¿Por qué comprar ropa de segunda?
La nueva tendencia del siglo XXI es más económica y más responsable con respecto al impacto ambiental
El cambio de mentalidad en la sociedad actual parece ser una tendencia que cada vez permite a la humanidad avanzar en temas tan polémicos como el consumo de materiales reutilizables para tareas básicas como el vestir o calzar.
El término “reutilizar” ha sido asociado por generaciones con la falta de dinero, estatus social o cuestiones propias de la economía de los hogares latinoamericanos. Sin embargo, a partir de la década de los noventa la idea de usar ropa vintage comenzó a tomar impulso y esto gracias a que muchas celebridades como Madonna, Sarah Jessica Parker con su personaje de Carrie Bradshaw en la serie Sex And The City, quien era famosa por su exclusividad y estilo único al reforzar su guardarropa. Por esta razón, son cada vez más las personas que optan por el consumo de productos orgánicos y reciclados, así como la apertura de tiendas que se dedican a comprar y vender ropa de segunda mano.
“No es sólo una tendencia, sino una necesidad. Se estima que se emplean de 2 mil a 3 mil litros de agua para fabricar un pantalón, eso sin contar lo químicos que se emplean; el medio ambiente necesita de medidas que contribuyan con su cuidado, y así como hace unos años no pensábamos en reciclar el plástico, el vidrio o el papel, el objetivo es que en muy poco tiempo la ropa sea considerada como un recurso fundamental del reciclaje”, aseguró Elisa Ferrer Rojas, Cofundadora de la tienda El Baúl.
Colombia está promoviendo la economía colaborativa a través de la moda sostenible, disminuyendo el impacto ambiental ya que, la industria de la moda se considera la segunda más contaminante del planeta, después del petróleo, debido a la lenta descomposición de algunos de los materiales, la alta producción de residuos y la producción de prendas hechas en poliéster; la fibra requiere de 70 millones de barriles de petróleo y su extracción es nociva para los ecosistemas terrestres y acuáticos, debido a que se requiere de grandes cantidades de agua en la producción.
Estos problemas medioambientales que han surgido a lo largo de los años, han venido acompañados de soluciones para mitigar su impacto en el ecosistema y, que la moda no sea sólo un tema de estética sino también de sostenibilidad.
Optar por la opción de comprar ropa de segunda mano, no es una decisión tan fácil como muchos de sus seguidores lo consideran, pues todavía hay mucho por trabajar para que dentro de un futuro pueda ser una opción dentro de los consumidores, tal es el caso de Maya Jimenez, una colombiana residente en Estados Unidos, que aunque entiende que la opción de comprar ropa de segunda mano es un tema más de sostenibilidad y medio ambiente, no es para ella una opción a la hora de comprar ropa y para esto, Ángela Sarmiento menciona alguna ventajas de comprar en esta modalidad:
- La Moda es ser diferente y tener una marca personal; y es precisamente en mercadillos de segunda mano o tiendas Vintage donde seguro encontrarás prendas diferenciadoras que te harán ver especial, si las sabes combinar agregando lindos accesorios o complementos como bolsos, gafas o joyas impondrán un sello único.
- También es posible encontrar marcas reconocidas o de diseñadores independientes a precios mucho más accesibles.
- Demuestras Inteligencia y te conviertes en un Consumidor Responsable, alguien que comprende que los recursos del planeta son finitos, que sabe el real significado de Reciclar, y que da valor a lo que tiene porque sabe que con Menos se vive Más.
Para Juan Esteban Bolívar, es un tema, más que de educación, de exclusividad, porque la ropa de segunda mano para él es una experiencia que le permite conseguir prendas poco convencionales y únicas. Él recuerda haber comprado una chaqueta que pertenecía al uniforme de la policía en los años 60. Son prendas de colecciones muy viejas, que se convierten en una alternativa de comprar ropa a buen precio y ser responsable con el medio ambiente.
Un ejemplo de ello, el espacio virtual Kukupu, basado en el modelo de economía colaborativa, en el cuál su creadora, Ángela Sarmiento, intenta ir más allá de intercambiar prendas a través del sistema de trueque para buscar educar a las personas sobre asuntos relevantes como la conservación del medio ambiente como estilo de vida para un futuro cercano. “Mediante el ejercicio de intercambio de material reutilizable entre consumidores de un mismo mercado, que en este caso es el sector moda, las personas de manera indirecta se vinculan a un proceso de reparación de nuestro ecosistema, extendiendo el tiempo de vida de las prendas a revender o comprar, generando a su vez un flujo económico que beneficia a los núcleos familiares que procuran por resistir a la crisis económica y medioambiental de este siglo”, expresó Sarmiento.
Latin American Post | Dima Flórez
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