Las solicitudes se han disparado y el Ayuntamiento advierte que las condiciones para ser vecino son muy exigentes

21.300 euros al año: esa es la cantidad que va a pagar un pequeño pueblo de Suiza llamado Albinen a sus futuros vecinos. La población, que apenas cuenta con 240 habitantes, ha recibido en las últimas semanas una avalancha de peticiones a través de su página web, un sitio que estaba escrito únicamente en alemán, pero que ante el éxito de la propuesta ha tenido que sacar versiones en inglés, francés y español para explicar a postulantes de todo el mundo que para vivir en Albinen hay que cumplir una serie de requisitos.

El pueblo, que se encuentra en serio riesgo de desaparición, aprobó esta curiosa propuesta el pasado 30 de noviembre. De los 240 habitantes, solo 5 son niños en edad escolar, por lo que Albinen se ha visto obligado a cerrar la escuela y buscar nuevos vecinos. El plan está diseñado para atraer a unas cinco familias -10 adultos y 8 niños- para el año 2022.

Desde el Ayuntamiento estiman que solo uno de cada cien postulantes conseguirá vivir en el pueblo y critican las informaciones engañosas que algunos medios de comunicación han publicado, dando a entender que cualquiera puede vivir aquí, cuando la realidad es bien distinta.

El primer requisito, y quizá el más complicado, es estar en posesión del permiso de establecimiento suizo tipo C, una autorización que solo pueden obtener ciudadanos no suizos de la Unión Europea que hayan vivido en el país de forma ininterrumpida al menos durante 5 años. El segundo es demostrar que se va a hacer una inversión de mínimo 170.000 euros en el pueblo para la construcción o la compra de una casa. Por último, las familias seleccionadas deberán vivir en el municipio al menos 10 años, si se mudan antes de que se cumpla estarán obligados a devolver el importe íntegro de la ayuda económica que recibieron.

Con estas condiciones, las autoridades locales prevén que tan solo 5 familias cumplirán los requisitos al 100% y serán las elegidas para repoblar el municipio. Esta iniciativa no es la primera, pues otros países como Canadá u Holanda también ofrecen dinero por mudarse a zonas poco pobladas.

Los perfiles más buscados son familias con niños pequeños y parejas jóvenes con intención de ser padres en el futuro o estén planeando abrir un negocio. Cambiar la ciudad por el campo es una tendencia cada vez más común, sobre todo en Europa, donde los jóvenes buscan una vida más tranquila y lejos del estrés urbano. Además de evitar la desaparición de un municipio, la repoblación rural ayuda a recuperar y preservar tradiciones y muchos jóvenes aplican lo aprendido en la Universidad a trabajos propios del campo como la agricultura o la ganadería.

Son muchos los pueblos que están implementando iniciativas similares a las de Albinen, conscientes de que es la única oportunidad para que sigan existiendo.

Latin American Post | José María González Alonso

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