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Ovy On The Drums de Colombia reinventa la vitalidad del pop global

Ovy On The Drums, el productor colombiano detrás de los mayores éxitos de Karol G, se ha convertido en una fuerza impulsora de la música latina. Criado entre las dificultades de la Comuna 13 de Medellín, hoy figura entre los grandes arquitectos del pop, dando forma a un nuevo sonido con ambición global.


De las calles de Medellín a las ondas globales

Hoy en día, Ovy On The Drums es reconocido como el prolífico creador de muchos de los éxitos latinos que lideran las listas, aunque su vida podría haber tomado un rumbo muy distinto. “Yo quería ser futbolista”, contó a EFE durante una entrevista en España. Hoy disfruta del éxito de “La plena”, junto a W Sound y Beéle: “la canción más grande en español ahora mismo, incluso más que Bad Bunny”, aseguró con entusiasmo.

Nacido como Daniel Echevarría Oviedo en 1991, Ovy creció en el entorno difícil de la Comuna 13, una zona de Medellín antes sinónimo de violencia. “Las oportunidades eran escasas”, recordó, “pero también depende de cómo visualices tu camino”. Mientras muchos a su alrededor tomaban la ruta más fácil, él sintió el impulso de hacer lo contrario: “Quería salir adelante, avanzar y trabajar”. En esos duros comienzos, tenía pocos motivos para creer que algún día una audiencia global bailaría al ritmo de sus producciones.

Para sobrevivir, el joven Daniel trabajaba en una plaza de mercado local, levantándose a las 4 de la mañana y trabajando hasta la tarde. “Cargar bultos era un trabajo honesto, y me enseñó que uno tiene que llegar a ser alguien”, contó a EFE, añadiendo que ese agotamiento físico lo impulsó a soñar más allá de Medellín. El destino intervino cuando, a través de un primo, descubrió un software de producción musical. Comenzó a experimentar con ritmos, capas y melodías con un sentido innato del equilibrio. “Ni siquiera me gustaba estudiar”, confesó entre risas, “pero con la música encontré mi vocación. Me di cuenta de que empecé tarde, pero era lo que debía hacer”.

Esa intuición, cree él, moldeó su identidad creativa. “Siento que tengo una conexión especial con la música, y así fue como creé un sonido muy único”, dijo. “Por eso a veces trabajo con un artista y no pasa nada, y otras veces… pasan cosas enormes”. Su historial lo demuestra. Aunque ha colaborado con muchas promesas emergentes, fue su trabajo con Karol G lo que lo catapultó a la cima de los productores latinos.


La alianza con Karol G y el salto global

Cualquier conversación sobre el ascenso meteórico de Ovy inevitablemente lleva a Karol G, el fenómeno pop-urbano colombiano. Su asociación recuerda la sinergia que unió al famoso productor Max Martin con íconos del pop de los 90 como Britney Spears o los Backstreet Boys. Ovy fue clave en el exitoso álbum Mañana Será Bonito de Karol G, lo que le valió dos Latin Grammy. Pero su verdadero punto de quiebre llegó con “Tusa”, junto a la rapera estadounidense Nicki Minaj, un sencillo que dominó las radios y plataformas digitales por meses en todo el mundo.

En su charla con EFE, Ovy reveló que “Tusa” casi se pierde en el olvido. “Nicki [Minaj] no lo vio claro al principio”, explicó, “y tuvimos esa canción guardada más de un año”. Pero algo en esos violines melancólicos y ese ritmo adictivo de reguetón le indicó que era un éxito. “Sentía que era grande, tal vez no un himno mundial, pero sí algo especial”. Su intuición fue correcta: “Tusa” se convirtió en la primera canción en español de una artista femenina en entrar al Top 10 de EE. UU.. Validó el instinto que Ovy considera esencial en su proceso: una mezcla de corazonada, destreza técnica y voluntad de experimentar.

El éxito de Ovy no termina con Karol G. Ha producido para grandes nombres como Anuel AA, Becky G, Myke Towers y el argentino Paulo Londra. Sobre Myke Towers, comentó con admiración: “Es un artista. Me gusta tanto lo que hace que me da pena darle sugerencias”. Al preguntarle si se ve como un Max Martin o un Jack Antonoff del mundo latino, Ovy esquivó la comparación: “Es mucha responsabilidad”, dijo. “Nunca lo había pensado así”. Tal vez sea la humildad lo que lo mantiene con los pies en la tierra, pero la industria reconoce su influencia visionaria en el pop latino moderno.


Ambiciones de éxito y libertad creativa

De visita en España para asistir al evento Superlatino 2025 de Desperados —y supervisar una colaboración con el cantante venezolano Micro TDH en “Guao Guao”— Ovy On The Drums parece listo para otra racha de éxitos. “Digo que la música me salvó la vida”, contó a EFE, describiendo cómo trabajar hasta la madrugada en canciones le resulta mucho más gratificante que un turno cargando frutas a las 4 a.m. La mezcla de fama y éxito lo ha transformado. Aprendió a manejar contratos y apariciones públicas. Aquel joven cuya pasión era el fútbol, encontró otra.

Ovy afirma que el mayor placer está en producir un estilo sonoro específico, no en la fama. Se refiere a una característica que hace que sus producciones destaquen. Esa esencia ayudó a que “Tusa” se volviera viral. Aunque es modesto sobre sus logros, es claro que ha sido parte de muchos éxitos internacionales.

Ovy cree que aún hay mucho por explorar combinando pop latino, reguetón e influencias globales. “Cuando un artista tiene la mente abierta y no tiene miedo, ahí es donde ocurre la magia”, dijo, insinuando futuras colaboraciones que podrían ir más allá de los tropos habituales del reguetón. Es una perspectiva moldeada por su viaje desde los márgenes de Medellín hasta el centro de la música mundial. El “chico de la Comuna 13”, que antes cargaba bultos, ahora carga estatuillas doradas y discos de oro.

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Aunque el fútbol alguna vez lo llamó, Ovy On The Drums descubrió una vocación más profunda que lo impulsa cada día. Su historia demuestra que los ritmos vibrantes del mundo latino pueden conquistar escenarios internacionales sin perder su autenticidad. Como él mismo lo dice: “Nunca me propuse estar en esta posición, pero me queda bien. La música siempre estuvo ahí, esperando que yo la alcanzara”. Y vaya si la alcanzó: convirtió la adversidad en arte, y los ritmos locales en himnos universales, de Bogotá a Barcelona.

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