observó a un grupo de 276 mujeres usuarias de la red Instagram. En ellas, permanecer en la misma por tan solo 30 minutos al día estaba relacionado con niveles más altos de objetualización y una mayor insatisfacción corporal. Además, se comparó a las mujeres que publicaron fotos de inspiración de Fitness y otras que publicaron fotos de viajes. Las imágenes de inspiración Fit arrojaron puntajes más altos en las mediciones de “impulso para la delgadez” y “ejercicio compulsivo”. Casi el 18% del grupo estuvo “en riesgo de diagnóstico de un trastorno alimentario clínico”, según los autores, en comparación con el 4,3% que colocaba fotos de viajes. Vale la pena aclarar que estos estudios fueron bastante pequeños –según lo que expresan en la publicación- pero que dan un punto de partida hacia otras investigaciones.
Tampoco se puede decir que el ver una foto de una chica en Instagram va a traducirse en el desarrollo de un TAC, pero esto sí puede influenciar en aquellas personas más propensas.
Evalúe si usted tiene una predisposición a TAC respondiendo “siempre”, “a menudo”, “algunas veces” o “nunca” a estas preguntas tomadas de Todofitness:
1) ¿Prepara la comida para otros pero no come lo que hizo?
2) ¿Tiene ansias antes de comer?
3) ¿Se preocupa mucho la comida?
4) ¿Se siente extremadamente culpable después de comer?
5)¿Recorta su comida en piezas pequeñas?
6) ¿Cuando hace ejercicio solo piens en quemar todas las calorías que consumió?
7) ¿Se pesa varias veces al día?
8) ¿Duerme poco y se levanta muy temprano por las mañanas?
9) ¿Come siempre lo mismo?
10) ¿Otras personas piensan que está muy delgado/a?
11) ¿Se demora más en comer que las demás personas?
12) ¿Sufre de estreñimiento?
13)¿Siente que su vida gira en torno a lo que come?
14) ¿Toma laxantes?
15) ¿Tiene el impulso de vomitar después de comer?
Cada respuesta que respondió “siempre” suma 3 puntos, “a menudo” 2 puntos, “alguna vez” 1 punto, “nunca” equivale a cero. Si usted o una persona cercana obtiene una puntuación alrededor de los 30, deben consultar con un profesional que de una guía hacia un tratamiento adecuado.
Latin American Post | Clementina Ramos
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