Choco Orta puertorriqueña: pionera en música salsa e igualdad de género
La puertorriqueña Choco Orta se convierte en la primera artista de salsa en ser honrada con un busto en la Plaza de los Salseros de San Juan, lo que marca un paso significativo hacia la inclusión de género.
La Plaza de los Salseros de San Juan fue adornada con una nueva incorporación este domingo: el primer busto dedicado a una artista de salsa, la purtorriqueña Choco Orta. La reconocida artista, que cuenta con 38 años de carrera musical, expresó a Efe que este homenaje significa una apertura para otras compañeras que han hecho aportes significativos a la salsa. Orta enfatizó que la iniciativa del alcalde de San Juan, Miguel Romero, envía un poderoso mensaje de inclusión y afirmó que “las barreras que mantenían rezagadas a las mujeres han terminado”.
El busto de Orta, creado por María Elena Perales, se suma a otras nueve leyendas de la salsa en la plaza, todos ellos hombres: Ismael Rivera, Rafael Cortijo, Héctor Lavoe, Tito Puente, Marvin Santiago, Cheo Feliciano, Tommy Olivencia, Roberto Roena y Pedro ‘Pellín’ Rodríguez. “Tengo todo el derecho a merecer este honor”, afirmó Orta. “He sido una figura consistente y decidida en este género. Tengo derecho a pertenecer, a ser vista y respetada”.
Virgen Milagros Orta Rodríguez, conocida por su nombre artístico Choco Orta, compartió que ha actuado junto a varios de sus compañeros homenajeados. Feliciano y Roena se encuentran entre los artistas con los que colaboró, y el propio Tito Puente la apodó ‘La Reina del sabor’, que se convirtió en el título de uno de sus álbumes. El recorrido musical de Orta la ha llevado a actuar con orquestas como las dirigidas por Nacho Sanabria, Roberto Angleró, Waldo Borres y Julio “Gunda” Merced. Su impresionante carrera también incluye la grabación de más de 108 canciones y presentaciones internacionales en países como Senegal, Francia, Canadá, Cuba, Colombia, Estados Unidos, República Dominicana y Puerto Rico. Orta también ha aparecido en producciones teatrales y películas como Hemingway (1988) y Assassins (1995).
Abogar por la representación femenina
Orta espera que su busto allane el camino para homenajes similares a otras artistas de salsa, tanto puertorriqueñas como cubanas. Nombró a varios artistas que cree que merecen reconocimiento, entre ellos Fe Cortijo, Yolanda Rivera, La India, Myrta Silva, Celia Cruz, La Lupe, Celeste Mendoza y Felipa Graciela Pérez y Gutiérrez. Orta rindió homenaje a estas figuras en su canción “Homenaje a las soneras”, incluida en su álbum Choco Swing (2011), que llama a la unidad entre las artistas femeninas de la salsa en beneficio tanto de las mujeres como del género.
“Siempre he creído en la unidad de la mujer en la salsa”, lamentó Orta. “No entiendo por qué no estamos más unidos”. Describió a las artistas mencionadas como “mujeres extraordinarias que han hecho hermosos aportes a la salsa”.
Una voz para las mujeres
Orta también se ve a sí misma como portavoz de las mujeres y utiliza su plataforma para discutir temas que otros en la industria podrían evitar, incluida su orientación sexual. Al iniciar su carrera artística en la danza y el teatro, Orta encuentra profundamente significativo el reconocimiento de su busto. “No quiero morir y que luego la radio reproduzca 24 horas de mi música sin que yo la escuche. Póngala ahora. ¿Por qué no crear un programa de 24 horas con mi música, la de Fe Cortijo, la de La India? Todas las gratificaciones deberían suceder durante la vida.”
A pesar del honor recibido este domingo, Orta todavía tiene importantes objetivos que desea alcanzar. Su objetivo es ganar un Grammy, publicar su libro y ver que una de sus canciones se convierta en un éxito de radio. Sigue decidida y optimista sobre sus logros futuros, que sin duda se sumarán a su ya impresionante legado.
El reconocimiento de Choco Orta con un busto en la Plaza de los Salseros es más que un espaldarazo personal; es un paso monumental hacia la igualdad de género en el género de la salsa. Su carrera, marcada por la resiliencia y la excelencia, inspira a muchos. Este homenaje honra su legado y sienta un precedente para las futuras generaciones de artistas femeninas de salsa, generando un impacto significativo en la escena cultural latinoamericana.