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Cómo Netflix pasa por alto el contenido y las audiencias colombianas

A pesar de la importante presencia de Colombia en el Top 10 global de Netflix, el gigante del streaming continúa invirtiendo poco en el contenido original del país. Basado en un estudio publicado en la revista Convergence, este artículo explora la disparidad entre audiencia e inversión, revelando las implicaciones más amplias para los medios latinoamericanos.

A medida que Netflix consolida su posición como un servicio de streaming global dominante, su estrategia de contenido ha sido analizada, particularmente en regiones como América Latina. A pesar de contar con diversas culturas, idiomas e historias, los países latinoamericanos siguen estando subrepresentados en la producción de contenido original de Netflix, siendo Colombia un excelente ejemplo de esta negligencia. El contenido televisivo colombiano ocupa el quinto lugar en horas de visualización en la lista Global Top 10 de Netflix, solo detrás de Estados Unidos, Corea, Reino Unido y España. Sin embargo, a pesar de esta importante participación de la audiencia, la inversión de Netflix en contenido colombiano es desproporcionadamente baja en comparación con otras naciones latinoamericanas como Brasil y México. Este artículo examina cómo la estrategia de contenidos de Netflix en América Latina, particularmente en Colombia, revela tendencias más amplias en la producción y el consumo de medios globales y lo que esto significa para el futuro de la televisión colombiana.

La fuerte presencia de Colombia en el Top 10 global de Netflix

La televisión colombiana tiene una larga tradición en la producción de telenovelas y series populares que tienen eco en las audiencias nacionales e internacionales. El contenido colombiano representa la mayoría de las horas de visualización latinoamericanas en la lista Global Top 10 de Netflix. Sin embargo, un examen más detenido de estos datos revela un patrón sorprendente: la mayoría de estos programas colombianos no son originales de Netflix, sino telenovelas con licencia transmitidas originalmente hace años en redes locales. Estas producciones de bajo presupuesto continúan cautivando a los espectadores, pero la respuesta de Netflix a esta popularidad sostenida ha sido, en el mejor de los casos, tibia.

Esta situación contrasta marcadamente con la estrategia de Netflix en otros países latinoamericanos. Por ejemplo, México y Brasil se han convertido en potencias regionales para la producción de contenido original de Netflix, y el 88,3% del contenido regional encargado por Netflix proviene de estos dos países. La disparidad en la inversión se vuelve aún más evidente cuando los suscriptores latinoamericanos representan el 18% de la base global de suscriptores de Netflix. Sin embargo, excluyendo las coproducciones con empresas estadounidenses, el contenido latinoamericano solo representa el 9,4% del total de horas de visualización en la lista Global Top 10 de la plataforma. Esto plantea preguntas críticas sobre la estrategia de contenidos de Netflix y sus implicaciones para la industria de medios colombiana.

La disparidad económica entre ingresos e inversión

América Latina generó más de cuatro mil millones de dólares en ingresos para Netflix en 2022, lo que representa casi el 13% de los ingresos globales de la compañía. A pesar de esta contribución sustancial, Netflix no ha correspondido con inversiones proporcionales en la producción de contenidos de la región. Sólo el 10% de las series encargadas por Netflix se producen en América Latina, y Colombia está particularmente marginada. El enfoque de la plataforma en Brasil y México, los dos mercados de medios más grandes de la región, resalta una preferencia por invertir en países con mayor poder adquisitivo y bases de consumidores más grandes.

Esta disparidad económica sugiere que la estrategia de inversión en contenidos de Netflix está impulsada más por el tamaño del mercado y el potencial de ingresos que por la participación real de la audiencia. A pesar de su popularidad, el contenido colombiano no se ha traducido en una inversión significativa, lo que ha dejado a la industria de medios del país luchando para competir con sus vecinos más ricos. Este enfoque no sólo limita la diversidad de contenidos disponibles para audiencias globales sino que también socava el potencial de crecimiento de la industria de medios colombiana.

Tergiversación del contenido colombiano

Una de las ideas más significativas de los datos del Top 10 global de Netflix es el abrumador dominio de las telenovelas en el contenido latinoamericano. Las telenovelas son un elemento básico de la televisión latinoamericana, caracterizadas por sus tramas melodramáticas y su extenso número de episodios, que a menudo superan los 150 episodios por serie. Si bien estos programas contribuyen a las altas horas de visualización de contenido colombiano en Netflix, también crean una percepción sesgada de la industria televisiva de la región.

El gran volumen de episodios de telenovelas infla las horas de visualización, haciendo parecer que el contenido latinoamericano se consume más de lo que podría ser. Por ejemplo, el contenido coreano en la lista Global Top 10 de Netflix tiene un promedio de 11,2 millones de horas vistas de contenido transmitido, en comparación con sólo 1,6 millones de horas por hora para las telenovelas latinoamericanas. Esta discrepancia sugiere que, si bien las telenovelas tienen un gran atractivo, su contribución al panorama global de contenidos no es tan impactante como podría parecer a primera vista.

Además, el hecho de que el 70% de las 10 horas de visualización de telenovelas latinoamericanas en el Top 10 mundial se dirijan a programas colombianos con licencia resalta aún más la falta de inversión de Netflix en contenido nuevo y original del país. Depender de contenido bajo licencia, en lugar de encargar nuevas producciones, indica una oportunidad perdida para desarrollar y promover una narración fresca e innovadora que refleje la sociedad colombiana contemporánea.

La estrategia de contenidos de Netflix en América Latina, específicamente en Colombia, refleja tendencias más amplias en la industria de medios global. La decisión de la plataforma de priorizar las inversiones en Brasil y México subraya las realidades económicas de la producción de contenidos: los mercados más grandes con industrias de medios más sólidas tienen más probabilidades de atraer inversiones. Sin embargo, este enfoque pasa por alto mercados más pequeños como el potencial cultural y creativo de Colombia, con una rica historia de producción de contenido atractivo y de resonancia global.

Esta situación también pone de relieve una creciente contradicción dentro de la estrategia global de contenidos de Netflix. Si bien la plataforma se promociona como defensora de voces diversas y narraciones globales, sus patrones de inversión sugieren lo contrario. El dominio del contenido de unos pocos mercados clave socava las afirmaciones de la plataforma de promover la diversidad cultural y perpetúa las desigualdades existentes en el panorama mediático global.

En América Latina, esta estrategia corre el riesgo de reforzar las disparidades regionales y limitar el crecimiento de los mercados de medios más pequeños. Sin una inversión suficiente en producciones locales, países como Colombia pueden tener dificultades para mantener su influencia cultural y continuar produciendo contenido que resuene tanto a nivel local como internacional.

El futuro del contenido colombiano en Netflix

De cara al futuro, el futuro del contenido colombiano en Netflix parece incierto. Si bien las telenovelas del país continúan teniendo un buen desempeño en la plataforma, hay pocos indicios de que Netflix planee aumentar significativamente su inversión en contenido original colombiano. Esta falta de inversión podría tener consecuencias a largo plazo para la industria de medios colombiana, limitando su capacidad para innovar y competir globalmente.

Para abordar este desequilibrio, Netflix necesitaría reevaluar su estrategia de contenidos en América Latina, considerando el tamaño del mercado, la participación de la audiencia y la importancia cultural. Al invertir en una gama más amplia de países latinoamericanos, Netflix podría ayudar a fomentar voces e historias diversas que reflejen el rico tejido cultural de la región.

Además, Netflix podría beneficiarse de la adopción de un enfoque más matizado para la producción de contenidos en América Latina, reconociendo las fortalezas y desafíos únicos de los diferentes mercados. Por ejemplo, la sólida tradición narrativa de Colombia y su bien establecida industria de las telenovelas podrían aprovecharse para producir series originales de alta calidad que atraigan a audiencias locales y globales.

La estrategia de contenidos de Netflix en América Latina, particularmente en Colombia, revela disparidades significativas entre la participación de la audiencia y la inversión. A pesar del sólido desempeño del contenido colombiano en la lista Global Top 10 de la plataforma, Netflix ha ignorado en gran medida el potencial del país para la producción de contenido original, enfocándose en cambio en mercados más grandes como Brasil y México. Este enfoque no sólo limita la diversidad de contenidos disponibles para audiencias globales sino que también socava el potencial de crecimiento de la industria de medios colombiana.

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A medida que Netflix continúa expandiendo su alcance global, debe considerar las implicaciones a largo plazo de su estrategia de inversión en contenido. Al descuidar mercados más pequeños como Colombia, la plataforma corre el riesgo de perpetuar las desigualdades existentes en el panorama mediático global y perder el rico potencial creativo que estos mercados tienen para ofrecer. Para defender verdaderamente las voces diversas y la narración global, Netflix debe invertir de manera más equitativa en toda la región latinoamericana, apoyando una gama más amplia de contenido que refleje la diversidad cultural de la región y resuene en audiencias de todo el mundo.

Al hacerlo, Netflix podría ayudar a fomentar un ecosistema de medios global más inclusivo y dinámico, donde todas las voces tengan la oportunidad de ser escuchadas y donde la riqueza cultural de regiones como América Latina pueda realizarse plenamente.

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